Con la evacuación de miles de personas de Afganistán como telón de fondo, el director de la CIA William Burns sostuvo una reunión secreta en Kabul con el cofundador de los talibanes, Abdul Ghani Baradar. Se trata del encuentro de más alto nivel entre Estados Unidos y el movimiento insurgente luego de que el domingo 15 de agosto este último tomara la capital de Afganistán poniendo fin a dos meses de una acelerada expansión por todo el norte del país. Así lo informó este martes el diario The Washington Post. La decisión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de enviar a territorio afgano a Burns, con frecuencia presentado como su diplomático más experimentado, ilustra la gravedad de la crisis para su administración, que está evacuando contrarreloj a miles de civiles.
Aunque muchos ya pudieron salir del país, existen acusaciones contra los talibanes por perseguir a los ciudadanos que trabajaron para las potencias extranjeras o el gobierno recientemente depuesto y restringir su acceso al aeropuerto. La gigantesca operación de evacuación, calificada días atrás por Biden como "una de las más difíciles de la historia", moviliza desde hace una semana aviones del mundo entero. Los talibanes volvieron a advertir este martes que las evacuaciones deben terminar el 31 de agosto, pese a los pedidos de potencias occidentales de extender el plazo.
Los detalles del encuentro
Diplomático de extensa carrera, William Burns fue embajador en Rusia y Jordania y luego subsecretario de Estado del expresidente Barack Obama. En ese entonces encabezó un acercamiento a Irán con negociaciones secretas en 2011 y 2012 en Omán con este país, a pesar de la ausencia de relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Por su parte el mulá Abdul Ghani Baradar, quien encabezó la oficina política de los talibanes en Qatar durante las conversaciones que mantuvieron en julio con el entonces gobierno afgano de Ashraf Ghani para poner fin a dos décadas de conflicto en el país, es el nuevo hombre fuerte del régimen que tomó el poder en Kabul.
En abril pasado Burns ya había viajado a Afganistán para reunirse con el presidente Ghani, con el fin de preparar el inicio de la retirada militar estadounidense. La segunda reunión del año, en este caso con Baradar, se produjo el mismo día en el que los talibanes advirtieron que la fecha del 31 de agosto debía cumplirse ya que la ven como "una línea roja" sobre los límites permitidos para la retirada.
La CIA se negó a comentar los detalles de la reunión entre Burns y Baradar explicando que la agencia de inteligencia estadounidense "nunca habla de los movimientos del director", pero las discusiones estuvieron centradas en la fecha límite en la que Biden pretende que el Ejército estadounidense concluya su transporte aéreo de ciudadanos estadounidenses y aliados afganos.
En declaraciones a la cadena CNN, un funcionario estadounidense que pidió el anonimato describió el encuentro como "un intercambio de opiniones sobre lo que tiene que ocurrir para poder terminar" con las evacuaciones antes de la fecha establecida. El asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, aseguró este lunes que Estados Unidos está haciendo "avances enormes" en cuanto a la velocidad de sus evacuaciones.
Estados Unidos también está preocupado por la seguridad en torno al aeropuerto de Kabul, y Sullivan reconoció su inquietud por la posibilidad de que la rama del ISIS (Estado Islámico) en Afganistán atente contra los civiles que se concentran en la zona.
Washington estima que, desde el 14 de agosto, ha evacuado o facilitado a otros países el traslado de 58.700 personas. Del lunes al martes se ha gestionado la evacuación de 21.600 personas de las cuales 12.700 corresponden a las operaciones de 37 aviones militares norteamericanos, la cifra más alta de evacuados en un solo día por Estados Unidos hasta el momento.
Pero una multitud sigue congregada fuera del aeropuerto de Kabul con la esperanza de huir. Los estadounidenses intensificaron este martes los esfuerzos de evacuación tras las duras advertencias de los talibanes. Una cumbre virtual del G7 también trató el asunto. A pesar de las presiones de varios países europeos, Biden decidió aceptar la recomendación del Pentágono de ceñirse a la fecha límite del 31 de agosto.
Los talibanes se oponen a la extensión
Por su parte los talibanes reiteraron el martes que se oponen a que se extienda el plazo de evacuación más allá de la fecha establecida. Uno de los voceros del movimiento, Zabihullah Mujahid, acusó a las potencias extranjeras de evacuar a "expertos afganos", como ingenieros y otros profesionales de quienes "necesitamos su talento". "Les pedimos que cesen estas operaciones. Tienen aviones, tienen el aeropuerto, deberían sacar a sus ciudadanos y contratistas de aquí", dijo Mujahid, quien agregó que "no deberían incitar a los afganos a huir de Afganistán".
El vocero dijo además que la milicia ya no permitirá el paso de afganos hacia el aeropuerto de Kabul, alegando la caótica situación en el país. En Afganistán, aquellos ciudadanos que trabajaron para gobiernos o empresas extranjeras en los últimos años, artistas o aquellas personas que defendieron la apertura del país y los derechos de mujeres o minorías, saben que son blanco fácil de los extremistas. Buscando poner paños fríos Mujahid aseguró que las funcionarias afganas podrán volver al trabajo cuando esté "garantizada la seguridad", aunque que por el momento las mujeres deben quedarse en casa.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, advirtió este martes que "una línea roja fundamental será el trato de los talibanes hacia las mujeres y las niñas". Al intervenir el martes en una sesión especial del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre Afganistán, Bachelet instó al movimiento talibán a "adoptar normas de gobernanza responsable y de derechos humanos (...) respetando los derechos de todos aquellos que han sufrido durante décadas de conflicto".