La jueza Mónica Mukdsi condenó al docente de educación física Carlos Eduardo Quiroz (42) a tres años de prisión de ejecución condicional por abuso sexual simple en perjuicio de una chica de 14 años y agravado por ser encargado de su educación. El fiscal Rodrigo González Miralpeix había pedido 4 años de prisión efectiva, mientras que el abogado querellante Fidel Ahuerma había solicitado 5 años. 

Quiroz era profesor de preparación física en la Escuela Oficial de Ballet de la Provincia de Salta. Fue denunciado por la madre de la estudiante por hechos cometidos en noviembre de 2018. 

La jueza hizo lugar parcialmente a la demanda civil de la denunciante, y condenó a Quiroz a pagar $331.600 más intereses, en concepto de reparación integral del daño causado.

Para conservar la prisión en suspenso, el docente deberá fijar residencia y someterse al control del Programa de inserción social y supervisión de presos y liberados; y deberá guardar otras reglas de conducta como abstenerse de consumir estupefacientes y de abusar de bebidas alcohólicas; no acercarse a la damnificada, a su domicilio y a los lugares que ella frecuente; evitar mantener contacto con ella y no incurrir en un nuevo delito. 

El fiscal González Miralpeix dijo a Salta/12 que esperará los fundamentos de la sentencia para decidir si apela el fallo. Sin embargo, valoró que la magistrada accediera al pedido de inhabilitación para el ejercicio de la docencia por el tiempo que dure la condena. Como esta inhabilitación es solo para ejercer en el ámbito público, dependerá de las instituciones educativas privadas si le ofrecen trabajo o no. Además, Quiroz se desempeñaba como personal trainer en un gimnasio. 

El fiscal tuvo en cuenta que en la práctica del baile hay tocamientos que son parte del ejercicio de este arte, y reconoció que puede haber conductas equívocas, pero ratificó que el hecho que se trajo a juicio "fue abusivo", ya que el docente introdujo su mano por debajo de la malla de la víctima, y esa "no fue una conducta equívoca". Para el fiscal, Quiroz acometió contra la víctima, vulnerando su libertad sexual, aprovechando su superioridad física y la posición que ostentaba respecto de ella, en pleno dominio de sus actos.

González Miralpeix consideró que la víctima recibió un trato adecuado durante en el juicio. La adolescente, que hoy tiene 17 años, declaró en la primera audiencia, y "se procuró brindarle la posibilidad para que pueda declarar tranquila", para ello se retiró al imputado de la sala y "se la cuidó cuando declaraba para evitar que pasara por un proceso de revictimización". "Ella se ha mostrado bien, fuerte, sólida, ha podido expresar lo que quería".

El fiscal también indicó que algunas compañeras de la chica tuvieron más dificultades para poder hablar, y "hubo que retirar al hombre de la sala porque su presencia las intimidaba". Incluso algunas compañeras de ballet dijeron en el juicio que también a ellas el docente las tocó de manera inapropiada cuando eran menores de edad.

González Miralpeix destacó que la víctima continuó sus estudios de danza, destacándose en la actividad. Sostuvo que enfrentar un proceso penal no es fácil y es necesario que sea acompañado por el grupo de confianza de la víctima. "La decisión de afrontar un proceso penal tiene que ser meditada. Tratamos que sea lo menos amargo que se pueda. Se sufre mucho teniendo que contar a un grupo de extraños hechos que son muy íntimos", afirmó el fiscal. Explicó que las víctimas tienen que recordar durante estos procesos hechos que prefieren olvidar aunque para muchas es una forma de sanar el buscar justicia  y una condena para sus agresores. "En la mayoría de los casos se encuentra una respuesta", manifestó. 

El funcionario resaltó además que su fiscalía está para brindar "apoyo, contencion, y asesoramiento" a las víctimas. 

Por su parte, el abogado Pablo Del Pino, que defendió a Quiroz, había solicitado la absolución de su defendido argumentando que el hecho no existió. Consultado por Salta/12, el letrado dijo que apelará el fallo.

Otro docente juzgado en Tartagal

José Antonio Castillo, exdirector del albergue estudiantil del paraje Las Moras comenzó a ser juzgado este martes en la ciudad de Tartagal. Durante la primera jornada, se escuchó el testimonio del denunciante, padre de la víctima. El hombre había radicado la denuncia luego de que su hija de 14 años le relatara que había sido abusada por el docente de 58 años en un dormitorio del albergue.

El juicio está a cargo de la jueza Sandra Sánchez. En la defensa actúa el abogado Jorge Soruco. Interviene la fiscala Lorena Martínez, que tambien llevó adelante la investigación penal preparatoria, mientras que la querella se encuentra a cargo de la defensora de género, Andrea Valeria Magadan. Actúa también en representación de la niña el asesor de Menores Neil Andreu.

Castillo está acusado de abuso sexual con acceso carnal agravado por su condición de cuidador. El juicio va a continuar el viernes 3 de septiembre, falta la reproducción de la declaración en cámara Gesell que dio la chica, y otros testimonios, y se espera que en la misma jornada se realicen los alegatos y se dicte la sentencia.

La familia de la nena es indígena y vive en un paraje rural alejado que depende del municipio de Embarcación. La niña pudo contarle a su papá que había sido víctima de abuso sexual por parte del profesor recién cuando salió de la institución escolar primaria. El padre refirió que empezó a notar a su hija "más callada, intranquila, con conductas introvertidas", contó la fiscala Martínez a Salta/12.

En una ocasión el padre la vio llorando en la cama y al preguntarle qué le pasaba ella le contó sobre los abusos que había sufrido. "Le cuenta un hecho puntual que ella recordaba porque asistía a la escuela y se retiraba al principio, luego se quedaban a dormir en la escuela", explicó Martínez. La niña relató que en una de esas noches el docente la llevó a su habitación mientras sus compañerxs dormían y allí cometió el abuso, luego le habría ordenado que mantenga silencio.  

La fiscala explicó que la niña relató con precisión un hecho de abuso pero luego habrían sucedido otros que no recordaba muy bien y se angustiaba mucho cuando declaraba. Indicó que la niña callaba por temor. El papá contó que su hija le dijo que el profesor le regalaba prendas, mercadería y otras cosas. La denuncia fue radicada en diciembre de 2017. 

La fiscala dijo que el acusado llegó a juicio en libertad. La supervisora zonal del Ministerio de Educación informó que el hombre fue apartado de su cargo en el albergue pero fue trasladado a otra institución donde realizaba labores administrativas hasta que se jubiló, tenía además un sumario administrativo.

Al tratarse de un paraje alejado, la fiscala dijo que no le consta que la niña haya accedido a un tratamiento psicológico. "No existen constancias en el legajo de investigación", sostuvo. "El padre manifestó que la niña tenía pesadillas. Al ser de la comunidad se volvió a integrar. Tenía miedo, no quería salir. Ella le manifestó que no quería vivir, estaba cansada. Después de la denuncia también se recluyó",  explicó la fiscala. El padre también dijo que su hija hoy tiene pareja y es madre de un bebé.

Martínez sostuvo que los abusos sexuales "suceden a menudo" en la zona donde tiene competencia y que mayormente se cometen contra niñas y adolescentes. "Gracias a la Educación Sexual Integral muchas de las alumnas y alumnos, de ambos géneros, al visibilizarse más la información", han podido contar que fueron víctimas de abuso sexual, aseguró. Además destacó que las maestras y maestros están más atentxs para detectar estos casos y son quienes informan a la justicia como también lo hacen los padres y las madres.

En lo que respecta a las comunidades indígenas, Martínez dijo que hay muchos casos y, es complejo trabajarlos. Les cuesta el lenguaje, a veces no pueden transmitirlo, por su propia manera de vida al ingresar en el sistema judicial tienen temor y reticencia a contar. La fiscala dijo que hay muchos "embarazos adolescentes".