La polémica que se levantó luego de que ojeadores del club de fútbol Boca Juniors hicieran una prueba en Salta para jovenes que quieran sumarse a las inferiores de la institución, sigue sin apagarse. El dato que disparó el debate fue que trascendió que estructuralmente los jovenes del norte no cumplen con los requisitos mínimos exigidos.
Quien actuó de nexo entre los captadores del club de la ribera fue el ex jugador de Juventud Antoniana y la Selección Nacional Rodolfo “Puma” Garnica. Él mismo contó a este medio lo que veían y comentaban los referentes del club de la capital del país sobre los niños del norte.
Según el máximo artillero de la historia antoniana, en reuniones posteriores con los organizadores locales los captadores de Boca comentaron que antes de tomar la decisión analizan varios factores, como el contexto y estructura familiar de los niños, su forma de vida, los estudios, y sobre todo, “la mentalidad”. Y que como conclusión, subrayaban que los chicos salteños sumaban varias contras con respecto a sus pares del centro del país.
El arraigo era una esas contras, “los clubes a veces se quieren llevar a los chicos pero ellos no se despegan de sus padres”, contó Garnica, y agregó que como por su situación económica la mayoría de los padres no los pueden acompañar, los niños se vuelven muy pronto. Es por eso que antes de hacer el intento de sacarlos de la provincia, realizan ese estudio de la estructura familiar, “no quieren hacer una inversión como para llevar a un chico y que a los dos meses se vuelva”.
Pero a pesar de su corta edad (las pruebas fueron desde los 9 años), señalaron la falta de contextura física, “son chiquitos de cuerpo, es lo que vieron ellos”, indicó Garnica, y agregó que en una charla que dieron por la noche, les relataron que la mayoría de los jugadores que triunfan en el país y el mundo son los que salen de provincias como Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba.
Esa mirada centralista, que se extiende prácticamente a todos los ámbitos de la vida de la Argentina y que llegó al fútbol y sus jugadores en cuanto a quiénes serían los más aptos de acuerdo al lugar donde nacieron, generó la respuesta de un grupo de formadores del interior del país que ya cuenta con el respaldo de futbolistas con experiencia y trayectoria mundial como Javier Mascherano, y que intentan revertir la reproducción de “un producto que cumple con todos los mandatos que exige el mercado, y que por lo tanto hasta acá le rendía más a este sistema capitalista porque era más barato y accesible”, dijo a este medio Andrés Santalucía, educador y entrenador de futbolistas radicado en San Juan e integrante del espacio Fútbol Constructivo.
Santalucía aclaró que comprende las históricas desigualdades y problemas estructurales de Argentina, y las carencias que traen consigo, pero que nada tienen que ver con la elección que hacen los captadores de jugadores cada vez que viajan a las provincias. “Ellos meten a todos los pibes en la picadora y algunos salen, pero no los forman, porque así sale más barato”, se explayó.
El formador explicó que todos los futbolistas tienen “lo que traen de la cuna”, lo genético o natural de cada uno, “y lo que pueden aprender”, es decir, la parte formativa, que implica entre otras cosas ayudarles a comprender conceptualmente, “educarlos en entender el juego”. Y destacó que por lo general los chicos “más bajitos en estatura o que en principio se los ve más débiles, son los más prestos a entender el juego”, aunque históricamente “los grandes clubes no se dedicaron a esa parte porque total les salían igual los Tévez o los Ortega”.
Pidió hacer un esfuerzo para rememorar “¿desde cuándo los futbolistas provienen de sectores acomodados y educados?”, si los ejemplos más cercanos y gloriosos son los que surgieron de la carencia, como Maradona, Garrincha, Houseman o Ronaldinho. Y por eso pidió a esos reclutadores de jóvenes talentos que sean sinceros y acepten que “prefieren a jugadores toscos, brutos y de tendencias robóticas”, que más que ser educados y obedientes tienen “tolerancia al sufrimiento”.
En cuanto al físico de los jugadores del Norte Argentino que mencionaron los referentes de Boca Juniors que viajaron a realizar las pruebas, Andrés Santalucía contestó que se apresuran “al momento de juzgar a nenes chiquitos de cuerpo”. Recordó que la mayoría de ellos tienen menos de 10 años “¿Qué esperan? ¿Encontrar vikingos en Salta?”. Pero inmediatamente recordó que de aquí salieron jugadores como Ariel Ortega y Luis Miguel “El Pulga” Rodríguez, “que se destacan por su gambeta y no por su disciplina”. “La cancha mide 100x70 y hay lugar para escaparle al choque si se sabe jugar al fútbol”, señaló.
De todas maneras, Santalucía dio una buena noticia, la tendencia europea, y que se está tomando en academias como la que fundó Javier Mascherano en Lincoln, provincia de Buenos Aires, o a través de la fundación que él representa, “es prestarle más atención a la formación de los jugadores, que no es que Europa los inventó, siempre estuvieron acá y ellos los están trabajando ahora para volver a poner el juego en el centro de la escena”.
Pero reiteró que para los grandes clubes, que ofrecen las mieles del éxito a niños y padres, es muy difícil salir “de su alienación y pensar en el proceso formativo de los jugadores más que en productos de venta”.
Para finalizar, recordó una frase de Carlos Peucelle, el formador de los jóvenes del River multicampeón de los 40, equipo denominado La Máquina: “El del fútbol es un futuro trabajo al que se llega jugando, y se pierde si se empieza trabajando”. “No hay mejor inversión en un chico que dejarlo crecer sin contaminar la cabeza y el corazón de su familia”, culminó Santalucía.
La centralidad futbolística
Para contestar por qué el 90% de los futbolistas argentinos que triunfan provienen de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, el entrenador sostuvo que las razones se deben “a cuestiones demográficas que exceden al fútbol y atañen al mundo de la política”. Debido a que gran parte de la población se concentra en esas provincias. Pero a su vez, porque la selección de jugadores que los grandes clubes hacen en el interior “se limita a estar sentado en su silla levantando y bajando pulgares a las ilusiones de miles de pibes inocentes” en una o dos jornadas.
Con esa misma lógica, explicó por qué a provincias
como Salta se les hace tan difícil tener un club al menos en la B Nacional, y
apuntó a la AFA como reproductora del centralismo nacional en el ámbito
futbolístico. Detalló que en el interior “más de 3.000 clubes tienen que competir
por la misma cantidad de ascensos que poco más de 70 instituciones de
Capital Federal, conurbano bonaerense y Rosario".