Emma Rodríguez tiene 12 años y empezó a patear la pelota a los tres. El domingo, en la primera celebración del Día de la Futbolista Argentina, tuvo que ver el partido de su equipo del Club Deportivo Empleados de Comercio, de Guaminí, provincia de Buenos Aires, detrás del alambrado porque como es mujer la Liga Regional de Coronel Suárez, que organiza los torneos locales, no la ficha, es decir, no le permite competir en un plantel mixto de fútbol. Emma es la única chica en su categoría --pero hay otras en el club-- y juega desde los 7 años con varones, cuando entró a la escuelita. Su mamá y su papá presentaron una denuncia por discriminación ante el INADI.
“Lo que pasa con Emma plantea un problema para las pibas de todas las localidades pequeñas”, dijo a Página 12 la ministra de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual bonaerense, Estela Díaz: desde el gobierno provincial están acompañando la denuncia de la niña y su familia para encontrar una solución. “Se tiene que escuchar este reclamo, no es un caso aislado y no hay respuesta. Más allá de que debería reverse el reglamento, es muy importante que haya divisiones formativas en el fútbol femenino, que es una de las principales cosas que faltan para que el torneo sea profesional”, advirtió Maca Sánchez, jugadora de San Lorenzo, presidenta del Instituto Nacional de la Juventud y quien impulsó --con una demanda laboral en la justicia-- la profesionalización del fútbol femenino.
“Consideramos que es un acto discriminatorio porque no puede haber un reglamento que esté sobre el derecho de una niña a jugar y practicar el deporte que tanto ama. No se le permite fichar por el solo hecho de ser nena. Sabemos que hay ligas que son más flexibles y eso reclamamos”, contó a este diario la mamá de Emma, Soraya Ciacchia García. Guaminí, ubicada en el centro oeste de la provincia, tiene alrededor de 3.000 habitantes.
Excusas y soluciones
El presidente de la Liga Regional de Coronel Suárez, Ernesto Palenzona, le echa la culpa a la AFA “que establece que no existe el fútbol mixto en categorías competitivas”, alegó el dirigente. Pero en otras localidades pequeñas, en las que nos hay torneo femenino infantil porque no se llegan a conformar equipos de nenas, las ligas locales --como señala la madre de Emma-- disponen de autonomía para resolver “contingencias” y contemplan este tipo de situaciones. Lo hizo días atrás la Liga Alvearense de Fútbol, en Mendoza, que permitió a otra nena --Eleonora Giunchi, que este domingo cumple 8 años-- ser parte de un plantel mixto del Sport Club Argentino, para poder participar del campeonato de su categoría. La van a fichar en estos días. “Ojalá que este ejemplo sirva para que otras ligas también le den la oportunidad a las chicas cuando no hay equipo femeninos”, dijo a este diario la mamá de Eleonora, Renata García, que salió en medios de Mendoza con el mismo reclamo a principios de agosto y pronto un dirigente local, que la escuchó en una radio, habilitó la solución: “Es una cuestión de sentido común, no se les puede impedir practicar un deporte por ser mujeres”, destacó. “También las ligas de Madariaga y de Bahía Blanca incluyen niñas de 12 e incluso 14 años en equipos con varones”, averiguó la mamá de Emma.
El tema parece de sentido común. Pero todavía persisten prejuicios y sobre todo, dirigentes de fútbol que se resisten a ver chicas pateando la pelota. “Estamos hablando de juego. Me preocupa que una organización deportiva competitiva 'regule' la actividad formativa”, alerta a este diario Marta Antúnez, especialista en género y deportes.
“Hay que ir pensando soluciones. Son problemas que aparecen cada dos por tres en distintas ligas y cada vez con más frecuencia porque juegan cada vez más pibas al fútbol. Debería estar en la lista de prioridades de la AFA la falta de divisiones inferiores de nenas en los clubes y de estructura para el desarrollo de una futbolista. Lo que pasa es que a las jugadoras pequeñas no se las aloja, no hay una capacidad de recibimiento”, consideró, al ser consultada por este diario, la DT y ex jugadora Mónica Santino, referente de fútbol feminista y creadora de La Nuestra, experiencia social que promueve ese deporte entre niñas en la Villa 31, de la ciudad de Buenos Aires.
“Las ligas del país, las mismas que son flexibles y contemplativas en un montón de situaciones que se refieren al fútbol masculino, esas mismas le dicen que no a niñas que quieren ficharse sacando el reglamento vetusto y añejo del cajón para aferrarse a él”, cuestiona Soraya Ciacchia García. Y da ejemplos: señala que la misma Liga de Coronel Suárez que no ficha a su hija por ser mujer, hace la vista gorda con las medidas de canchas que no llegan a ser reglamentarias y acaba de resolver que en lugar de cinco cambios por partido en torneos infantiles, no haya límites “para que jueguen todos” los niños, menos --paradójicamente-- una niña.
Por Emma y por todas
Para resolver el tema de fondo y no solo el reclamo de su hija, la familia lanzó un formulario en redes para juntar firmas. También abrió un perfil en Instagram llamado @dejenjugaraemma, donde se puede ver a la niña jugando en distintos momentos de su infancia. Hay dos fotos que la muestran a los 7 años, en un cumpleaños: “Como las sandalias era incómodas para jugar a la pelota, jugó descalza, en patas”, dice el posteo. “A veces ella llevaba a los cumples una bolsita con sus zapas o botines para poder cambiárselos si tenía botas o zapatos”, contó su mamá.
Otra foto es de uno de sus primeros partidos en la escuelitas de fútbol. “En las dos fotos Emma es feliz, porque jugar la hace feliz, pero sobre todas las cosas es feliz detrás de la pelota de fútbol”, escribieron sus padres.
Los riesgos del picadito mixto
--¿Es riesgoso que niñas y niños jueguen juntos en las divisiones inferiores? --le preguntó este diario a Mónica Santino.
--En absoluto es peligroso que niños y niñas jueguen juntes. Para nuestras generaciones, las más grandes, la gran mayoría aprendió a jugar al fútbol de manera espontánea en potreros y en la calle, en otro contexto social, con varones, y aprendimos a jugar así, cuando nadie te hacía preguntas. El problema es cuando crecemos y nuestros cuerpos cambian y la mirada de los varones sobre nuestros cuerpos cambia. Ahí es una instancia dolorosa porque el juego infantil que se daba en completa libertad se va perdiendo. Es una locura que ya entrado el siglo XXI no tengamos una base para que estas cosas no ocurran.
--¿Cuál es el mensaje de la AFA cuando se dan este tipo de situaciones?
--La AFA siempre corre detrás de lo que pasa socialmente. Fue una pelea larga para que en el predio de Ezeiza donde entrena la Selección haya vestuario para mujeres. Otra pelea larguísima ha sido la casi profesionalización, con todos los debe que tiene aún, y a partir del último fin de semana la televisación de todos los partidos del campeonato femenino, que se hace a través de la TV Pública y Depor TV, canales del Estado.
La AFA creó en noviembre de 2019 un Departamento de Equidad de género. Este diario intentó consultar a las responsables pero no obtuvo respuesta.
“Creo que de a poco la AFA, como muchas otras asociaciones o entidades, van oyendo estos reclamos y espero que resuelvan de manera tal que no haya más Emmas, que todos y todas tengan derecho a jugar al fútbol, porque justamente el deporte no tiene género y todxs tienen derecho a jugarlo”, consideró Maca Sánchez.
“Entra en juego, sin ninguna vuelta, el machismo deportivo, agravado por ser el deporte masculino por excelencia por estas latitudes. “Las nenas no juegan al fútbol”, todavía resuena y también argumentos conocidos hasta el hartazgo como que las pueden lastimar hasta que si son menos es que no les interesa y lo que no se dice es que hay un temor a que puedan ser mejores que los nenes”, opina Antúnez.
En 2017, otra niña llamada Juana, también hizo un reclamo similar al de Emma y otras niñas. Jugaba en el Club Mercedes. Hoy tiene 16 años y es parte de la reserva de River.