El envión anímico de San Lorenzo sigue subiendo. El equipo pasó de estar al borde de despedir a su entrenador, Diego Aguirre, si no alcanzaba el triunfo ante los chilenos de Universidad Católica, a estar cerca de ubicarse en los octavos de final de la Copa Libertadores, y de insertarse nuevamente en el lote de los perseguidores directos de Boca, único líder del campeonato. El triunfo de ayer ante Central le permitió ubicarse a seis puntos de la cima, pero principalmente, el equipo está recuperando lentamente el juego que proponía el año pasado, donde el buen trato de la pelota era su argumento más destacado.
Para que eso suceda, es fundamental el nivel que puedan exhibir tanto Fernando Belluschi como Néstor Ortigoza, los generadores del circuito futbolístico. El primero mostró síntomas de recuperación, después de un comienzo de año para el olvido, y el ex Argentinos continúa ofreciendo destellos de su talento, cuando está en discusión su continuidad en el club luego de junio, debido a que finaliza su contrato.
Ortigoza fue precisamente el que marcó el primer gol de su equipo, ejecutando un penal con mucha calidad, picando la pelota mientras Rodríguez se lanzaba hacia el palo izquierdo de su arco. La acción llegó después de que Leguizamón tocó le pelota con la mano dentro del área. Belluschi también tuvo una gran chance para convertir, pero tocó la pelota por arriba del arquero, y éste pudo recuperarse y atraparla en el aire.
El que no tuvo una buena noche fue Nicolás Blandi. Si el goleador hubiera estado acertado frente al arco, la diferencia habría sido mayor. Blandi perdió en sus duelos con Rodríguez, que le tapó dos chances muy claras luego de sendos contrataques del local.
La victoria comenzó a sellarse a los 12 minutos del segundo tiempo, cuando Matías Caruzzo definió con categoría enganchando en el área y rematando con la pierna izquierda. De esa manera, los dos éxitos del certamen local, sumados a los dos de la Copa Libertadores, le permiten vislumbrar con una perspectiva más positiva la llegada de mitad de año.
Del otro lado, Central dejó una muy buena impresión. Los rosarinos triangulan en todos los sectores de la cancha, y el traslado de la pelota es prolijo y ordenado. Más allá de que le faltó mayor peso en el área rival, la propuesta es elogiable, con protagonistas como Musto, Camacho, Carrizo y Teófilo Gutiérrez. Cuando ellos se conectan con precisión, Central es un conjunto de temer. El colombiano fue el encargado de marcar el descuento, a los 21 minutos de la segunda parte, rematando cruzado luego de dejar atrás a su marcador en la puerta del área chica. La ausencia de Ruben, sin duda, fue un factor determinante para el equipo, y Gutiérrez así habría estado mejor acompañado en los metros finales.
La cadena de victorias del conjunto de Aguirre buscará encadenar un eslabón especial el sábado próximo, cuando viaje a Parque Patricios para visitar a su rival eterno. Aunque esos duelos, dicen, siempre son aparte.