¿Qué fueron los héroes cuando todavía no eran héroes? ¿Y Martín Miguel de Güemes? ¿qué hacía antes de los 14 años, la edad en que partió para iniciarse en la carrera militar? La obra de Lucila Lastero y Romina Barros no responde esas preguntas con rigurosidad histórica, pero permite acercarse al adulto consagrado héroe de la lucha por la independencia imaginándolo niño, en la finca familiar, jugando con su hermana Macacha, también destacada figura de la resistencia al colonialismo español. 

Poncho, el caballo de Martín Miguel, libro de cuentos de la escritora Lucila Lastero que cuenta con ilustraciones de Romina Barros, propone, en cuentos cortos pensados para lectores infantes, un acercamiento a Güemes desde esta perspectiva. 

Lastero contó a Salta/12 que el origen de la obra se encuentra en 2017 o 2018, cuando la directora del Museo Güemes, Isabel Zacca, “me propone ir al Museo a ver si podía yo escribir algunos relatos para niños para que el Museo interactuara con ellos, porque el Museo Güemes tiene en realidad una línea de trabajo que pasa por convocar a los niños para que vayan a interactuar”.

Entonces empezó escribiendo dos cuentos, que sirvieron de base para actividades en el Museo. Y así surgió la idea de reunir esos relatos en un libro. 

“Mi idea es mostrar un Güemes niño para acercarlo más a ellos. Me parecía que el Güemes héroe ya estaba profusamente contado, ya hay muchos relatos sobre el héroe", y como “es muy fuerte la imagen de Güemes montado a caballo, mi idea era también mostrar al niño y que seguramente ya tuvo contacto con caballos de chico, y entonces ahí nace Poncho como que fue su primer caballo, Poncho un caballo que es potrillo a su vez". 

Y toda la obra "se remonta a esa infancia de Güemes para contar de otra forma, para acercarle a los chicos, pero a su vez sin quitarle del todo, el valor, por supuesto” de héroe. Por eso en muchos cuentos Poncho “cuando recuerda las cosas que vivió con ese niño, con Martín Miguel, él dice: 'pensar que después cuando lo ví haciendo tal cosa', o sea, como que de repente vuelve al futuro, y dice 'claro, después fue Güemes, pero cuando yo lo conocí de chiquito era Martín Miguel'".

Con esa misma idea, hay un relato sobre Macacha Güemes. “Por supuesto, Poncho conoció a Macacha y la conoció de niña y dice en un momento 'pensar que yo después cuando la ví a ella, lo que hacía, y como colaboraba con la lucha, me acordé de esto'”, de cosas que hacía cuando era niña. 

“Me pareció importante que los niños vieran a Güemes y a Macacha más cercanos y al mismo tiempo que no se pierda eso” de lo que fueron de adultos en la lucha por la independencia, seañló Lastero. 

El caballito de madera 

En el Museo Güemes, que funciona en la casa que la familia del héroe tenía en el centro de la ciudad de Salta, hay un caballito de madera, el objeto que funcionó como disparador de estos relatos. 

Lastero, escritora salteña radicada ahora en Buenos Aires, contó que tras la invitación de Zacca, visitó el Museo y ese juguete entre otras cosas cotidianas de la familia Güemes: "Entonces imaginé que ese caballito podía ser un personaje, ahí le puse nombre, ahí nació Poncho, hice un par de relatos que tenían que ver con él, con la historia de Martín Miguel de Güemes, pero Martín Miguel de Güemes niño. A mí me interesaba que si los niños iban a interactuar con esa figura de Güemes que también pensaran que alguna vez fue un niño y jugó en la finca, en la casa, con animales de la zona, y la relación con los padres". 

La autora dijo que con ese objetivo le interesaba poner, por ejemplo, a Macacha. "Ahí imaginé un Martín Miguel de Güemes niño y un caballo que en realidad era mitad juguete mitad de verdad, que tomaba la palabra y contaba la historia de ese niño al que él conoció justamente en su infancia”, y así nacieron los cuentos.

Después pensó en reunirlos en este libro, una idea que Zacca incentivó en el par de años que siguieron desde ese pensamiento a la concreción, en ese tiempo el Museo siguió avanzando, haciendo recursos virtuales con lectura de los cuentos ya escritos. “O sea, es como que todo esto viene existiendo de hace mucho, pero se terminó de escribir y armar y de ilustrar ahora, con este libro. La propuesta de edición sale de Mundo Editorial”.

A Lastero le interesaba que alguien de Salta realizara los dibujos, “que fuera alguien que se comprometiera realmente con ir al Museo también, conocer a esos personajes que yo narraba en los cuentos. Y Romina hizo todo eso. Ella se involucra con el proyecto, va al Museo también para recrear esos personajes y así surge entonces el libro que son mis cuentos y las ilustraciones de Romina Barros”.

Romina Barros contó a Salta/12 que “a pedido de Lucila” hizo las ilustraciones “una por una, a mano alzada". Cada dibujo fue realizado de esta manera, "porque ella no quería que fuera digital, quería que fuera algo artesanal. Tiene esa impronta bien rústica, como que sea dibujo de niño pero que se note el lápiz en la impresión”. El resultado son obras como las que ilustran esta nota. 

“Lo que yo hago es crear un personaje que sea ese caballito de madera pero yo digo que a la noche el caballito de madera vuelve a tener vida porque todas las cosas vuelven a vivir, entonces así comienza la historia, el Museo como lugar encantado que revive las cosas y a la noche entonces Poncho, el caballo de madera, se transforma en un caballo de verdad y él va a ser la voz de la memoria de la familia”, añadió Lastero. 

El libro ya salió a la venta, aunque se prevé que la presentación en Salta será a mediados de septiembre, y se lo  puede conseguir en la tienda del Museo Güemes, en las librerías Doce Letras, Rayuela y en Al Otro Lado, librería dedicada a material infantil.