Con ocasión de celebrarse el Día Internacional del Detenido-Desaparecido un grupo de organizaciones y personas defensoras de los derechos humanos reunidos en el Espacio Interreligioso Patrick Rice volvieron a insistir en su demanda para que la Universidad del Salvador (USAL) retire, en forma póstuma, el profesorado honoris causa que esa casa de altos estudios le otorgó al dictador almirante Emilio Massera el 25 de noviembre de 1977. Si bien las autoridades de la USAL, a través de su rector Carlos Ignacio Salvadores de Arzuaga, sostienen que “no existen antecedentes” registrados de que dicha distinción haya sido efectivamente concedida, quienes demandan el gesto de reparación aportan documentos que prueban que efectivamente el hecho existió. De ello dan cuenta fotos, artículos periodísticos de la época, testimonios y trabajos de investigación. Según consta en archivos periodísticos, Massera recibió la distinción de parte del entonces rector de la USAL Francisco Piñón y para excusarse de ofrecer una clase magistral el dictador señaló entonces que “pese a esta generosa designación de Profesor Honorario, no estoy preparado para afrontar el compromiso intelectual de un discurso académico, de modo que me limitaré a conversar con ustedes sobre algunos temas que, sin duda, nos preocupan a todos”.

Las mismas organizaciones que ahora replantean la solicitud de revocación del doctorado a Massera le dirigieron una carta el pasado 24 de marzo al rector Salvadores de Arzuaga en la que recordaban que “el viernes 25 de noviembre de 1977 el entonces almirante Emilio Eduardo Massera, jefe de la Armada y miembro de la primera junta militar de la dictadura impuesta en marzo de 1976, recibió, por parte de la Universidad que usted preside, un ‘profesorado honoris causa’ ”. En la misma oportunidad quienes suscribieron la nota solicitaron al rector que “en forma póstuma la Universidad del Salvador retire la distinción académica otorgada a uno de los principales responsables del genocidio perpetrado en nuestro país, que no buscó otro objetivo que instaurar un régimen social, político y económico de dominación y sometimiento, al servicio de una minoría, que aún hoy condiciona la libertad y la autonomía de nuestra Patria”. Entre los firmantes de la primera nota --más de 180 entre organizaciones y personas-- se cuentan Adolfo Prez Esquivel, Nora Cortiñas, los sacerdotes Eduardo de la Serna y Francisco Nazar y el abogado Pablo Llonto.

Frente al pedido, el rectorado de la USAL reiteró el argumento respecto de la “falta de antecedentes” registrados en la institución universitaria en los que conste que la distinción fue otorgada, ante lo cual pocos días después, el 30 de marzo, se le hizo llegar documentación probatoria del hecho.

En su primera carta, los solicitantes advirtieron “a quienes pudieran pensar que los efectos de una decisión institucional de este tipo ya no tiene repercusión sobre el presente, habrá que recordarles que así como los crímenes de lesa humanidad son imprescriptibles, el compromiso por la Memoria, la Verdad y la Justicia no cesa nunca, constituyendo el mejor legado que las generaciones que hemos sido víctimas y testigos de tanta atrocidad podemos legar a las generaciones actuales y venideras, y haciendo presentes, una vez más y ahora y siempre, a los 30 mil desaparecidos”.

Según reconocen los denunciantes, a partir de las gestiones realizadas se abrió un canal de diálogo entre quienes reclaman y el propio Salvadores de Arzuaga, que se concretó en una reunión celebrada el 30 de julio y en la que el rector de la USAL se comprometió a dar seguimiento al tema.

Como parte de la campaña de sensibilización sobre el asunto, el Espacio Interreligioso Patrick Rice le envió también una carta a 24 obispos católicos argentinos en la que se les informó de la iniciativa y de las gestiones realizadas para que estén al corriente de las mismas. En igual sentido se giraron los antecedentes al Directorio del Espacio de Memoria y Derechos Humanos.

Ahora, con motivo del Día Internacional del Detenido-Desaparecido, las organizaciones de derechos humanos que impulsan la revocatoria del titulo honoris causa del dictador Massera volvieron a recordar su reclamo, mientras aguardan un nuevo encuentro en el que se produzcan novedades sobre la materia.

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