Si el Woody Allen de Misterioso asesinato en Manhattan hubiera hecho un podcast, el team de Only Murders in the Building tendría que haberle hecho un lugar en el grupo. La serie (estreno de la flamante Star+ desde el martes 31) sigue a tres residentes de un edificio del Upper West Side unidos por su amor al relato de crímenes reales en ese formato digital. De repente, en el exclusivo Arconia suceden hechos de lo más extravagantes. Sumarle a eso la presencia de Steve Martin, Martin Short y Selena Gomez convertidos en detectives aficionados, y ¡voila!, habrá nacido la comedia más complaciente, fresca y descabellada de 2021. La entrega de diez episodios lleva la firma del icónico entertainer canoso como creador y productor del envío junto a John Hoffman (Grace & Frankie) y Dan Fogelman (This Is Us).
El trío no tiene mucho en común más que compartir las expensas, el ascensor y ser unos “malditos locos fanáticos del true crime”, según precisan por allí. Charles (Martin) es un actor que tuvo un one hit wonder televisivo en los ’80 en el que encarnaba un policía, y del que aún utiliza frases y mohines. El segundo es Oliver (Short), un director de Broadway que acumula tantos fracasos como deudas pero lleva una existencia de bon vivant. La última en sumarse al equipo es Mabel (Gomez), una enigmática veinteañera que esconde más de lo que muestra con el “suicididado” de turno. La narrativa flirtea con esta tropa de neoyorquinos excéntricos y su proyecto de realizar una pesquisa por su cuenta. Y de paso hacer un podcast que les genere un ingreso extra. Otra clave pasa por los vecinos y los invitados especiales, entre los que se cuentan Amy Ryan de The Office, Nathan Lane, Tina Fey y Jane Lynch.
El must definitivo de la propuesta es la alquimia entre los “Martin”. Lo que se remonta a Three amigos (John Landis; 1986) y An Evening You Will Forget for the Rest of Your Life (el especial de Netflix sobre el espectáculo del dúo), se conjuga aquí en un envase donde se aprecian los diálogos picantes y el slapstick. Su sintonía y combustión puede aparecer en un gesto desbocado, una línea y esa espontaneidad en modo crucero. La ex "chica Disney" le aporta un garbo fresco a este envasado de humor de vieja escuela. “Lo que amo de este programa es que tenemos tres energías muy distintas”, describió Short. “Yo puedo hacerlo de un modo, Steve se va por las ramas y Selena lo vuelve todo más terrenal de una manera seca e hilarante. La combinación, creo, es perfecta”, dijo el actor.
El tono y la estructura juguetona de la sitcom da lugar a grandes revelaciones y giros al final de cada capítulo como si se tratara de un podcast real. Only Murders in the Building, con pizcas de un Hitchcock displicente y un Neil Simon del nuevo siglo, juega al misterio y al enredo por partes iguales. Lo más rico aparece cuando sus protagonistas asumen la ridiculez del embrollo. Fuerza un poco el drama cuando indaga en los remordimientos que Oliver y Charles con su pasado y pausan el engranaje humorístico. Hasta que Charles, Oliver y Mabel se vuelven a reunir en un departamento y sospechan de que Sting (en un cameo genial) podría ser el culpable del homicidio.