El 30 de agosto –Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas– no es un día más en la Agenda de los Derechos Humanos. Es una referencia de la indefensión de miles de personas ante poderosos estados de terror que demanda profundizar la memoria como estímulo en la construcción de una nueva identidad colectiva.
La complejidad de las desapariciones forzadas se clasifica como una violación múltiple de los derechos humanos que abarca en simultáneo la violación al derecho a la seguridad y a la dignidad personal, a no ser sometido a tortura o penas crueles, inhumanas o degradantes, a la representación legal.
El derecho a un juicio justo, a una vida familiar e incluso el derecho a la vida, cuando la persona secuestrada es asesinada.
Aunque su definición presenta algunas diferencias en los distintos documentos, existe un acuerdo generalizado sobre su naturaleza, peligrosidad y necesidad de afrontarla y de ayudar a sus víctimas.
Esta práctica que, luego de los holocaustos de Turquía y de la Alemania nazi, resurgió fuertemente durante el dominio de la doctrina de la seguridad nacional de las dictaduras militares latinoamericanas a fin de la década de 1960, primero en Brasil y luego en Guatemala, se manifestó con crudeza durante los años setenta y principios de los ochenta en Sudamérica.
No obstante, pocos países han quedado fuera de esta práctica además de América Latina, el mayor número de desapariciones forzadas se registró en Asia, Europa Central y Oriental.
La variedad de acontecimientos históricos y violentos que han sufrido las sociedades en diferentes momentos y territorios plantean un desafío imprescindible a la hora de repensar la actualización de la promoción de la defensa de los derechos humanos.
Las atrocidades, el horror, el trauma y el dolor experimentado por las víctimas debieron pasar por una etapa de deconstrucción en la conciencia social para que sus experiencias se articularan y volvieran a tener sentido ante la ineludible realidad de cada testimonio.
Entendiendo la necesidad de reforzar todos estos conceptos en la sociedad, en la juventud, el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos Categoría II UNESCO presenta la quinta edición de su Curso Internacional de Derechos Humanos, bajo el título “Memoria, Verdad, Justicia y Democracia. Herencias y Proyecciones".
A partir de este contexto, el curso internacional aborda y plantea retos y oportunidades para examinar el pasado; comprender nuestro presente, a lo que se suma la definición de nuevas violencias en función de la individualización de nuevos colectivos y prever un futuro que, aunque cargado de incógnitas, demandará experiencias y mediaciones humanas ante un avance tecnológico cada vez más inextricable.
Nuestro país, pionero en este tema, ha asumido obligaciones en virtud del derecho internacional que exigen al Estado garantizar el derecho a la reparación de las violaciones a los derechos humanos, incluidas las desapariciones forzadas.
En la última década, los tribunales argentinos han avanzado sustancialmente en el tratamiento de los casos de desaparición forzada. Gran parte de este avance se debe a que en 2005 la Corte Suprema de Justicia argentina declaró inconstitucionales las principales leyes de amnistía del país. Desde entonces, múltiples casos han tratado de llevar ante la justicia a los autores de desapariciones y de otros delitos.
En 2010 se instituyó a través de la Asamblea General de las Naciones Unidas -bajo Resolución 65/209- el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas y es una fecha que se resume en quienes son parte de lo irrecuperable, de quienes no pueden ser devueltos mediante cifras, inferencias científicas o categorizaciones políticas y esta pérdida.
Por todo lo expresado acá, y a 45 años de la dictadura cívico-militar que vivió Argentina, el CIPDH-UNESCO convoca a participar en el Curso Internacional de Derechos Humanos 2021 que tendrá como objetivos: el análisis y debate de los contextos internacionales, el impacto económico, social y cultural, los actores, las víctimas, el archivo y el testigo.
Los reclamos de Memoria, Verdad y Justicia por parte de los organismos de Derechos Humanos, el recorrido de los diálogos entre las instancias anteriores con las políticas públicas que dieron respuesta a esas demandas: Lugares de Memoria, Comisiones de Verdad, Leyes de Reparación, Ciencia y Derechos Humanos, Arte y Política, Justicia Internacional y los Juicios a los culpables de las violaciones a los Derechos Humanos.
Entre el 23 de noviembre y el 1 de diciembre, el Curso Internacional de Derechos Humanos contará con destacados especialistas, protagonistas y políticos nacionales e internacionales. Será un foro multidisciplinario de actualización y debate de estudios, investigaciones y tendencias sobre la defensa y promoción de los derechos humanos.
Es imposible eludir que en el último bienio la pandemia ha puesto en evidencia y ha exacerbado las aristas más complejas expresadas en la desigualdad y exclusión de millones de personas y en la necesidad de pensar órdenes alternativos.
En ese sentido, la relación Estado-Democracia y Derechos Humanos se reactualiza al igual que las formas de Memoria, Verdad y Justicia en tiempos de noticias falsas, lawfare y negacionismo.
Por eso más que nunca, trabajar desde todos los ámbitos posibles, para que el hecho de entender que la desaparición forzada de una persona es una historia que no podremos narrar completamente desde el vacío y que proyectan las huellas del dolor sobre todo lo que se escribe y sobre lo que aún no se ha expresado respecto de este tema.
* Directora Ejecutiva CIDPH/ UNESCO.