Miles de personas se manifestaron el domingo en Grecia contra la vacunación obligatoria de los trabajadores sanitarios que entrará en vigor el próximo miércoles. Ante el avance de los contagios de coronavirus el gobierno griego decidió suspender los contratos de aquellos trabajadores de la salud que no estén vacunados contra la covid-19, una decisión que generó el inmediato repudio del sindicato del personal sanitario de los hospitales públicos, Poedin. Más de 5,7 millones de los 10,7 millones de habitantes de Grecia están totalmente inmunizados, aunque preocupa la propagación de la variante Delta en el país.
"No estamos contra las vacunas, sino contra el fascismo" y "¡Viva la democracia!", se leía en las pancartas de los manifestantes, que llevaban también banderas griegas. Los movilizados exigieron más contrataciones de personal y un aumento de inversión en salud pública. Las marchas tuvieron su epicentro en la plaza de Sintagma, en el centro de Atenas.
"Es increíble que me suspendan del trabajo porque me niego a vacunarme, cuando durante meses he estado ayudando a contener la epidemia, trabajando en condiciones muy difíciles", dijo Christos Bakakios, conductor de ambulancia. Para Lina, una enfermera que pidió el anonimato, "el sistema sanitario griego se derrumbará si ponen al personal sanitario que se niega a vacunarse en desempleo parcial". "Los hospitales ya están sobrecargados, no tendría sentido", dijo.
Según el presidente del sindicato Poedin, Mijalis Yannakos, el 79 por ciento del personal sanitario en los hospitales públicos ya está vacunado y otro 11 por ciento tiene anticuerpos por haber superado la enfermedad. Yannakos planteó que, en vez de suspender los contratos de los no vacunados, habría que convencerlos de vacunarse.
"Es un asunto de orden moral", aseguró por su parte el ministro de Salud, Vasilis Kikilias, en una entrevista con el canal de televisión SKAI. Además el vocero del gobierno, Yannis Ikonomu, afirmó en rueda de prensa que el Ejecutivo examina ampliar las categorías de trabajadores para los cuales la vacunación contra la covid-19 será obligatoria.
Desde el 16 de agosto, los empleados de las residencias de ancianos están obligados a inmunizarse contra el coronavirus. A partir del 13 de septiembre y hasta el 31 de marzo, todos los trabajadores del sector público y privado que no se hayan vacunado deberán hacerse, por cuenta propia y por un costo de diez euros, una o dos pruebas semanales en función del empleo que tengan.
Con todo esto el gobierno intenta acelerar el ritmo de vacunación que, de unas 100 mil vacunas al día a principios de verano bajó a 20 mil o menos a mediados de agosto. Así Grecia quiere inmunizar al menos a un millón más de personas para acercarse a las tasas de vacunación de países como España o Portugal.
La semana pasada el gobierno griego anunció que los teatros, cines, sitios arqueológicos o museos podrán seguir aceptando a personas no vacunadas solo si presentan una prueba negativa efectuada en las 48 horas previas a la visita.
Desde que empezó la pandemia Grecia registra 570.077 contagios y 13.509 muertes por covid-19. En las últimas semanas el país europeo viene experimentando un fuerte repunte de casos, que está poniendo nuevamente a prueba la resistencia hospitalaria, especialmente en islas como Creta, donde algunas unidades de terapia intensiva están ya ocupadas al 90 por ciento.