A las 9 de la mañana comenzó en Río Gallegos el juicio oral y privado contra el cura Nicolás Parma, acusado de abusar sexualmente de seminaristas que tenía a su cargo en la Iglesia Exaltación de la Santa Cruz, de Puerto Santa Cruz. 

El debate está a cargo de la Cámara Criminal de la Primera Circunscripción Judicial de Río Gallegos, que llevará adelante las audiencias sin participación de público, dados los delitos que se ventilan. 

Parma se hacía llamar "Padre Felipe" en la Congregación "Hijos de Jesús San Juan Bautista", fundada en 2006 en Salta por el cura Agustín Rosa Torino, condenado en julio a 12 años de prisión por abusar de seminaristas y al menos una ex monja. 

Los denunciantes fueron los ex seminaristas Yair Gyurkovitz y Jonatan Alustiza -también sobrevivientes de abusos cometidos por Rosa Torino-, quienes detallaron hechos por los cuales Parma está acusado de abuso simple doblemente agravado en concurso real, con abuso gravemente ultrajante doblemente agravado en concurso real con corrupción de menores agravada.

El fiscal Iván Saldivia anticipó que la expectativa del Ministerio Público es “mantener la acusación material y formal” contra el cura, quien desde 2017 está detenido en una comisaría de Puerto Santa Cruz y que esta mañana fue trasladado a la sala del tribunal.

En tanto, los denunciantes asisten a la audiencia conectados desde sus lugares de residencia actuales, en Cafayate (Salta) y Pergamino (Buenos Aires), respectivamente. Además, se espera que declaren de manera virtual testigos y peritos.

Una instrucción detectivesca


La jueza de Puerto Santa Cruz, Noelia Ursino, instruyó en primera instancia la causa que comenzó en 2017 por delitos cometidos entre 2009 y 2012, cuando Parma se fue de Puerto Santa Cruz.

En la previa al debate, la magistrado destacó que: "armamos el rompecabezas de los abusos con la valentía de cada testigo. Fue fuerte porque además en comunidades tan chicas está la resistencia, porque la Iglesia es una institución importante para muchas familias, y el cura tiene una influencia clara", a tal punto que en 2012, cuando el cura dejó la ciudad, el Concejo Deliberante local le organizó un homenaje.

Según contó Ursino al diario local La Opinión Austral, para dar con el paradero del cura “se revisaron los registros de Migraciones que decían que había ingresado al país desde España, y que estaba radicado en Tucumán, en la casa de los padres”. Allí lo ubicó la Policía por orden de la jueza, tras lo cual Parma fijó domicilio.

La jueza detalló en esa entrevista que "cuando aparecieron las primeras noticias (sobre las denuncias contra Rosa Torino) yo sabía que la causa iba a llegar en algún momento, y cuando mandaron desde Salta la parte que correspondía a los hechos de Santa Cruz, de inmediato me declaré competente y corrí vista a la Fiscalía, conformando un equipo muy escueto para que no se filtrara nada". Hasta ese momento, a los denunciantes "les habían cerrado todas las puertas", añadió.

Tras ser citado a indagatoria, “se tomó el vuelo por sus propios medios" y declaró durante cinco horas a lo largo de las cuales negó la imputación. Al terminar el trámite, la jueza ordenó su detención.