El juez federal Sebastián Casanello procesó, sin prisión preventiva, al representante de modelos Leandro Santos por amenazas agravadas en perjuicio de Florencia Cocucci, aquella chica que viajó a Cancún con el fallecido fiscal Alberto Nisman. Según lo que concluyó el magistrado, Santos amenazó en forma feroz a Cocucci para que no declare que hubo un trato económico, intermediado por Santos, en aquel viaje y en el vínculo con el fiscal, escondiendo así una estructura de trata de mujeres. Tal vez lo más impactante es que Casanello denunció también a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) por armar una precausa contra Cocucci, con la ridícula imputación de que era una agente yihadista del Estado Islámico. La operación tuvo el objetivo de amenazar o extorsionar a la chica y, según el titular de la Comisión Bicameral de Seguimiento de los organismos de inteligencia, Leopoldo Moreau, podría deberse a que la AFI tuvo relación con la prostitución VIP o que quisieron amenazar a Cocucci por lo que iba a declarar en la causa Nisman. Es la primera vez que la justicia va a investigar una precausa de la AFI como ejemplo de espionaje ilegal.
Amenazas
En un largo y detallado escrito de 51 páginas, Casanello procesó a Santos por un delito que tiene altas penas, entre cinco y diez años de prisión, porque además el magistrado consideró que esas coacciones llevaron a la modelo a tener que dejar Buenos Aires para refugiarse en su ciudad de origen, Mar del Plata.
El juez transcribió una enorme cantidad de mensajes de amenazas:
“Estás incumpliendo tu trato si seguís así lo único que vas a ganar es que mostremos las fotos de vos con Nisman; te estás equivocando pendeja."
"Salí a callarte y a limpiar a la gente que te ayudó porque vas muerta. Vos vas a terminar como terminó Nisman así que empezá a limpiar a la gente que te dio trabajo y te cubrió porque terminás muerta como un sapo. Vos no cumplís el trato y hacé silencio y tenés 2 meses para ir por todos los medios a limpiar la imagen de quien tenes que limpiar sino vas a aparecer muerta”.
Otros mensajes son más violentos, con insultos y siempre amenazando de muerte y de exhibir supuestas fotos y videos de carácter sexual.
Las amenazas, según denunció el abogado de Cocucci, Omar Saker, no fueron sólo mediante mensajes sino que hubo patoteadas hechas en forma personal, por Santos mismo y por personas desconocidas. Querían dejar en claro que sabían dónde estaba Cocucci y su familia. Es más, también le hicieron llegar mensajes a las amigas de la modelo exigiéndoles que le advirtieran a la chica por lo que iba a declarar ante la justicia.
El trasfondo del caso --según analiza Casanello-- es que Santos escondía la prostitución VIP detrás de la agencia de modelos, algo que fue resultado de otra causa judicial. En ese marco, la muerte de Nisman resultó un obstáculo, porque Santos fue casi la última persona que habló con el fiscal en la noche del sábado 17 de enero de 2015, 24 horas antes de que aparezca su cuerpo. Y a eso se suman las evidencias del viaje de Cocucci y otra chica a Cancún, con los pasajes y el alojamiento pagados por Nisman.
Inteligencia ilegal
La Comisión Bicameral intervino en el caso porque detectó una precausa armada por la exSIDE para justificar un inusitado seguimiento de Cocucci. Durante la gestión macrista, el organismo de inteligencia sacó de la galera una delirante acusación contra la modelo, según la cual ella trabajaba para una organización terrorista vinculada al Estado Islámico. La Bicameral presidida por Moreau le envió los elementos de esa precausa --es una atribución de la AFI para iniciar una investigación-- y el juez concluyó que, en principio, se trataría de una maniobra de inteligencia ilegal. Por lo tanto, el propio Casanello presentó una denuncia contra la AFI.
“Hay dos hipótesis --dijo Moreau a este diario--. La primera es que existía una vinculación entre la AFI y la prostitución VIP. Es algo sobre lo que hemos tenido varios casos anteriores e incluso en su momento una guerra entre la SIDE y la Policía Federal. El agente Raúl Martins, de la SIDE, está prófugo de la justicia argentina por dominar parte de la trata de personas en el país. La segunda hipótesis es que la AFI armó el seguimiento a Cocucci también por la cuestión de su testimonio en la causa Nisman. No querían que la chica revele la relación económica entre Nisman, que siempre tuvo relación fluida con la SIDE, y la prostitución VIP”.
La denuncia de Casanello fue sorteada en Comodoro Py y la instrucción de la causa recayó en la jueza federal María Eugenia Capuchetti.