Starlink, la red global de pequeños satélites con los que el multimillonario sudafricano Elon Musk pretende llevar Internet a todos los rincones del planeta a los que la fibra óptica no llega, fue noticia en las últimas horas por el inesperado comentario de un usuario que aseguró tener problemas de conexión debido "a unas palomas aficionadas a posarse en la antena”.
Alan Woodward, experto en ciberseguridad de la Universidad de Surrey, en Inglaterra, y uno de los clientes que está probando la versión beta de Starlink, fue consultado este lunes por la BBC sobre su experiencia con el servicio. "La conexión ha ido más o menos bien, pero a veces la perdía por algunos segundos. Puede deberse a unas palomas que se han aficionado a posarse en la antena”, manifestó el profesor.
Más allá de estos pequeños cortes que podrían estar generados por las aves, lo cierto es que Starlink perdió la conexión la semana pasada durante una hora entera. Por ahora, la empresa no explicó los motivos del desperfecto.
Sin embargo, Woodward aseguró que su experiencia con la tecnología de Musk es, en general, "positiva". Una de las principales ventajas, explicó el experto, es su gran velocidad de conexión, que ronda los 150-200 megabits por segundo (mbps) de descarga y los 10-20 mbps de subida.
Actualmente, Starlink, una de las principales apuestas del fundador de Tesla, ya está proveyendo su servicio satelital y global de banda ancha en América del Norte, Gran Bretaña y Alemania.
Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones, una agencia de Naciones Unidas, el 48% de la población mundial todavía estaba “offline” (sin servicio de internet) en 2019. De allí el potencial del mercado, que según el Jefe Operativo de Starlink, Gwyne Shotwell, está estimado en un billón de dólares.
Aunque los usuarios que están probando el servicio se han mostrado, en general, satisfechos con su funcionamiento, el costo tentativo del mismo --100 dólares mensuales, a los que debe agregarse la compra del receptor de señal, por 500 dólares-- es todavía muy alto para lograr masividad, con lo que el desafío de Starlink es lograr reducir esos valores
A eso se ha dedicado en los últimos años: aunque logró reducir el costo de producción de sus platos de recepción a la mitad, le queda un largo camino por recorrer. Otras empresas como Iridium, Intelsat, SpeedCast y OneWeb que ya han intentado lo que se propone Starlink han fracasado.