Una nueva variante de coronavirus con un "gran número de mutaciones" fue reportada recientemente en Sudáfrica. Sin embargo, según aclaró el virólogo e investigador Humberto Debat, hasta el momento "no se está viendo un comportamiento epidemiológico distintivo" que genere preocupación.
Esta nueva variante, la segunda surgida en el país (la primera fue la Beta, registrada por primera vez en mayo de 2020), "tiene gran número de mutaciones: sólo en la proteína Spike tiene más de 12 y en total tiene unas 59 mutaciones respecto de la Wuhan", detalló Debat.
"Es una de las versiones del virus más distinta a la de referencia. Pero la buena noticia es que no se está viendo un comportamiento epidemiológico distintivo", destacó el integrante del Proyecto Argentino Interinstitucional de Genómica de SARS-CoV-2 (PAIS) en diálogo con Télam.
Pese al número de mutaciones, aseguró el virólogo, "no se está expandiendo ni geográfica ni cronológicamente". Hasta la fecha, se reportaron sólo 101 muestras con esta variante en todo el mundo, "lo cual es muy poco", señaló.
"Esto quiere decir que por ahora es una variante que miramos por la cantidad de mutaciones que tiene pero no se está comportando como para ser clasificada hoy como de interés o de preocupación", insistió.
Las mutaciones de la nueva variante sudafricana
Respecto al impacto que esta nueva variante podría tener, Debat indicó que si bien muchas de las mutaciones que presenta "están asociadas a mayor infectividad y evasión inmune (como E484K y N501Y compartidas con Beta y Gamma), epidemiológicamente hasta hoy no hay ningún dato que vaya en ese sentido".
Por la cantidad de mutaciones que presenta, "es probable que haya surgido por aceleración evolutiva del virus en una persona inmunodeprimida", planteó el especialista.
"Esto sucede porque en esos pacientes el virus puede durar meses y replicar mucho; puede ser que el paciente haya estado internado, con tratamientos incluso y que el virus haya sido contagiado a personal de salud y de ahí llegado a la comunidad”, amplió.
Esa dinámica, que tiene que ver con su origen, "es diferente al comportamiento tiene una vez que ya está circulando en la comunidad; y lo que se ve es que se está comportando como todos las otras variantes, no está evolucionando más rápido”, aclaró.
Como muestra de que aún no hay que encender la alarma, Debat recordó que "en Sudáfrica, donde dominaba la variante Beta, fue desplazada por Delta que es hoy la predominante".
Variantes de interés
Por el momento, la Organización Mundial de Salud (OMS) identifica como variantes de interés (VOI) a la Eta (de Nigeria), la Lota (de California), la Kappa (otra de India) y la Lambda (conocida como la variante Andina, identificada por primera vez en Perú y con bastante presencia en América Latina).
Las VOI son aquellas que presentan cambios en el genoma que, según se ha demostrado o se prevé, afectan a características del virus como su transmisibilidad, la gravedad de la enfermedad que causa y su capacidad para escapar a la acción del sistema inmunitario, ser detectado por medios diagnósticos o ser atacado por medicamentos.
También aquellas en las que "se ha comprobado que dan lugar a una transmisión significativa en medio extrahospitalario o causan varios conglomerados de covid-19 en distintos países, con una prevalencia relativa creciente y ocasionando números cada vez mayores de casos con el tiempo, o bien que presentan, aparentemente, otras características que indiquen que pueden entrañar un nuevo riesgo para la salud pública mundial".
Variantes de preocupación
Por otro lado, la OMS también distingue variantes de preocupación (VOC). Allí incluye a la Delta (identificada por primera vez en India e impulsora de nuevas olas en muchos países del mundo), la Alpha (identificada por primera vez en Reino Unido), la Beta (la primera "nueva variante" de Sudáfrica, surgida en mayo de 2020) y la Gamma (de Manaos).
Las VOC son aquellas variantes para las cuales existe evidencia de que generan un aumento de la transmisibilidad o cambio perjudicial en la epidemiología de la covid-19; un incremento de la virulencia o cambio en la presentación clínica de la enfermedad; y/o una disminución de la eficacia de las medidas sociales de los medios de diagnóstico, las vacunas y los tratamientos disponibles.