"La aspiración que Chile manifiesta extemporáneamente contradice la letra y el espíritu del tratado de paz y amistad de 1984, manifestando una vocación expansiva que Argentina rechaza", expuso el canciller Felipe Solá frente a la comisión de Relaciones Exteriores y Culto del Senado, acompañado por el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus. Luego de la explosión del conflicto con Chile por el decreto de Sebastián Piñera que avanza sobre la plataforma continental argentina, la Cancillería decidió llevar el tema al Congreso de la Nación, en donde se terminó decidiendo avanzar en un proyecto de declaración unánime de rechazo. Sorteando las tensiones que había generado el comunicado del Pro, todas las fuerzas políticas que conforman la comisión aunaron posiciones y coincidieron en la importancia de repudiar de manera unánime las pretensiones chilenas sobre la plataforma marítima al sur del Mar de Drake y el Cabo de Hornos. Si bien no hubo dictamen se acordó un borrador que será aprobado en los próximos días, una vez que se realicen las últimas modificaciones, con el objetivo de ser tratado en el recinto lo antes posible.
"Acá lo que está en juego son 5 mil kilómetros cuadrados de plataforma continental argentina inobjetables, según lo que dice la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar), y al mismo tiempo 25 mil kilómetros cuadrados de lecho y subsuelo que forman parte del Patrimonio de la Humanidad, y que Chile con este decreto intempestivo se apropia. Necesitamos que quienes están en funciones piensen sobre el fondo de la cuestión", insistió Felipe Sola durante su exposición ante los senadores. Durante 20 minutos, el canciller se explayó antes les senadores del oficialismo y la oposición sobre la legislación internacional y los acuerdos firmados entre Chile y Argentina. Lo hizo leyendo, con el objetivo de "aclarar los tantos" y dejar en claro que "Chile no puede pretender proyectar su soberanía en ninguno de los ámbitos marítimos más allá de los límites acordados" en el tratado de paz de 1984, que establece que "al sur que del punto final del límite (punto F)" la Zona Económica Exclusiva de Chile "se prolongará hasta el occidente del meridiano 67°16'". Es decir al oeste del meridiano, no al este.
Al finalizar, Solá no pudo evitar referirse con ironía al comunicado del PRO que había llamado a las cancillerías a "dialogar" para "zanjar las diferencias": "Agradezco profundamente las recomendaciones de negociar con el país hermano, pero ese es mi trabajo. Lo que les pido, sobre todo a quienes no comparten nuestra idea política, no es que me aconsejen sobre qué hacer, porque ya sabemos qué tenemos que negociar, ya sabemos que podemos llegar a recurrir a un tribunal. Lo que les pido es que digan quién tiene razón de los dos", exigió.
Daniel Filmus, por otro lado, destacó los proyectos de rechazo al decreto de Piñera presentados por senadores de diferentes partidos y celebró que hubiera "unanimidad de las fuerzas políticas respecto a la pretensión chilena". "La medida de Chile pretende apropiarse de una parte de la plataforma continental argentina y de una extensa área de los fondos marinos y oceánicos. Esto no es aceptable para la República Argentina y plantea una situación que corresponderá resolver a través del diálogo en defensa de los derechos argentinos", aseguró, subrayando que creía que el Congreso era "el mecanismo ideal" para expresar este rechazo. Participaron también de la exposición la coordinadora general de la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental Argentina, Frida Armas, y el director general de Consejería Legal Internacional de Cancillería, Holger Martinsen, quienes brindaron más detalles, como que, desde 1997 hasta la actualidad, Chile nunca había trazado antes una línea que se asemejara a la plataforma continental que ahora pretendía.
Proyecto de repudio
Luego de la exposición de los funcionarios, el presidente de la comisión, Adolfo Rodríguez Saá, propuso unificar en un solo borrador las cuatro propuestas de declaración presentados (de Pablo Blanco, María Eugenia Duré, Juliana Di Tullio y otro del mismo Rodríguez Saá) de modo de presentar un solo proyecto de repudio entre todos los bloques. Este borrador --que expresa un "enérgico rechazo" a la pretensión del gobierno chileno y respalda la postura adoptada por la Cancillería argentina-- será analizado durante las próximas 24 horas por todes les senadores que quieran hacerle modificaciones para luego llevaron al recinto.
"Este es un tema que va más allá de las diferencias políticas. Yo tengo grandes diferencias con el gobierno, pero esto no es un tema electoral, es un tema de soberanía nacional y si algo debe hacer Argentina es mostrar una posición común", destacó Juan Carlos Romero. En el mismo tono se expresaron los radicales Julio Cobos y Pablo Blanco, quienes se ocuparon de destacar que todo Juntos Por el Cambio acompañaba esta postura, incluido el PRO. Di Tullio, sin embargo, no perdió la oportunidad para referirse al comunicado firmado por Patricia Bullrich: "Parecía como si se estuvieran erigiendo como un tercer país, no era clara su posición. Pero me tranquiliza mucho la palabra del senador Cobos y Blanco de presentar un único proyecto de repudio", finalizó.
El senador Oscar Parrilli, por otro lado, fue más allá y llamó la atención sobre las intenciones políticas de Sebastián Piñera detrás del decreto publicado: "No puedo dejar de mencionar que esta actitud de Piñera tiene una connotación política muy clara. Tenemos que ser muy cuidadosos en no involucrar a todo el pueblo chileno detrás de esta postura expansiva. No se trata aquí de una disputa entre el pueblo chileno y argentino, sino que se trata de un manotazo de ahogado de un presidente que no sabe a qué recurrir para lograr irse del gobierno mostrando algo para el futuro", advirtió.