Hace unas semanas atrás, la plataforma OnlyFans comunicó que a partir del 1º de octubre iba a dejar de publicar contenido sexual explícito, pero que se podrían seguir subiendo desnudos, en tanto sean imágenes de uso aceptable. Esta medida desató una polémica en las redes sociales y el rechazo de muchxs trabajadorxs sexuales y creadorxs de contenidos XXX que utilizan esta red social como plataforma de trabajo, más aún desde la pandemia del Covid-19. Días después, y tras su masiva migración a otras plataformas, OnlyFans dio marcha atrás con su medida. ¿Qué hay detrás de todo este affaire?
Creada en 2016 por Timothy Stokely, OnlyFans es un sitio de contenidos que funciona a través de suscripciones pagas. Si bien allí se pueden encontrar contenidos de fitness o de cocina, este web site se ha hecho mundialmente conocido por ofrecer fotos y videos de contenidos sexuales explícitos. En este último tiempo, se convirtió en uno de los espacios virtuales más visitados para consumir porno estimando el alcance a 150 millones de suscriptorxs. Asimismo, la plataforma cobra un 20 por ciento de comisión a lxs creadorxs por los contenidos subidos allí y sus ganancias no han parado de crecer en la pandemia.
Para muchas personas, se presentó como una opción para ejercer el trabajo sexual desde la virtualidad. En diálogo con Las12, María Riot (@riot.maria.x), trabajadora sexual e integrante de AMMAR, nos comenta: “para muchas personas, OnlyFans es el acceso a un sueldo normal o simplemente a ganar dinero para comprar comida o pagar el alquiler. Especialmente, para quienes forman parte de la comunidad LGBT, a las personas racializadas y discapacitadxs que se enfrentan a una gran discriminación en la industria laboral y sí encuentran en el trabajo sexual un ingreso económico que les ayuda a subsistir”.
En el contexto de pandemia, este sitio se convirtió en una alternativa para que quienes antes ejercían de manera presencial pudieran llegar a fin de mes. Macarena Acuarela (@macarenacuarela) es trabajadora sexual y mamá. Antes del ASPO, hacía encuentros pero luego tuvo que volcar su trabajo a la virtualidad. “OnlyFans representó en casa un sustento casi del 90 por ciento de mi economía familiar”, cuenta a Las12, y que “no todxs lxs creadores de contenido son personas hegemónicas. Muchas personas gordxs, neurodiversxs y personas con diferentes discapacidades pudieron tener ingresos rentables. No todxs nos dedicamos al trabajo sexual porque ganamos miles, sino porque los "trabajos reales" o trabajos que llaman "dignos" no están diseñados para nosotrxs, y me incluyo”.
Para quienes están en Argentina, ingresar a estas plataformas no estuvo exento de dificultades tales como el retiro de dinero en dólares o el acceso a internet y dispositivos tecnológicos. “Es necesario contar con las herramientas, (celular, buena cámara, computadora) el tiempo y el lugar para trabajar. Si tenés hijos, si vivís solx con ellos, o en un monoambiente es complicado producir el contenido. Además que es un altísimo consumo de internet, del que no todxs tenemos el alcance” dice Macarena.
Por otro lado, OnlyFans se convirtió en una alternativa a la tendencia del porno online y su consumo gratuito. Así lo cuenta María Riot:“ lxs mismxs performers y pornógrafxs podemos publicar y cobrar de manera directa por nuestro trabajo, lo que desafía la idea de que todo el porno es y debe ser gratis, algo muy defendido desde la misoginia de creer que el trabajo sexual no es trabajo ni algo respetable por lo que hay que pagar. En estas plataformas existimos performers que estamos fuera de la industria mainstream, personas que nunca seríamos contratadas por las grandes empresas, pero que de todas maneras hay muchísima gente interesada en nuestro porno. Vi cómo personas trans o gordas que fueron rechazadas por productoras ahora podían ganar mucha plata en OnlyFans, más plata de la que podrían haber hecho trabajando para otros”. Pero además, esta independencia hizo posible que “muchas performers denunciaran a productoras y a otrxs performers por explotación y abuso, llamando a un cambio urgente en la industria”.
Al momento de comunicar la nueva restricción, la empresa afirmó que esta medida se debía a las políticas de los procesadores de pago como las tarjetas de crédito y las instituciones bancarias que adoptan una postura anti-pornografía. Mas esta explicación parece no alcanzar ni describir toda la situación. “Los bancos y procesadores de pago controlan el porno. Sí, de igual medida o mucho más que los monopolios del porno. Ellos son los que deciden qué tipo de pornografía puede venderse en cada plataforma. También son quienes ponen una cifra exorbitada como tarifa a las páginas web, haciendo que las suscripciones a sitios de porno sean altas o que las plataformas se queden con un porcentaje muy alto de lo que ganamos”, asegura María Riot. Y agrega: “los bancos están siendo influenciados por grupos religiosos conservadores y anti LGBT como NCOSE –antes llamado Moralidad en los medios- y Exodus Cry, que presionan a las instituciones bancarias con el argumento de que en OnlyFans o Pornhub hay contenido ilegal de abuso de menores. Pero prohibir la pornografía no va a solucionar este problema, sino que solo endurece la criminalización, la violencia y el estigma a trabajadores ya precarios y marginados”. La censura anti-pornográfica y la persecución al trabajo sexual, en este caso y en otros similares, ajusta donde más aprieta.
Mientras tanto, lxs trabajadorxs sexuales y creadores de contenido XXX hicieron oír sus críticas desde las redes sociales. Por ejemplo, la actriz porno Lina Bembe (@linabembe), radicada en Europa, comentó en su cuenta de Instagram que “las plataformas digitales son empresas capitalistas con ánimo de lucro, deseosas de recibir y ganar dinero con lxs trabajadorxs sexuales durante el tiempo que les resulte conveniente. Cuando llegue el momento de echarnos, lo harán sin reparos. Siempre seremos explotadxs, porque las reglas comerciales del juego son feroces hasta la médula”.
Desde Santiago de Chile –y en la previa al lanzamiento de su sitio– el colectivo Erotida (@erotidaweb) compartió en sus redes “Alternativas a OnlyFans para trabajadorxs sexuales y creadores de contenido (explícito o no)”, donde aconsejaron a su comunidad de seguidorxs acerca de cómo migrar los contenidos a otras plataformas como Manyvinds, AVN Stars, Just for Fans, Adultnode, Scatbook, Pocket Stars, Fancentro, Modelhub, Fansly. Allí afirman que “al igual que en América Latina, el abolicionismo de derecha y conservador presiona al sector financiero promoviendo políticas de prohibición, censura y persecución hacia lxs trabajadorxs sexuales y de las industrias del porno y el entretenimiento para adultxs. No es la primera vez ni la última vez que pasará, ya lo hemos visto con Tumblr y Patreon. Cualquier sitio puede ser el próximo target, e incluso se rumorea que Twitter podría estar en la mira, ya que es el “real” sitio de difusión de contenido XXX”.
La marcha atrás de OnlyFans es una victoria para quienes trabajan vendiendo contenidos eróticos, pero avizora una avanzada de la censura que ha llegado para quedarse.