La inflación en abril se ubicó en el 2,4 por ciento en relación al mes anterior, según el índice de precios que difunde la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET). En el primer cuatrimestre, el alza de precios alcanzó el 9,1 por ciento. Si se mantuviera esa tendencia el resto del año, la inflación en 2017 se ubicaría en el 29,8 por ciento, muy por encima de la pauta del 17 por ciento que propone el Banco Central pero también superior a las negociaciones paritarias, lo cual tendría un impacto negativo sobre el consumo y el empleo, como sucedió en 2016. En abril, la suba de precios estuvo motivada en primer lugar por el incremento de la tarifa del gas junto a las subas en alimentos y bebidas.
La UMET introdujo en su informe de inflación un dato que refleja el impacto de la pérdida del poder adquisitivo del salario. Desde noviembre de 2015 hasta el mes pasado, la caída promedio mensual del ingreso de los trabajadores formales fue del 5,6 por ciento. En todo el período, la merma equivale al 95 por ciento de un salario mensual. Es decir que, de haberse mantenido la relación salario-precios de noviembre de 2015, un trabajador podría acceder hoy en día a los mismos bienes habiendo trabajado un mes entero menos. El sector del capital embolsó la riqueza generada ese mes.
La suba de precios del capítulo de vivienda del índice de la UMET fue del 8,4 por ciento, traccionada por el aumento en el gas en todo el país. La UMET observó que el aumento en los hechos equivalió al 57,8 por ciento a nivel nacional, por encima de las previsiones oficiales. El gas añadió 1 punto porcentual de los 2,4 que registró la inflación en abril. El aumento de las boletas se explica tanto por la quita de subsidios en el precio del gas que abonan los usuarios como por el aumento en la retribución para las empresas de transporte y distribución. El Gobierno anticipó que después de las elecciones de octubre habrá una nueva suba. Además, los alquileres subieron un 2,2 por ciento el mes pasado.
Entre los alimentos, que escalaron en promedio un 1,9 por ciento, se destacó el encarecimiento de los lácteos, el arroz y la carne. Los lácteos subieron 3,7 por ciento en un marco de retracción de la oferta por la crisis en Sancor. El rubro arroz y cereales subió 2,2 por ciento, mientras que la carne lo hizo en un 1,7 por ciento y los condimentos y aderezos, un 3,1 por ciento. Las bebidas sin alcohol treparon 1,3 por ciento, mientras que las bebidas alcohólicas lo hicieron en un 1,6 por ciento. En cambio, los precios de los pescados se redujeron un 0,6 por ciento, mientras que la merma en frutas fue del 1,1 por ciento y las verduras quedaron estables.
Equipamiento y mantenimiento del hogar subió 2,4 por ciento, el rubro con el mayor incremento mensual después de vivienda. Estuvo impulsado por electrodomésticos para el hogar (1,8 por ciento), sofás (9,0) y colchones (7,2). Un escalón por debajo quedó educación (1,4), indumentaria y calzado (1,0) y transporte y comunicaciones (0,9), en donde se destacó la suba del 12 por ciento en el abono de la empresa Movistar y la baja del gasoil del 2,6 por ciento. Los medicamentos subieron 1,5 por ciento, la electrónica de consumo, un 0,4 por ciento y el alimentos para mascotas, un 5 por ciento.
En la comparación frente a abril del año pasado, la suba general de precios es del 27,1 por ciento. El capítulo con la mayor alza anual es vivienda, con el 37,9, lo que da una idea del impacto inflacionario de los aumentos tarifarios en electricidad y gas. La suba anual del rubro salud es del 32,3 por ciento impulsada por las cuotas de las prepagas, mientras que en la educación privada el aumento es del 29,4. Alimentos y bebidas quedó cerca del promedio, con un aumento del 27,9, mientras que esparcimiento registra un alza del 26,1 por ciento. Transporte y comunicaciones subió un 21,8 por ciento, por debajo del promedio, a raíz de la estabilidad de las tarifas del transporte público desde abril del año pasado. En tanto, los rubros de mantenimiento y equipamiento del hogar e indumentaria y calzado son los de menores aumentos en los últimos doce meses (19,4 y 14,7 por ciento, respectivamente), como consecuencia de la retracción del consumo.