La empresa alimenticia Molino Cañuelas entró en concurso preventivo de acreedores tras no llegar a un acuerdo con un grupo de bancos privados por una deuda que mantiene por alrededor de 1.300 millones de dólares. A través de un comunicado atribuyó su crisis a las "turbulencias" de 2019, la devaluación del gobierno de Mauricio Macri y "la crisis mundial por el Covid".
“Con el fin de asegurar la continuidad de sus actividades productivas propias de una industria esencial, proteger a sus más de 3 mil trabajadores, sus activos y los intereses de los propios acreedores, Molino Cañuelas, en conjunto con CAGSA, debió presentarse en concurso preventivo de acreedores”, anotició la firma a través de un comunicado.
Molino Cañuelas tiene 18 plantas industriales, 15 de las cuales están distribuidas en seis provincias argentinas. Su impacto en el mercado es tal que exporta sus productos a más de 50 países que, a la vez, utiliza a varios como materia prima para otras elaboraciones.
Los motivos de la empresa
La compañía, un de las más grandes del sector alimenticio en la Argentina, mantiene desde hace poco más de dos años los números en rojo con alrededor de 40 entidades, entre bancos, organismos multilaterales e instituciones financieras con los que en los últimos inició una ronda de negociaciones para restructurar su deuda.
Varios de los acreedores iniciaron acciones legales y “pese a los esfuerzos realizados en estos últimos años de negociaciones, y no obstante al consenso alcanzado con una relevante cantidad” de acreedores, la empresa conjuntamente con la firma Compañía Argentina de Granos SA (CAGSA) solicitó la apertura de su concurso preventivo de acreedores.
El objetivo de esta medida es "proteger sus activos, los puestos de trabajo directos e indirectos de la empresa y los intereses de los propios acreedores”. En este sentido, garantizó que mantendrá “su estructura productiva” y aseguró la “continuidad operativa en todas sus plantas y establecimientos industriales y comerciales".
Un cambio de escenario
El comunicado informó que en marzo de 2019 “había alcanzado un principio de acuerdo” con un sector de los acreedores. “Sin embargo –agregó-, la nueva turbulencia financiera registrada en el país en el mes de agosto de ese año y la abrupta devaluación de la moneda local, sumado a la crisis mundial por el Covid en 2020 y las dificultades propias que esto generó en la Argentina provocaron un nuevo e inevitable cambio de escenario”.
En ese marco, la empresa explicó que en los años se “llevó adelante un importante plan de inversiones, el cual, en gran parte, se cancelaba con un mecanismo de capitalización de la compañía en los mercados bursátiles local y del exterior mediante una oferta pública de acciones”.
Sin embargo, explicó, “la alta volatilidad que se registraba en ese momento en las principales bolsas del mundo y la performance económica negativa de la Argentina, redundaron en una falta de interés de los mercados que obligó a la Compañía a desistir del proceso”.