El cumpleaños de la industria fue, sorpresivamente, el escenario en el cual se consagró el cese del fuego (al menos temporal), en la disputa entre el Gobierno Nacional y la Unión Industrial Argentina (UIA). Después de un discurso inaugural fuerte del secretario de Industria, Ariel Schale, en el que con números reflejó la herencia de Cambiemos al sector, el presidente de la entidad fabril casi que adhirió a la lectura oficial sobre el pasado y el presente. "Veníamos muy heridos, la recesión y las altas tasas fueron una conjunción muy dura para el tejido industrial y en mayor medida para las pymes", apuntó Daniel Funes de Rioja. Y agregó que "hoy estamos 4,5 puntos por encima del año 2019. Estamos en un punto de inflexión que tiene que ser punto de partida". Algunos de sus colegas, pícaros, sugirieron que si ése hubiese sido el tono del discurso inaugural de Funes en la entidad, la guerra con el Gobierno no existiría.
En la primera fila de invitados al evento del Día de la Industria celebrado en la planta de Cerámicas Alberdi, en José C. Paz, observó la escena el líder de Techint, Paolo Rocca, padrino político de la llegada de Funes al poder. Su presencia, poco habitual en estos eventos, es una foto: respaldo a su pupilo en el mano a mano con el Gobierno y, también, una exposición para estar en la postal de las buenas. Cuando terminó de hablar Schale, fue el primero en abordarlo y brindarle elogios a la política industrial del Gobierno de Alberto Fernández.
El secretario fue a la UIA en representación de Nación, secundado por la secretaria de Comercio, Paula Español, ante el viaje al Chaco que realizó junto al Presidente el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. "Les traigo el saludo de nuestro ministro, que no puede estar por cumplir exigencias de agenda presidencial, pero saben que siempre estamos, y seguiremos presentes. Y eso se manifiesta en nuestras convicciones y tarea diaria", arrancó Schale, saliendo por encima del laberinto del faltazo oficial.
Con un fuerte discurso político, el secretario dejó el mensaje que quería: "venimos de dos crisis, la desindustrialización del Gobierno anterior y la que provocó la pandemia. La Argentina de Macri no fue una crisis más, fue una de las más importantes de la historia argentina", arrancó. La metralla de datos de la herencia incluyó la descripción de que "al inicio de nuestra gestión veníamos de 20 meses seguidos de caída en la actividad, algo nunca visto en la serie. De los 48 meses de gestión, 46 fueron de destrucción del empleo industrial. Perdimos 144 mil puestos de trabajo en la industria manufacturera. Y ningún sector de actividad industrial a diciembre del 2019 terminó con niveles superiores a diciembre del 2015. A todo el que producía en la Argentina le fue mal".
En paralelo, Schale aclaró que "las tasas de interés eran incompatibles con la vida humana", y aclaró además el apuntalamiento del gobierno con IFE y ATP en plena pandemia. Volviendo a la era Cambiemos, aseguró que "perdimos 20 puntos de poder adquisitivo. Hubo depredación de productos importados sobre nuestras industrias. Argentina fue el país que más se desindustrializó en esa etapa, el PBI cayó casi 18 puntos. Nunca fue gratis reponerse de esto". Lo escuchaban con atención pesos pesados de la industria: Rocca y su alfil Luis Betnaza; el cafetero Martín Cabrales; Miguel Rodríguez (Sinteplast); Marcelo Figueiras (del laboratorio Richmond, que produce en Argentina la vacuna Sputnik V; y dirigentes del Grupo de los Seis como Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio); Mario Grinman (Cámara de Comercio); Nicolás Pino (Sociedad Rural) y José Ignacio De Mendiguren.
En el ingreso a las instalaciones, previo a los dos vips armados para el lunch posterior, al "Vasco" lo sorprendió una frase. "No te van a dejar entrar", bromeó un curioso, en referencia al cruce que tuvo con Funes y con Techint, donde denunció proscripción de su figura. "Cómo no voy a venir? La UIA es mi casa", devolvió el ahora presidente del BICE. También fueron de la partida el titular de la UOM, Antonio Caló, y su par de la Construcción, Gerardo Martínez. Casi todos ellos estuvieron en una recorrida por la planta de cerámicas. El dato: el propio Martín Rappallini, dueño de la compañía, detalló que está habiendo un crecimiento muy fuerte, incluso en las exportaciones a Chile.
Antes de ceder la palabra, Schale expresó que "soy parte de un gabinete económico muy pragmático. Lo demás es biribiri o velo ideológico. La decisión política no es biribiri", refiriendo a la multiplicación por 20 del presupuesto fabril comparado con la era Macri. Por su lado, Funes aseguró que "estamos orgullosos de cómo trabajanmos con el gobierno en la pandemia, con los protocolos. Se pusieron a disposición con el ATP para pasar el momento de mayor cierre. Lo hicimos con coincidencias, diferencias, que son naturales de una visión genuina, no oculta". Más allá de las quejas habituales por impuestos, hubo un palo casi obligado de Funes al Gobierno, cuando pidió resolver el conflicto con los cupos de exportación de carnes. Pero los presentes coincidieron en la sorpresa de un escenario que prometía guerras y terminó en palmadas en la espalda.