La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) indicó este jueves que Virgin Galactic no podrá realizar nuevos vuelos espaciales hasta que no concluya la investigación que intenta determinar los motivos por los que la nave que transportó al fundador de la compañía, Richard Branson, se desvió de su trayectoria planificada.
El pasado 11 de julio, cuando se concretó el viaje al espacio, Virgin Galactic había asegurado que todo se había desarrollado según lo planificado.
Sin embargo, un informe de la revista semanal The New Yorker reveló que durante el recorrido se encendieron alertas de seguridad en la cabina de la nave, ya que se desvío de la trayectoria programada originalmente.
"Virgin Galactic no podrá volver a volar el SpaceShipTwo hasta que la FAA apruebe el reporte final de investigación sobre el percance o determine que el problema no afecta la seguridad pública", informó la agencia federal.
El primer viaje
El pasado 11 de julio, tras leves demoras por las condiciones meteorológicas, un enorme avión que transportaba la nave espacial realizó un despegue horizontal desde la base Spaceport America, alrededor de las 8.40.
Una vez que alcanzó 15 kilómetros de altura, la nave se desprendió e inició un ascenso supersónico, hasta superar los 80 km de altitud, el punto establecido en Estados Unidos para la frontera espacial.
Cuando se apagó el motor, los pasajeros pudieron desprenderse de sus asientos y flotar durante unos minutos en ingravidez, admirando la curvatura de la Tierra desde una de las 12 ventanas de la cabina. Luego, la nave volvió a la Tierra planeando.
Virgin Galactic planeó la construcción de Spaceport America en el desierto de Nuevo México, a menos de 100 km al norte de la pequeña ciudad de Las Cruces, un proyecto financiado en gran medida por ese estado del suroeste de Estados Unidos.
La base incluye una pista de más de 3,6 km de longitud y un edificio con espacios dedicados a las operaciones de vuelo, así como a la recepción de futuros clientes.