El 24 de marzo de 2020, sin bajarse de la camioneta, fue la última vez que las Madres de Plaza de Mayo vinieron al lugar que les da nombre, el que las vio nacer como asociación y del que, en verdad, nunca se fueron. Durante 75 jueves, en todo lo que va de pandemia, "transformaron sus cocinas en plaza", como define Hebe de Bonafini, quien infaltablemente habló desde aquella, su plaza virtual. Junto a la transmisión por las redes de la marcha cada una siguió su ritual: algunas ese día ponían sus pañuelos en las ventanas. Otras se llamaban por teléfono, necesitaban esa forma de sostén. Hubo quienes, directamente, se fueron contando la escena como si estuviese ocurriendo: "ahora llegamos a la plaza, ahora avanzamos, tomate de mi brazo, cuidado ahí, no te caigas...". El jueves, estas mujeres que pasaron los 90 años y mantienen la fuerza que ha definido la dignidad de un país, volvieron a esta, su Plaza. Marcharon esta vez desde su camioneta, con barbijo y distancia, pero a la vez tan cerca de ese canto que volvió a rodearlas: Madres de la Plaza, el pueblo las abraza.
"Las Madres salimos de la cocina a la plaza, y de la plaza volvimos a la cocina. Hoy volvimos a la plaza, y vamos a volver cada jueves, otra vez", ubicó Hebe el increíble recorrido de vida de estas mujeres. A su lado, desde la camioneta y saludando a la gente que las rodeaba, sonreían Visitación, de 96 años (cumple 97 en octubre); Pina, de 90; Rosita, de 93 (algo enojada porque Hebe le sumó edad en su discurso, dijo que tenía 96). Transmitían su alegría, también una gran emoción. Dieron muchas vueltas a la pirámide, como si no quisieran irse.
Entre quienes acompañaron a las Madres en este jueves especial estuvieron el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, la titular de la AFI, Cristina Caamaño, el exvicepresidente Amado Boudou, el secretario general de ATE Capital, Daniel Catalano.
Hebe quiso recordar "a los primeros compañeros que nos apoyaron, cuando a las Madres no nos daban ni la hora: Papo, Luca Prodan, La Renga, Teresa Parodi, Hamlet Lima Quintana, Luis Alberto Spinetta, Vicente Zito Lema, Paco Ibañez", y a las Madres que armaron filiales en el interior del país, "que hicieron un gran sacrificio, porque no era fácil armarse y salir a marchar. No nos fue fácil a las Madres. Pero cada una sintió que la marcha y la plaza, les daba vida a los hijos".
"La tragedia que pasó, es espantosa. Para que no vuelvan los mismos, porque quieren volver, tenemos que trabajar mucho. Y necesitamos ganar, más allá de todas las diferencias que tengamos. No somos todos del mismo palo ni tenemos la misma dirección, pero nos necesitamos unos a los otros. Si no queremos que nos pasen otra verz por arriba, que nos cierren los hispitales, las universidades, tenemos que trabajar y ganar", dijo Hebe en relación al armado del Frente de Todos y las muy próximas elecciones de medio término.
Tuvo, como siempre, su momento de humor: "¿Saben qué pasa con estos señores que critican tanto lo que dijo Tolosa Paz? Tuvieron muchas navidades pero ninguna noche buena. ¡Por eso no entienden lo que dijo ella!". "Nosotros y nosotras disfrutamos la vida, el color de los pájaros, el amor. Queremos querernos, tocarnos, besarnos, abrazarnos. Sabemos lo que es la felicidad. Ellos no, están arrimados al dólar, que es lo más frío que hay". "No sé cómo agradecerles tantas muestras de cariño", dijo relatando los mensajes y gestos que recibieron las Madres en estos meses de pandemia.
Los que marcharon con las Madres
"Acompañar a la Asociación Madres de Plaza de Mayo hoy, después de casi dos años de pandemia, es muy emocionante. Primero, por lo que significan ellas los jueves en esta Plaza. Pero también porque es una señal de que empezamos a volver a una normalidad, a tener el país que queremos tener", definió en diálogo con Página/12 Pietragalla. "Más allá del símbolo de nuestras Madres marchando, este momento refleja que empezamos a volver a la normalidad que deseamos todos los argentinos y argentinas", consideró.
Cristina vive en provincia y dice que esta es la primera vez que "cruza" a la capital desde que comenzó la pandemia, su primera salida fuera de lo estrictamente familiar. "Volver a encontrarme con las Madres es revivir la resistencia, es la fuerza que te dan ellas para seguir peleando, es reencontrarse con los compañeros. Y es nuestra plaza, la Plaza de las Madres", ubica. Igual que Hebe, Cristina también piensa que la Plaza de Mayo, luego de las remodelaciones que encaró el gobierno porteño, "está más triste". "Se lo ve todo medio vacío, desangelado", evalúa.
"Escuchar a Hebe es aprender algo nuevo todos los jueves, es saber adónde mirar: Es un horizonte", define Elisa, de 45 años. "Vine a devolver la fuerza que nos dan ellas en tantos, años, las Madres pusieron el cuerpo en el peor momento de la historia argentina, venir hoy es lo mínimo que podemos hacer", agrega Sofía González. Ella siguió todas las marchas virtuales en este tiempo. "Estuvimos acompañando también cuando los que propagan el odio vinieron a tapar los pañuelos, desde nuestro lugar también vinimos a defender la plaza", dice recordando una de las ocasiones en las que los pañuelos pintados alrededor de la pirámide fueron vandalizados.
Cristina Romeral es una de las que no puede hablar por la emoción: "Las Madres significan mucho para el pueblo argentino, son nuestra dignidad", resume. "Volver a la plaza es como volver a vivir. Es la vida que nos alcanza, cada jueves, desde hace muchos años", dice Norma Castillo, en otro relato cortado por la emoción. "Las Madres son la historia viva de nuestro país, y a ellas les debemos lo más importante que tenemos, que es la democracia", define. "Lo que dice Hebe, es así. Ella lo dice hoy, y mañana se cumple", agrega con una sonrisa, recordando el comienzo del gobierno de Macri, cuando, recién asumido, Hebe marcó: "Volvió el enemigo a la casa de gobierno".