Después de seis meses de intenso trabajo en el hospital zonal de Nueva Esperanza, al norte de Santiago del Estero, todo el equipo de salud celebró y se emocionó hasta las lágrimas, por ser la primera vez que no tienen ningún paciente internado por coronavirus.

“Luego de más de seis meses de tener pacientes internados, de tener las salas llenas con pacientes covid-19, es el primer día después de estos meses que no hay pacientes internados”, dijo a Télam la médica María Fernanda Ripoll.

Y agregó: “Desde febrero en adelante el incremento de los casos se hizo notorio, exponencial, tuvimos que modificar todo y aun así, muchas veces nos veíamos desbordados. Todo esto nos moviliza, nos emociona y deja en nosotros la satisfacción de seguir trabajando y formándonos".

Por su parte, la directora del hospital, Rosana Roldán, comentó a Télam que “todo el equipo desde el año pasado nos pusimos la camiseta, nos preparamos para el batallón y ola de pacientes que hemos tenido, y los 180 pacientes internados hoy están recuperados con sus familias”.

“Siempre tuvimos el acompañamiento del Ministerio de Salud, el Estado provincial siempre estuvo presente y por eso estamos muy agradecidos, ya que el hospital contó con todo lo necesario para afrontar la pandemia", subrayó.

“Han sido momentos de angustia en todos los aspectos, la angustia de estar en el hospital, la de volver a nuestras casas y ver a nuestros hijos que nos estaban esperando para saber si estábamos bien”, añadió con su voz quebrantada de emoción.

También, la directora médica lamentó la pérdida de algunos pacientes y colegas, quienes “no están físicamente, pero han dejado huellas en el hospital” y este día es un homenaje para todo ellos.

En tanto, el médico Álvaro Ramos indicó que todo este tiempo “fueron momentos de lucha, angustia, gente que se recuperaba y también de pérdidas, aunque fueron en mucha menor cantidad en comparación a la gente que se recuperó”.

Mientras que la doctora Mirta Pérez calificó al día como “muy especial para todo el personal del hospital, es un éxito de todos, un día de gloria, que ojalá siga así”.

Otras de las médicas, Macarena Carabajal, recordó los días en que "a pesar de todo, teníamos que ponernos la máscara, el traje y entrar con una sonrisa a darle la mano al paciente que estaba enfermo, a refregarle la espalda y decirle que tenía que seguir adelante, que nos tenía que ayudar”.

Por su parte, el kinesiólogo Marcelo Andrada dijo que se vivieron “momentos especiales, alegres, tristes, de angustia, miedo y bronca”, y "aprendimos a convivir con el virus".

Finalmente, la médica Verónica Molina relató: “Cuando llegué al hospital y vi la sala vacía, tuve una mezcla de mucha sensaciones, satisfacción, felicidad y emoción hasta las lágrimas, porque verla así era un sueño”.

“Hoy tenemos la grata noticia de que dimos de alta al último paciente, lo cual fue todo un trabajo en equipo”, dijo el doctor Cristian Villagra y añadió que también es “un aprendizaje para el bienestar del paciente, por lo que hay que seguir luchando con esperanza”.