El Servicio Penitenciario de Santa Fe se apresta a ascender a tres de sus oficiales superiores, a pesar de que, dos de ellos tienen encima sendas acusaciones penales por violar a suboficiales bajo su mando, y sobre el tercero recae su presunta responsabilidad en la insólita fuga de un detenido, el mes pasado, de la Unidad Penitenciaria 1 de Coronda, de la que es director.
La promoción para el ascenso de los jefes penitenciarios se reveló en el memorándum N° 1198, del 31 de agosto. Allí el organismo que dirige el subprefecto Walter Micheloud informa a la Dirección de Capacitación la convocatoria a un grupo de altos oficiales a asistir a un curso de formación profesional obligatorio para el ascenso del año 2021.
El llamado es un trámite habitual en la dinámica de promoción del personal carcelario, pero aquí sobresalió la inclusión de los alcaides mayores Ricardo G., Esteban S., y Alfredo Sánchez, advirtió el abogado penalista Martín Mazzeo, quien representa a dos empleadas penitenciarias que denunciaron por sendos ataques sexuales a los dos primeros. Sus identidades, por ahora, se presentan con su inicial porque, precisamente, no han sido imputados penalmente, algo que sus denunciantes esperan y reclaman a la Justicia provincial.
La decisión política de estos ascensos recae en la Secretaría de Asuntos Penitenciarios, a cargo de Walter Gálvez.
Ricardo Ariel G. fue denunciado por una suboficial del SP asignada a la cárcel de Coronda, cuando él era su jefe directo, en tanto subdirector del penal, hacia el año 2015. La mujer, de 45 años y con 20 de servicio, soportó cinco años el acoso y la tortura psíquica y sexual que ejerció su superior. Sufrió por ello secuelas psiquiátricas, y el Estado se negó entonces a costear el tratamiento que necesitó y que continúa para superar el trauma. La Cámara de Apelaciones ordenó en mayo pasado a la Provincia de Santa Fe a afrontar el costo del perjuicio que sufrió una de sus agentes a manos de un jefe.
Ricardo G. está denunciado desde el 6 de noviembre de 2020 en sede policial. El fiscal Marcelo Nessier tomó declaración a personal penitenciario, aceptó que la víctima se constituya como querellante, pero hasta ahora no requirió audiencia imputativa para el jefe penitenciario, a quien solo lo relevaron del puesto y lo trasladaron a otra unidad del SP. Desde este último destino ahora espera un ascenso.
Esteban Ricardo S. era director de la UP 1, en Coronda, cuando otra suboficial penitenciaria denunció que él y el subdirector de ese presidio la emboscaron en el puesto de guardia que cubría y –literalmente– la violaron. Los dos jefes mayores de la principal cárcel de la Provincia de Santa Fe. Luego del ultraje sufrido, la agente penitenciaria fue amenazada y, después, cesanteada sin justificación. Rosario/12 lo publicó aquí.
La violación sigue impune, aunque la denuncia quedó asentada en la comisaría de la Mujer de Gálvez, y derivada a la Unidad Fiscal de Delitos Complejos de Santa Fe. Pero la Justicia solo atendió el reclamo judicial y la Cámara en lo Contencioso Administrativo le ordenó al Estado provincial que la reincorpore a su empleo. Esteban Ricardo S., en tanto, fue trasladado por el Servicio Penitenciario a cumplir funciones en la Unidad Penitenciaria N° 11, de Piñero. Sigue siendo jerárquico del SP y, como sus camaradas, espera el martes 7 para empezar la capacitación obligatoria para luego ascender en el escalafón.
El caso del alcaide Sánchez tiene relación con la fuga de un preso de alto perfil como Juan Marcelo "El Tuerto" Priotti, de 47 años, y que purgaba una condena de 35 años por homicidio y otros cargos. El 17 de agosto salió del pabellón con la misión de limpiar unos baños químicos, pero de manera insólita trepó al tejido perimetral posterior de la cárcel de Coronda y saltó hacia la libertad. Corrió y subió a una camioneta que lo esperaba en la calle, y desapareció. Sánchez era entonces, y sigue siendo, el director de la UP 1, a pesar de las curiosas circunstancias en las que ocurrió esa evasión.
"Estos jefes están en la nómina que el Servicio Penitenciario le elevará al gobernador para disponer de sus ascensos. Llama la atención, es como si tuvieran una especie de fueros de inmunidad para ciertas jerarquías, porque a los oficiales de menor grado, a los suboficiales, sí se los sanciona, pero a los jefes no", dudó el abogado Mazzeo en diálogo con Rosario/12. Y recordó, además, otra circunstancia que le hace abonar su conjetura: el ex director de la UP 11 en Piñero, Hernán Ocampo, fue excarcelado antes que dos subalternos también involucrados en aquella inefable fuga de dos detenidos ocultos en sendos carritos. Ocampo está imputado de encubrimiento para la evasión, pero aguarda el desenlace de la causa penal en libertad. "Se fugan dos presos como (Carlos) D'Angelo y (Hugo) Peralta, de esa manera... es raro que el director no esté al tanto", desconfió el penalista.