El Ministerio de Salud japonés informó este sábado que hay 2.223 pacientes graves de coronavirus conectados a respiradores, un máximo histórico que supone un incremento de dos enfermos con respecto a la cifra del día anterior.

Japón se ubica en el puesto 26 del mundo en términos de contagios totales (1,5 millones), mientras las muertes ya suman 16.247, según datos oficiales citados por la agencia de noticias Europa Press. Este sábado se reportaron 16.739 nuevos contagios y 63 fallecimientos.

Variante delta

El Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de Japón informó que la variante delta del coronavirus, mucho más contagiosa que la original, es ya la dominante en el país asiático, lo que podría provocar una mayor virulencia de la enfermedad.

En concreto, el 98 por ciento de los contagios en Tokio y las prefecturas vecinas de Kanagawa, Saitama y Chiba corresponden a la variante delta, mientras en Osaka, Kioto o Hiogo representan el 92 por ciento. El caso más elevado es el de Okinawa, donde esta variante trepa al 99 por ciento.

Por otra parte, este sábado el país dio inicio a la vacunación de la población de entre 18 y 39 años en el centro de Tokio.


Efectos políticos

Duramente golpeado por el coronavirus, el país asiático mostró esta semana los efectos políticos de la pandemia cuando el primer ministro, Yoshihide Suga, anunció que no será candidato para liderar su partido en las elecciones internas previstas a finales de septiembre, ya que decidió concentrar sus esfuerzos en luchar contra el coronavirus.

La decisión, que implica que también dejará el cargo de jefe de Gobierno, sorprendió, ya que llegó al poder hace tan solo un año. "Me di cuenta de que no podía hacer las dos cosas": luchar contra la pandemia y por la reelección en el PLD, dijo Suga. "Tuve que elegir", explicó.

Impopular

La popularidad de Suga se desplomó -paralelamente a la de su fuerza política, el Partido Liberal Demócrata (PLD)-, debido a las decisiones que tomó para hacer frente a la pandemia, que sigue propagándose en Japón.

Suga también es muy impopular por su empeño en mantener a cualquier precio los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de este año, pese a que la mayoría de la población se oponía a su celebración.