Una reunión. Una sola reunión entre los docentes Autoconvocados y el autodenominado “gobierno del diálogo” alcanzó para que se destrabe un conflicto que llevaba un mes de paro. Sentados frente a frente, solamente con revisar cuatro puntos del acuerdo ofrecido en las paritarias, volvieron los maestros a las aulas, aunque seguirá la negociación en las mesas técnicas que se implementarán desde el 17 de septiembre.
La vuelta a clases era la obsesión del gobierno, intentaron imponerla primero con el desgaste de los maestros, después volcando la opinión pública en contra de los docentes y finalmente mediante una conferencia de prensa que arrancó como un pedido y terminó como una amenaza.
“Sin vuelta a clases no hay diálogo posible”, decía el gobierno. “Sin diálogo no hay vuelta a clases posible”, retrucaban los docentes. Y mientras estas posturas reeditaban el dilema del huevo y la gallina, la situación se iba tensando cada vez más, con una mayor participación de la policía de la provincia, que encontró terreno fértil para la represión cuando los docentes decidieron acampar y sitiar el centro cívico del Grand Bourg.
Finalmente, una conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo (que se tomó un mes para ordenarla), forzó la tan postergada reunión que reconstruyó a la fuerza los puentes que el propio gobierno había dinamitado, bajo el lema “gremios o nada”.
El problema es que los gremios se parecen cada vez más a ese rey celeste de la canción “Me contaron que bajo el asfalto”, que no podía mandar a nadie, solamente era rey porque le gusta. Hace rato que, por un motivo u otro, no pueden contener el reclamo de las bases, que optan por agruparse como autoconvocados y decidir las acciones en asambleas.
Ahora el “gobierno del diálogo” deberá empezar a revalidar el título si es que quiere sostener ese slogan, porque hizo agua todo agosto. Ya no le alcanza con recordar que allá, por el 2020, el gobernador Gustavo Sáenz los escuchó a los Autoconvocados en la plaza 9 de Julio.
Esa noche el mandatario fue abordado imprevistamente por los maestros, que vieron como Sáenz llegaba al Teatro Provincial para la función de apertura del año de la Sinfónica. A la mañana los docentes habían sido reprimidos y el gobernador les pidió disculpas y organizó una reunión, lo que cayó mal a los gremios, quienes se sintieron ninguneados en su representatividad y casi le cuesta el puesto al titular de Educación Matías Cánepa, que sentado en ese momento en plena negociación con los sindicatos, se sintió desautorizado por el propio gobernador.
En esta oportunidad, aunque ya parece cosa del siglo pasado, los desencuentros arrancaron con el ex secretario de gobierno, Matías Posadas, que en su rol de candidato la pudrió en vivo y en directo por televisión, ninguneando la masividad del paro y los motivos de reclamo.
La historia terminó con una reunión a las apuradas del funcionario con los docentes para tratar de explicarle lo inexplicable, pero sin que el por entonces secretario de Gobierno (en ese momento de licencia por la campaña, y hoy eyectado de la estructura ministerial, tras su mal resultado electoral), pueda darles ninguna solución concreta.
Tampoco fue feliz la intervención del vicegobernador Antonio Marocco, que los llamó a una reunión también sin ningún resultado, sino que por el contrario hasta el día de hoy la docencia sostiene que todos los que participaron en ella después fueron escrachados con la publicación de lo que cobran de sueldo.
Y mucho menos favoreció al diálogo la mencionada conferencia de prensa, porque entre el tono de padre enojado que usó el ministro Ricardo Villada y las amenazas de descuentos, lo único que consiguieron fue aumentar la cantidad de carpas en el acampe docente frente a la Casa de Gobierno.
El cierre de esta serie fue con un paso de sainete en Tartagal, donde en una entrevista televisiva el gobernador se jactaba de ser un hombre de diálogo, pero unos bocinazos de ciclomotor alcanzaron para que saliera disparado con la camioneta para evitar a dos docentes que llegaban, justamente, con la intención de dialogar...
Igual se ve que el gobierno anda falto de adrenalina porque apenas se solucionó el paro docente, casi arman una pueblada en Orán porque decidieron suspender al médico Jorge Gomila, que en enero organizó una sentada para evitar que se lleven, supuestamente a arreglar, dos ambulancias del hospital, ante la sospecha de que ya no volverían a ese establecimiento.
Los oranenenses no solamente valoran lo que hizo el médico en cuidado de los recursos del hospital, sino también se dieron cuenta de que pasando a retiro a Gomila, perdían un médico, históricamente el recurso sanitario más escaso que tiene Orán, un problema que no solucionaron ni siquiera durante la pandemia de coronavirus.
Ante el malestar creciente en la ciudad, finalmente el ministro de Salud, Juan José Esteban, debió anunciar que suspendían la suspensión (por momentos hasta gramaticalmente es difícil entender a esta gestión).
Primero Educación, luego Salud. Siguiendo la lógica esta semana les tocaría romper algo en el área de Seguridad, cosa que no sería raro, ya que tienen un ministerio plagado de intrigas palaciegas y con un permanente aroma a “Idus de Marzo”.
Y la campaña va yendo
En Salta hay dos cosas que vienen sucediendo pero que los ciudadanos no tienen la menor idea de que pasa. Una es la recolección diferenciada de residuos: a la basura clásica la levantan cuatro veces a la semana y a la seca dos días. Los primeros balances demuestran que hasta que se acostumbre el salteño a esta modalidad, va a pasar un largo tiempo...
La otra cosa que pasa a desapercibida es la campaña para las PASO del próximo domingo.
A nivel nacional la campaña se sustenta en “debates” sobre sexo y drogas (gentileza de Victoria Tolosa Paz y Eugenia Vidal). En tanto Mauricio Macri parece que quiso poner el Rock and Roll y tiró como al pasar que el gobierno se tiene que ir si le va mal en las elecciones. Si bien se ganó el repudio de un amplio sector de la sociedad que sabe que el respeto a la democracia es un límite que no se debe cruzar, hay que tener en cuenta que el ex presidente hizo esas declaraciones en radio Mitre de Córdoba: la radio y la ciudad bastiones de Cambiemos, a quienes la frase posiblemente les sonó afinada como un disco de Pink Floyd.
Aquí, en cambio, en este ventoso agosto/septiembre como único recordatorio de las inminentes elecciones vuelan por las calles los votos, que voluntariosos rastrilladores tiran bajo la puerta de las casas y reparten a ocasionales peatones como si fuesen volantes.
Cuál será el porcentaje de participación y cómo se distribuirá la estructura del saencismo, son las dos incógnitas de estas PASO. En lo que respecta al primer punto, la base con la que arranca es un 64% de presentismo en las últimas provinciales, una vara muy baja que debería superarse sin mayores inconvenientes, aunque los feriados del Milagro puedan tentar a los votantes a desperdigarse en mini vacaciones.
En cuanto a lo segundo, si bien Sáenz se mostró ajeno a la campaña, el panorama político se despliega para el gobernador como un paño de ruleta en el que pone fichas en varios números para asegurarse meter un pleno.
Igual hay que tener en cuenta que estas elecciones no dejan de ser unas primarias que van a definir los candidatos que participarán en noviembre. Pero tampoco hay que desconocer que si bien la competencia es interna entre las propias listas de cada frente, las PASO son una medición clara de lo que puede suceder en las Generales.
Un resultado en las Primarias reordena campañas y consignas, y en las Generales puede cambiar radicalmente la foto de los festejos. El último antecedente fue en el 2019 cuando el Frente de Todos ganó cómodo en Salta, metiendo en el Congreso dos senadores y dos diputados, dejando las tres bancas restantes para Juntos por el Cambio (un senador y dos diputados).
Pero el clima en ambos búnker fue muy diferente en las PASO donde la ventaja del FdT fue de más de 25 puntos sobre Cambiemos y dejaba a ese espacio con dos diputados adentro, y bien perfilado para un tercero. Mientras parecía condenar a JxC a pelear la banca restante con Alternativa Federal, que metía a Pablo Kosiner como cuarto en el reparto D'hont.
Pero para la General vino la campaña en tono épico de Cambiemos con Macri de gira por todas las provincias, y una migración del famoso voto útil que fueron a parar a JxC en detrimento de Alternativa Federal.
En conclusión, las Generales ratificaron el triunfo del Frente de Todos por 13 puntos de diferencia, pero la remontada de Cambiemos en la capital salteña, ganándola por amplio margen, hizo que finalmente consigan un segundo diputado dejando sin nada al urtubeicismo.
Hasta ahora la actual campaña encuentra a Emiliano Estrada de gira permanente por el interior en donde siempre se muestra con los referentes políticos locales. Las estructuras de los intendentes parecen estar a disposición del candidato del FdT, pero cuidado con confiarse en eso porque tener a los 60 jefes comunales en definitiva solamente garantiza 60 votos (y hasta capaz menos, porque siempre hay alguno que al final traiciona).
En Juntos por el Cambio la candidata del PRO, Inés Liendo, arranca menos 1 con respecto a sus tres rivales del frente, básicamente porque ella no se podrá votar al tener el domicilio en Buenos Aires, pequeño detalle...
En ese espacio Carlos Zapata acumula estructuras y respaldo, mientras que Héctor Chiban deberá elegir mejor a sus pegatineros, porque después de arruinar un mural sobre la ruta 68, ahora engancharon a uno colgando en los postes los carteles del candidato, y descolgando los de su competencia. Todo eso perfectamente documentado en un video que se hizo viral en las últimas horas.
El cuadro lo completa Nicolás Avellaneda que se metió por la ventana con una lista, y todas las encuestas indican que saldrá nuevamente por la misma ventana por la que entró.
La nota de la semana de campaña la dio, involuntariamente, Guillermo Durand Cornejo, ya que desde la cuenta de Twitter del Gobierno de Salta, subieron erróneamente una publicidad del candidato, dejando en evidencia, eso de que las fichas de Sáenz abarcan más de una opción electoral.
A partir de hoy quedan solo cinco días completos para que los candidatos desplieguen todo lo que tengan a mano para ganar los votos, y de paso sacarle la modorra a una campaña nacional que hasta ahora tuvo menos movimiento que las topadoras estacionadas al costado de la Avenida Perón que esperan hace dos meses continuar con la circunvalación.