Heterogéneo, celular y multiforme, el evangelismo viene creciendo en el país y, a la par de este desarrollo (constituye el 16 por ciento de la población), comienzan a ganar protagonismo las y los referentes evangélicos que apuestan a intervenir en la política. En las elecciones de este año, son varios los candidatos y candidatas que, con una agenda centrada en "los valores cristianos" y "la cultura de trabajo", apuestan a conseguir una banca en el Congreso o las legislaturas locales. Por un lado, un sector del evangelismo santafecino, envalentonado tras el batacazo electoral del 2019, creó el primer armado nacional evangélico: Una Nueva Oportunidad (UNO). Con presencia en 15 provincias, el partido UNO se alió a Juntos por el Cambio con el objetivo de formar parte de un gran frente opositor al kirchnerismo. Por otro lado, también está Cynthia Hotton, excandidata a vicepresidenta que militó activamente contra la legalización del aborto y el matrimonio igualitario, y que ahora es precandidata a diputada en la Provincia de Buenos Aires.
Más allá de algunas diferencias internas, estos sectores, que se organizaron al calor del debate por la Interrupción Voluntaria del Embarazo, coinciden en denunciar la existencia de un "adoctrinamiento ideológico" estatal que avanza contra sus creencias. Sin embargo, si bien la mayoría asume posiciones conservadoras, existen también un sinnúmero de congregaciones que, aunadas con los movimientos populares, sostienen una agenda distinta.
Una Nueva Oportunidad
A fines del 2019, luego de que la alianza de Amalia Granata con sectores de iglesias católicas y evangélicas sacara más de 280 mil votos y se posicionara como tercera fuerza en Santa Fe, se creó el partido UNO. Motivados por los votos conseguidos, un grupo de pastores y ex funcionarios de fe evangélica decidió fundar el primer partido nacional evangélico. "Es inevitable el crecimiento de la comunidad evangélica y debemos buscar una manera que permita que se respeten los valores de la fe sin que el Estado venga a maltratarnos con una bajada de línea ideológica vinculada a lo que se denomina 'ampliación de derechos'", explica Walter Ghione, pastor rosarino y presidente del partido, a PáginaI12. Ghione es, además, precandidato a diputado nacional por Juntos Por el Cambio en la lista encabezada por Federico Angelini.
Según explica Ghione, armador de la alianza con JxC (se reunió con las principales figuras del espacio, desde Horacio Rodríguez Larreta y Maximiliano Ferraro hasta Patricia Bullrich), el partido siempre tuvo "vocación frentista" y JxC fue "el único lugar que aceptó nuestra agenda de temas y de valores". "Apostamos al futuro y a ser parte de una coalición opositora al kirchnerismo, a quien vemos como nuestro principal adversario", detalla. En este sentido, además de sostener programáticamente "la defensa a la vida, la familia y la transparencia", el partido busca combatir el "adoctrinamiento" estatal que "baja línea" sobre la agenda de la diversidad sexual y "los derechos laborales": "Lo único que hay es asistencialismo estatal. Si no tenés trabajo genuino resulta contradictorio hablar de derechos laborales", adujo.
Si bien el partido no terminó de formalizarse a nivel nacional, UNO tiene candidatos en seis provincias.
- Ana Valoy, conocida por su militancia en contra de la Ley Micaela, es precandidata a senadora nacional en Tucumán.
- Silvia Cantarella, que se hizo famosa por repartir chalecos antibalas caseros a modo de protección "contra las balaceras", es precandidata a concejal en Rosario.
- Fiona Cavazzon, la joven de 25 años que empapeló una sede del Banco Nación con billetes de 10 pesos para alertar sobre la suba de precios, es precandidata a diputada nacional en Córdoba.
- Evangelina Müller, por otro lado, acompaña la lista de Rogelio Frigerio en Entre Ríos como primera candidata suplente.
La abanderada de las dos vidas
"Hoy en día los cristianos se sienten perseguidos porque hay un pensamiento único que banaliza nuestra fe. Por eso decidimos unirnos a través de una formación política que fortalezca nuestra voz", sostiene Cynthia Hotton, precandidata a diputada nacional por la lista bonaerense +Valores. Ex candidata a vicepresidenta en el 2019, la fórmula que encabezó con Juan José Gómez Centurión logró sacar unos 450 mil votos y ahora, en esta elección, apuesta a salir a disputar el voto cristiano en la Provincia de Buenos Aires. Histórica referenta evangélica, Hotton insiste en que ella no representa una religión, sino "una escala de valores", los cuales están fuertemente vinculados a una militancia "a favor de la vida" (léase en contra de la legalización del aborto) y "de la familia" (léase en contra del matrimonio igualitario). "Nosotros no somos antiderechos, en todo caso miramos los derechos de otra manera. En la sociedad hay una cultura de pensamiento único en donde si pensás distinto lamentablemente te tenés que callar", reprocha.
A Hotton la secunda en la lista Gastón Bruno, exdirector de Escuelas de María Eugenia Vidal y ex vicepresidente de ACIERA (Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas), la asociación que agrupa a la mayor cantidad de iglesias evangélicas del país que publicó el documento contra la serie El Reino. También tejió alianzas en Mendoza --donde el pastor Victor Doroschuk será precandidato a diputado nacional en la lista del titular del CONINAGRO, Carlos Iannizzotto--, Córdoba --donde la empresaria Mery Lunge es precandidata a diputada nacional en la lista del ex ministro menemista, Roque Fernández--, Chaco y Salta. Por el contrario, las conversaciones con José Luis Espert no llegaron a buen puerto, en parte porque ella quería ir a una PASO y Espert no y, por otro lado, según Hotton, por el plan económico. "Nuestro modelo económico de la economía social de mercado no es un modelo liberal", explica la precandidata, que destaca que ella sostiene la doctrina social cristiana.
Pastoral Social Evangélica
"Nosotros vemos estos emergentes con la misma preocupación que lo ve el campo popular. Ahora, es tal la complejidad del campo evangélico que a veces nos comemos la curva y pensamos que todo lo que vemos en la tele es lo único que hay", explica Diego Mendieta. Mendieta es pastor en Moreno y forma parte de la Pastoral Social Evangélica, un grupo de lideres de distintas congregaciones que lleva a cabo un intenso trabajo social en el territorio y tiene un fuerte vínculo con los sindicatos y los movimientos populares. "La impronta de la Pastoral Social es abrazar la tarea social, diaconal y comunitaria que realizan las iglesias en los barrios. Se impulsan unidades productivas, de trabajo, promoción de la Salud. Durante la pandemia hemos trabajado con postas sanitarias, sensibilizando para la inscripción en la vacunación y asistiendo a las personas que se enfermaron o a quienes sufrieron violencia de género", enumera Diego, quien rechaza los sectores que "expresan la espiritualidad del capitalismo y refuerzan la idea de la meritocracia".
"La cultura evangélica en su esencia es contracultural, el problema es que las corporaciones evangélicas han logrado incidir tanto en el campo evangélico que en el marco de la política lo que han despertado es la ambición del poder por el poder en sí mismo", responde Mendieta cuando se le pregunta por qué cree que hay tantas expresiones conservadoras, aunque aclara que no son todos así. Carlos Galarce, por ejemplo, es candidato a concejal en Tres de Febrero en la lista "Principios y valores" de Guillermo Moreno: "Nos interesa todo lo que tenga que ver con la reactivación del campo laboral, estabilizar el precio de los alimentos. Hay que reconstruir el tejido social", asegura Galarce, que además de pastor es peronista.
"Cuando mirás la postura de un gran sector del campo evangélico sobre el aborto y la diversidad te dan ganas de prender la mecha, pero cuando lo mirás desde la intervención territorial y el sostenimiento de la vida en los barrios, te encontrás con lo de siempre: cuando el Estado se retira los únicos que quedan bancando la lucha contra el hambre son las iglesias y los movimientos populares", finaliza Mendieta.