Obras hídricas de saneamiento, instrumentos de emergencia para los pescadores, la gestión de una línea del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) enfocada en sequías. La emergencia hídrica por la bajante del río Paraná continúa y las siete provincias afectadas ponen foco en los avances que lleva adelante la Mesa de Trabajo del Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo (Sinagir), conformada especialmente para mitigar el fuerte impacto ambiental, social y económico que está provocando la bajante.
Es la más importante en nuestro país de los últimos 77 años y se prevé que afectará el abastecimiento y calidad del agua potable, la navegación y operaciones de puerto, el ecosistema y la generación de energía hidroeléctrica. Las localidades afectadas directamente por la bajante son 125 en las siete provincias. De estas, 89 cuentan con menos de 25 mil habitantes (son alrededor de 700 mil personas). Dada la situación, el jefe de gabinete Santiago Cafiero mostró el estado de avance de la mesa de trabajo que se conformó hace aproximadamente un mes para hacer frente a la emergencia hídrica.
La respuesta del gobierno
En primer lugar el Estado nacional mantiene activo el fideicomiso que administra el Fondo Nacional de Emergencias (Fonae), para atender suministros de emergencia, asistencia y rehabilitación de servicios esenciales. Cafiero afirmó que “el gobierno nacional dispuso la autorización de obras a través del Ministerio de Obras Públicas, que involucra una inversión de 1000 millones de pesos para la asistencia de las provincias y localidades afectadas”.
Según pudo saber PáginaI12, están en marcha una obra en Formosa, una en Chaco, una en Santa Fe, una en Corrientes, tres en Entre Ríos y previstas otras en distintas localidades de Misiones. Son obras vinculadas a las tomas de agua, en algunas casos son prolongaciones de las tomas de agua, en otros son obras de bombeo. "En este momento no hay ciudades sin acceso al agua potable a causa de la bajante, el foco del monitoreo y las acciones de respuesta está centrado en el mantenimiento de estas condiciones", aseguran en diálogo con PáginaI12 desde el Ministerio de Seguridad de la Nación encargado de la secretaría ejecutiva del Sinagir.
Por su parte, el Ministerio de Agricultura junto con el de Desarrollo Social están articulando acciones para gestionar instrumentos de emergencia para aliviar la situación de los pescadores artesanales del río Paraná, afectados tanto por la bajante, como así también por las vedas parciales y/o totales de las capturas. Los organismos están cruzando la información para otorgar salarios sociales complementarios en el marco del programa Potenciar Trabajo, a las personas inscriptas en el Registro de la Agricultura Familiar. Se está avanzando en la conformación del padrón de las y los pescadores artesanales que podrán acceder a este programa. Además, se trabaja con los padrones de pescadores artesanales con carnet de pesca con los que cuenta cada provincia.
Por último, la Secretaría de Asuntos Estratégicos de Presidencia avanza en las gestiones para el acceso a líneas de crédito provenientes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través de una línea de crédito específica de 100 millones de dólares, enfocada a sequías y emergencias hídricas. “La Argentina tenía un modelo de acuerdo con el BID para un tipo de emergencia clásica, aplicable a inundaciones y terremotos, que son emergencias medibles en el tiempo. Desde el gobierno nacional planteamos al BID hacer un nuevo modelo de crédito para aplicar a este tipo de emergencia que es extensiva en el tiempo. Esta línea de crédito se va a destinar a fortalecer la respuesta para personas y poblaciones afectadas, equipamiento para agua potable medible por persona, por ejemplo. Este acuerdo suponemos que estaría aprobado para fin de año”, explicó Gabriel Fuks, secretario de Articulación Federal del Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo del Sinagir.
El diagnóstico
El Sinagir se encarga también de recolectar la información de los distintos organismos técnicos a fin de prever la situación hídrica en los próximos meses. El pronóstico es malo y va a ser peor. El Instituto Nacional del Agua (INA) indica que prevalece una tendencia descendente de aguas, que durará tres meses, en todas las secciones del río Paraná. El pico inferior de la bajante se espera para noviembre de este año. Por su parte, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) estima que los niveles de precipitaciones en la cuenca del río Paraná se mantendrán con niveles inferiores a los normales en el sur y norte del Litoral al tiempo que se incrementan las probabilidades de precipitaciones superiores a lo normal en las nacientes del río Paraná.
La Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías encuadra la situación en los parámetros de sequía moderada, con extensiones del área afectada hacia el centro de Corrientes, Formosa y Misiones. La Entidad Binacional Yacyretá (EBY) informa que el sistema de embalses emplazado aguas arriba de la central se encuentra con un nivel muy por debajo de lo normal.