Una formidable estructura dedicada al lavado de dinero proveniente del crimen organizado quedó a la luz pública ayer en el Centro de Justicia Penal, donde los fiscales Viviana O'Connell y Alejandro Ferlazzo imputaron a su factor clave, Yalil Roberto Azum, del delito de asociación ilícita para tal fin. 

La audiencia transcurrió a cargo del juez Rubén Leiva, para acusar a Azum, a su pareja Marina García, Iván Gómez, Lisancro Scalcione, Sharif Azum y Maximiliano De Gaetano. Este último aguarda el juicio oral por la llamada "megaestafa", aquella organización VIP descubierta en 2016 por apropiarse con fraude de numerosos inmuebles.

El epicentro estaba en una oficina del cuarto piso de San Lorenzo 1035 que funcionaba como una empresa financiera adonde convergían Azum y De Gaetano. Desde allí, según la acusación fiscal, se tomaba el dinero obtenido por bandas criminales violentas y se lo recirculaba en distintas inversiones con la colaboración de prestanombres y otros inversores que supuestamente desconocían el origen de esos negocios. También allí se brindaban préstamos a tasas usurarias y se cambiaban cheques. Departamentos, vehículos para la compraventa y hasta una flota de taxis se contaban entre las inversiones "blancas", pero también los fiscales señalaron allí manejos del juego clandestino.

Del expediente ventilado en la audiencia de ayer sorprendieron el nivel de contactos de este hombre que hasta ahora no había aparecido en la trama del crimen organizado rosarino y que ante el juez se presentó como "inversor y financista". Es que constaron contactos ex funcionarios de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), miembros de la Justicia Federal, y políticos de nivel nacional. 

Azum empezó a aparecer en el radar del Ministerio Público Fiscal hace cinco años atrás, a partir de investigaciones sobre la distribución de drogas en torno a ciertos referentes de la hinchada de Newell's Old Boys. Y fue desde ese año que el patrimonio de este hombre fue creciendo de manera exponencial. En un pasaje de la lectura de la imputación ayer, llamó la atención la magnitud de una de las inversiones detectadas: la compra de 10 departamentos de un solo golpe. 

Los agentes de la Tropa de Operaciones Especiales que la semana pasada detuvieron a Azum repararon en una tarjeta azul que lo habilitaba a conducir un vehículo propiedad de Diego Demarre, el dueño de la disco de Villa Gobernador Gálvez frente a la cual fue asesinado Claudio Pájaro Cantero en 2013, y a quien ejecutaron dos días más tarde en Seguí y Maipú, luego de haber comparecido en Tribunales por ese crimen. 

Los fiscales también consideran probada la relación que Azum mantuvo largo tiempo con Rubén "Tubi" Segovia, un delincuente que fue asesinado en 2018 dentro de la cárcel de Coronda, donde cumplía condena, y con Emiliano "Jija" Avejera, hoy condenado a prisión perpetua por el homicidio de Jonatan Funes.