Quizá la conformación de listas del frente que gobernó el país hasta 2019 fue una de las más discutidas no solo en Salta, sino a nivel nacional, en donde sus aliados, particularmente del radicalismo, le presentaron batalla a la hora de elegir los precandidatos que quería imponer el PRO, y terminaron abriendo internas en casi todos los distritos.
En Salta, con una UCR un poco más dócil al mando de Miguel Nanni, terminaron consensuando la lista 501 A, en la que la primera candidata es una desconocida de la política local pero apoyada desde las altas esferas partidarias, la joven militanta de la agrupación Unión Republicana dentro del PRO, Inés Liendo.
Al igual que María Eugenia Vidal en capital y Diego Santilli en Buenos Aires, que cambiaron sus lugares de residencia para ser candidatos, Liendo decidió volver a ser orgullosamente salteña aunque aún tiene domicilio en la Ciudad Autónoma, y de hecho vota en el barrio Recoleta, donde vive desde los 18 años, cuando abandonó la provincia para estudiar abogacía y luego militar en el PRO. Allí llegó a ser funcionaria del PAMI durante la gestión Cambiemos.
La abogada elegida por el PRO para encabezar la lista oficialista de JxC utiliza sus redes para destilar bronca contra todo lo que sea o parezca kirchnerismo, y a principios de año realizó una intervención con bolsas mortuorias frente a la Casa Rosada denunciando el “vacunatorio VIP”.
Además, es una ferviente activista en contra de la Interrupción Legal del Embarazo (ILE). Hace unos días, denunció en su cuenta de Twitter a la médica de Tartagal judicializada tras practicar una ILE. En esa ocasión Liendo escribió: “le hicieron un aborto a una mujer embarazada de 6 meses. El primer médico se había negado, pero una 'médica' aceptó matar a un niño inocente que tuvo la mala suerte de nacer con vida. Esa es la ley que festejaban en Buenos Aires. Una ley que permite asesinar bebés”.
En una entrevista que dio a Radio Nacional Salta aseguró que su residencia es salteña “con dos años de antigüedad, lo que exige como mínimo el Juzgado Electoral, y por eso me habilitaron para ser candidata”, pero reconoció que su domicilio electoral sigue siendo el de Buenos Aires y que por lo tanto deberá votar allí. Aunque se escudó alegando que “como están nerviosos por el resultado de las elecciones provinciales, empiezan a tirar toda esta mala información que no hace otra cosa que confundir y distraer”.
Cuando le consultaron qué opinión tenía sobre su abuelo, el general Horacio Tomás Liendo, quien fuera ministro de Trabajo de la Nación durante la última dictadura e incluso llegó a ser presidente interino en 1981, le escapó a la pregunta escudándose en su corta edad: “yo lo conocía como persona y tengo buenos recuerdos, yo no viví en esa época, nací en el 85, pero tengo buenas anécdotas de él”, y luego subrayó que ella es “hija de la democracia y creo en ella, por eso me postulo a un cargo de diputada nacional”.
La UCR logró ubicar al precandidato en segundo término en esta lista, el presidente del Circuito San Lorenzo del Comité Capital del centenario partido, Mateo Saravia.
Otra de las listas avaladas por la alianza Juntos por el Cambio+ es la del olmedista Carlos Zapata, que llega a disputar la hegemonía del PRO en el frente. El diputado provincial de Ahora Patria, que lleva la Lista 501 B “Juntos Somos +”, pide en su campaña “que la bronca se refleje en tu voto” y siguiendo la línea nacional, su propuesta también es por la negativa, “decirle basta al kirchnerismo dentro del Congreso”. Y le endilga en otro spot la pobreza, la desocupación y “20 mil Pymes cerradas”, que son más el resultado de la gestión Macri que de la de Fernández.
Alfredo Olmedo, al que no se lo veía desde las últimas elecciones de 2019, salió a respaldar a Zapata públicamente y afirmó que “es la única persona preparada y válida en Salta para llegar a la Cámara de Diputados”. “Porque no es llegar a Buenos Aires y decir que a uno lo eligió el pueblo, no es tan así”, adujo el ex diputado de la campera amarilla, “hay que ser serio y plantear las cosas como son”, prosiguió.
Acompaña a Zapata, la concejala Emilia Orozco, que asumió su banca en abril de este año, reemplazando a Ariel Flores. Su compañero de partido debió renunciar tras haber sido condenado a prisión condicional por robo en banda.
Los díscolos
Los otros dos candidatos no fueron producto justamente del consenso sino de escisiones partidarias que terminaron recayendo en la Justicia Federal para obtener el permiso de competir en las primarias.
La primera de ellas fue la del diputado radical Héctor Chibán, que pese a la negativa de los referentes de su partido y de la Junta Electoral de Juntos por el Cambio, se metió en la disputa por la banca nacional judicializando su incorporación.
El juez Julio Bavio dio el visto bueno a la lista 501 C, Unidad Republicana, que propone a Chibán y a Silvia Ruiz como principales precandidatos a legisladores de la Cámara Baja de la Nación, al reconocer el principio básico de las PASO (Primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias), en las que se respeta la participación democrática de cualquier persona, sea afiliada o no, que quiera participar en un proceso eleccionario.
Lo mismo sucedió con la presentación que hizo el funcionario saencista Nicolás Avellaneda, a pesar de la férrea oposición del interventor del PRO, Gustavo André, que llegó a apelar la decisión de Bavio.
La negativa del PRO a la participación del secretario de Industria, Comercio y Empleo de la provincia, pero afiliado a ese partido, tiene que ver justamente con su función, ya que, alega que el gobierno provincial "está intentando plantar una lista dentro de un espacio que no es propio".
Avellaneda va secundado por Amelia Acosta, diputada de Orán, en la lista 501 R, Adelante Salta. Tanto él como Chibá, denunciaron “la postura antidemocrática” de la Junta Electoral del frente y un intento de “proscribir a los que legalmente se quieren presentar".