El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, consiguió este martes, en el Día de la Independencia brasileña, movilizar a cientos de miles de sus seguidores para dar un mensaje que calificó como un “ultimátum”. Entre advertencias golpistas dijo que no acatará las decisiones del juez de la corte que lo investiga por ataques contra la democracia, a la vez que amenazó con no aceptar el resultado de las elecciones del año que viene. Una imagen de la manifestación convocada por él recorrió el mundo: un hombre en cuero, con una cruz pintada en su torso y un casco con cuernos y plumas puso en evidencia las similitudes entre los fanáticos bolsonaritas y el movimiento ultraderechista Qanon, los seguidores de Donald Trump que tomaron el capitolio en Estados Unidos, donde hubo víctimas fatales.
"Steve Bannon, el gran ideólogo de Trump y de la derecha internacional, dice que la de Brasil es la segunda elección más importante en el mundo. Brasil es hoy el epicentro de la extrema derecha internacional", opinó el analista político y excanciller brasileño Celso Amorim.
Algo de esto se puede ver en las similitudes entre los seguidores del excapitán del Ejército y el magnate Donald Trump, quien dejó la presidencia denunciando fraude electoral, algo que no pudo ser probado (misma estrategia electoral a la que apelaría Bolsonaro ante una posible derrota frente a Lula Da Silva). Ambos grupos comparten además la arenga en nombre de dios y el orden e invocan a las Fuerzas Armadas en la mayoría de sus discursos.
“Día de la Independencia en Brasil, un loco de remate Qshaman menos cool que en la versión de Estados Unidos”, advirtió Ian Bremmer, analista internacional especialista en geopolítica en su cuenta de Twitter, quien remarcó el parecido entre los seguidores de Bolsonaro y los de Trump.
Quiénes son los QAnon
Se trata de un movimiento de ultraderecha que defiende teorías conspirativas y está integrado por antivacunas y supremacistas blancos, entre otros. Los QAnon aseguraban que Trump salvaría al mundo de una red de pedófilos satanistas y criminales de la que formaban parte Barack Obama, Bill Clinton, la excandidata Hillary Clinton y hasta estrellas de Hollywood como Tom Hanks, Oprah Winfrey y Lady Gaga.
La primera aparición de Q, como también se conoce al movimiento, fue en octubre de 2017 en 4chat, un foro anónimo en el que su fundador dijo ser un empleado del Gobierno federal con acceso a información clasificada.
Q -letra que hace referencia al acceso de seguridad requerido para acceder a información clasificada de seguridad nacional en Estados Unidos- dijo que Hillary Clinton sería detenida y en un tono críptico dio detalles sobre el día y la hora de un supuesto arresto que nunca ocurrió.
Ese mensaje seguido por unas preguntas misteriosas en tono de telegrama dio origen a videos de Youtube y foros de debate en otras redes sociales y atrajo a millones de personas a interpretar sin fundamentos desde el color de la corbata de Trump hasta los correos electrónicos filtrados del Partido Demócrata durante el tramo final de la campaña presidencial de 2016.
El 6 de enero, en medio de los actos de transición de la presidencia de los Estados Unidos, cientos de partidarios de Trump, varios de ellos identificados con este movimiento, violaron la seguridad, subieron los escalones del Capitolio y detuvieron una sesión conjunta del Congreso en la que se estaba certificando la victoria del presidente electo Joe Biden.
Bolsonaristas con tono golpista
Este martes, Bolsonaro arengó las consignas golpistas que llegaban desde sus simpatizantes. "Solo Dios me saca" del poder, dijo el mandatario frente a sus seguidores. "Solo salgo preso, muerto o victorioso", completó.
Tanto en Brasilia como en San Paulo, los bolsonaristas se movilizaron con banderas de Brasil y portando muchos de ellos banderas con lemas golpistas. “Intervención cívico militar con limpieza de las instituciones", se podía leer en un cartel.
Algunos rezaron por el mandatario, quien entre sus electores cuenta con buena parte de evangélicos. "Le estamos diciendo que sí al presidente y a las Fuerzas Armadas para que intervengan; ellos son los únicos que protegen nuestra libertad. A partir de este 7 de septiembre, podrán hacerlo", exclamó Valdivino Pereira, un trabajador metalúrgico, de 52 años, citado por la agencia AFP.
"No queremos una ruptura. Pero no podemos permitir que una persona ponga en riesgo nuestra libertad", aseguró Bolsonaro, en alusión a Alexandre de Moraes, uno de los jueces que investiga las denuncias en contra del presidente. "O bien el jefe del STF lo coloca en su lugar, o bien este poder sufrirá las consecuencias que nadie quiere", cerró su amenaza el presidente de Brasil, quien calificó las movilizaciones como un “ultimátum” contra la corte.