El presidente Alberto Fernández aseguró que el anterior gobierno "había terminado con la salud pública" y por eso su gestión, a los 99 días de asumir, debió "reconstruir" ese sistema de salud "que estaba destruido" para poder hacer frente a una pandemia que nadie esperaba, durante el cierre de campaña del Frente de Todos a nivel nacional, en Tecnópolis.
El presidente Alberto Fernández comenzó su discurso recordando el “difícil momento que nos tocó pasar” ante la llegada de la pandemia, tras lo cual pidió un aplauso para Estela, para Taty y para Tita, referentes de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, y para el premio Nobel de la Paz, Aldolfo Pérez Esquivel, ya que “en momentos así vale la pena recurrir a los ejemplos de quienes no bajan los brazos”.
“Al día 99 de haber asumido”, repasó el jefe de Estado, “estalló la pandemia y nos cambió todos los libretos”. “Ahí dijimos, a barajar y dar de vuelta. Somos peronistas, pongámosle el pecho a esta nueva realidad. Y allí fuimos, a levantar un sistema de salud que había desaparecido”, añadió. “A donde se necesitó fuimos, a nadie le preguntamos qué ideología tenía”, continuó Fernández, al remarcar el carácter federal de su gobierno.
Frente a la pandemia, dijo haciendo un racconto, “llevamos a cabo muchísimas cosas. Cristina mencionaba el ATP y la doble indemnización. ¿Cómo no lo íbamos a hacer? Si a nosotros no hay nada que nos importe más que el trabajo, lo que más dignifica a un ser humano. Para nosotros el trabajo es el motor esencial para que el capitalismo funcione".
"El problema -agregó en referencia a la propuesta de Horacio Rodríguez Larreta sobre la necesidad de eliminar el sistema de indemnización- es que el trabajo no es un costo: en realidad el trabajo no cuesta, el trabajo se asocia al capital. No es un costo, es una inversión social”.
Dos modelos de país
Fernández remarcó que es evidente que en Argentina existen dos modelos de país, ya que “no es lo mismo un país que cree en el sistema de salud público" que “un país que cree que un problema de salud lo resuelve el mercado”.
Tampoco “es lo mismo -insistió- un país donde gobiernan los que creen que la educación pública es un derecho de todo ciudadano para acceder al conocimiento que los que creen que la educación pública es un lugar en el que uno cae”.
El macrismo, advirtió Fernández, demostró la poca importancia que le da a los derechos de los argentinos y argentinas al cerrar el Ministerio de Salud. Pero también “el Ministerio de Trabajo y el Ministerio de Ciencia y Tecnología, en un tiempo donde las riquezas de las sociedades se construyen a partir del conocimiento y el saber”.
El Frente de Todos, contrastó Fernández, llegó para devolverles el lugar que les corresponde a esos científicos y científicas “que pusieron todo su esfuerzo y empeño en hacer lo que cada uno sabía” para enfrentar la pandemia. “Y estoy seguro que el año que viene nuestros científicos nos van a dar la vacuna contra el covid: hecha por argentinos y producida íntegramente en Argentina".
Un país sin espías
En otro tramo de su discurso, el mandatario se refirió a la libertad de expresión que reina en la actualidad, donde “un día me despierto y dicen que soy un títere y otro día que soy un autoritario". "No entiendo cómo puedo ser dos cosas al mismo tiempo. Pero lo que sí entiendo es que en este país cada uno dice lo que se le da la gana y ningún medio es perseguido por lo que dice”.
En este gobierno, subrayó Fernández, “ya no tenemos más espías al servicio de los jueces, ya no tenemos más espías espiando a los argentinos y ya no tenemos más operadores judiciales metidos en los espacios comprando jueces y voluntades”. Se trata de un país donde “la justicia se mueve con independencia y la libertad es plena”, un país que “se parece mucho más a la república que el país que ellos nos dejaron, donde nada de ello pasaba, donde los dueños de los medios opositores terminaron presos y perseguidos”.
“¿De qué república hablan? Hicieron hasta una mesa judicial para inventar casos y perseguir con la anuencia de algunos jueces a otros”, planteó Fernández. En ese marco, mencionó el fallo que favoreció a Techint en la causa de los cuadernos, en el cual “un juez interpretó que los empresarios pueden justificar una coima por estar en estado de necesidad”.
“Yo, que he enseñado derecho penal a ese juez, me preguntaba cómo era posible que se animara a firmar semejantes cosas. Alguna vez espero que el Consejo de la Magistratura lea esas cosas. Y vea cómo es la conducta de esos jueces, porque los jueces además de ser dignos y honestos deben saber derecho y deben saber impartir justicia”, enfatizó.
“¿Qué país queremos construir?”
Luego de recordar el esfuerzo que hizo su gestión para conseguir vacunas y las críticas que recibió por parte de la oposición, Fernández dedicó los últimos tramos de su discurso a imaginar “el país que queremos construir”.
“Somos conscientes de lo que queda pendiente, pero lo que sí veo es que el día 100 está muy cercano. Y lo que yo me planteo es ¿qué vamos a hacer el día 101? ¿Vamos a seguir en esta disputa miserable que nos proponen, donde los grandes problemas que tenemos los argentinos no están en la mesa de debate?”, cuestionó.
El día 101, “¿Van a ir al Congreso a proponernos bajar las indemnizaciones? ¿Van a venir a proponernos precarizar a los que trabajan? ¿Cómo va a ser el país que queremos construir? ¿Un país donde después de perseguir gente judicialmente, el acusado se fuga a Uruguay y nadie responde? ¿O un país con justicia independiente?”, agregó.
“¿Un país donde las universidades sobran o un país donde las universidades hacen falta? ¿Un país donde en la salud de los argentinos queremos que el Estado esté presente para auxiliarlos o un país donde cada uno se salva como puede?”, preguntó el primer mandatario.
Fernández exhortó a los jóvenes a que “no bajen su vocación de transformación, esa voluntad que tienen de cambiar las injusticias” pero, sobre todo, a que “no se dejen manipular por los que gritan e insultan con el solo pretexto de que nada cambie en Argentina”, porque el país “tiene un presente para ustedes y lo estamos cambiando desde el gobierno”.
Construir un país mejor, señaló el mandatario, depende de que “todos los argentinos y argentinas entiendan de qué estamos hablando”, y eso “exige dejar de confrontar en la necedad y confrontar en la construcción”, renovar “ese contrato social del que una vez habló Cristina”.
La historia, reflexionó Fernández “nos sometió al peor de los exámenes por la pandemia” pero “vamos a aprobarlo con el acompañamiento de nuestro pueblo”. Y “cuando ese día 100 amanezca y nos saquemos de nuestra cara esos trapos que cubren la mitad de nuestro rostro”, expresó emocionado, tenemos que salir "con toda la fuerza, porque será el momento en que en la Argentina las fábricas funcionen al 100%, el empleo funcione al 100% y el turismo se despliegue” en todo el territorio.
“Esa Argentina que tenemos que construir solidariamente depende de nosotros. Que no nos convenzan del derrotismo que quieren imponernos. Somos un país maravilloso, que se ha levantado una y mil veces. Sigamos el ejemplo de esas mujeres (las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo) y de Adolfo (Pérez Esquivel) y con esa fuerza que ellos tuvieron pongámonos de pie para vivir la vida que queremos”, concluyó.