Un hombre que denunció que su pareja se había suicidado ahorcándose con un cinturón que colgó de una puerta de su vivienda fue condenado ayer a prisión perpetua por la Justicia de Morón, que lo encontró culpable del femicidio y ahora es buscado porque se encuentra prófugo después de llegar al juicio en libertad.
El hecho se registró el 28 de agosto de 2014, cuando Noelia Olivera, de 27 años, apareció muerta con golpes y signos de haber sido estrangulada en su casa de Blas Parera y Ventura Alegre de la localidad de Castelar Sur, partido de Morón, donde vivía con sus dos hijos, de 6 y 11 años, producto de relaciones anteriores.
La entonces pareja de Noelia, Gastón Manes, de 28, denunció que cuando llegó a la vivienda descubrió que su mujer se había suicidado con un cinturón, que colgó de una puerta de una habitación, y que la había bajado para hacerle reanimación por la boca, pero no pudo salvarla.
Desde un principio los familiares de la víctima sostuvieron que Noelia no se había suicidado sino que la había matado Manes, un hombre violento que golpeaba a la víctima, no la dejaba ver a sus amigas y la había alejado de la familia. La madre y las hermanas de Noelia comenzaron una larga lucha en la Justicia de Morón, para que alguna fiscalía se hiciera cargo de la investigación.
Finalmente, el fiscal Adrián Ferreyra, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6, logró con las pruebas obtenidas llevar al sospechoso a juicio oral y el 20 de marzo último el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de Morón abrió las audiencias. Manes fue detenido y permaneció alojado en diferentes comisarías durante unos 20 días. Luego recuperó su libertad pero continuó imputado por el femicidio.
El trabajo pericial determinó que Manes “es una persona hostil, violenta, dependiente, que necesita controlar las situaciones, actúa ciegamente y no razona entre la acción y la reacción”.
Ayer fueron a buscarlo antes del veredicto y ya no estaba en su casa.