La historia de Lila no es un caso aislado; representa buena parte de las biografías escritas por mujeres trans y revela algunas de las problemáticas a las que deben enfrentarse en las sociedades actuales. Lila, obra escrita y protagonizada por Ulises Puiggrós, gira en torno a una  cantante española que arriba a la ciudad de Buenos Aires para dar algunos shows pero también por motivos personales que irán revelándose poco a poco, en un recorrido que incluye canciones románticas, algunas intervenciones en formato stand up y una sección más confesional en el interior de su camarín. Lila puede verse los sábados a las 22.30 en Espacio Callejón (Humahuaca 3759).

La esperanza de vida de las personas trans es de 35 años. En este fenómeno intervienen numerosos factores: la hostilidad intrafamiliar que lxs obliga a irse de sus casas a edades tempranas, el odio con el que se encuentran en las calles y la dificultad a la hora de acceder a un trabajo formal para poder desarrollar la carrera deseada, entre otros (la sanción del cupo laboral travesti-trans en junio de este año es un gran avance en este aspecto).

Lila –sólida interpretación a cargo de Puiggrós– es una condensación de varios de esos tópicos. Cuando le comunicó a la familia su verdadera identidad no recibió acompañamiento sino todo lo contrario: fue expulsada de su casa, tuvo que ejercer la prostitución para poder sobrevivir en un mundo hostil y padeció una serie de amores no correspondidos que fueron generando cierto desencanto. Aún así, la protagonista no se dio por vencida, viajó a España y logró triunfar con su voz.

La puesta recrea el clima de café-concert en el que Lila despliega sus talentos, y la distribución de los espacios resulta muy conveniente para explorar las distintas facetas de la protagonista: en el escenario aparece la máscara pública, la artista en la que Lila finalmente se ha convertido, tal como desea ser vista por los demás; mientras que en el camarín se reencontrará con su historia personal e irá tejiendo un relato donde expondrá algunos de sus fracasos y temores, esa parte que en principio no debía ser mostrada. Una fotografía de Manuel –el niño que alguna vez fue– le permite evocar algunos recuerdos y también aparecen como un eco las voces en off de su hermanastro Rafael (Luciano Cáceres) y su padre (Luis Machín).

El hilo con el que se hilvanan esos recuerdos –algunos trágicos, otros más luminosos– son las siete canciones que interpreta sobre el escenario (seis covers entre los que aparecen “Procuro olvidarte” o “Fumando espero” y “Padre”, una original escrita especialmente para la obra) y también los cambios de vestuario que aportan el tono para cada momento: con joyas, brillos y colores estridentes o con un toque de sobriedad, Lila siempre parece decir “acá estoy”. El trabajo de Puiggrós es muy bueno: no sólo habla con acento español y canta todo el repertorio, sino que además logra crear a una Lila auténtica, lejos de la caricatura o los excesos. Los arreglos musicales de Diego Luna, el vestuario de Julio Cesar Fernández y Matías Begni, y el diseño de iluminación a cargo de Sebastián Francia son elementos fundamentales. El rol de la directora, Débora Longobardi, tampoco es menor: en la obra interpreta a una asistente que entra y sale del camarín para ayudar a la estrella con los cambios de vestuario y esa cercanía habilita el tono confesional frente al espejo, le da verosimilitud a la escena. Longobardi, además, es bailarina y preparó a Puiggrós para que los movimientos sean resueltos con sutileza y sin afectación.

“Una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma”, dice el personaje de Agrado en Todo sobre mi madre, película dirigida por Pedro Almodóvar. Lila cita esa frase y podría decirse que por momentos el aura almodovariana envuelve la pieza. Es imposible no recordar algunos de esos personajes trágicos y a la vez cómicos que cargan pesadas cruces pero que, aún así, han logrado abrirse camino. Lila es también un homenaje a las luchas de la comunidad travesti-trans, que no están saldadas pero que sin dudas se han visibilizado mucho más gracias al activismo comprometido y a historias como estas.

LILA  8 PUNTOS

Dirección: Débora Longobardi

Dramaturgia e interpretación: Ulises Puiggrós

Arreglos musicales: Diego Luna

Coach Vocal: Marcelo Velasco

Escenografía: Fernanda Díaz

Pelo: Bertorini Peluquería

Joyería Contemporánea: JITRIC

Vestuario: Julio Cesar Fernández y Matías Begni

Diseño de iluminación: Sebastián Francia

*Lila puede verse los sábados a las 22.30 en Espacio Callejón (Humahuaca 3759). Las entradas pueden adquirirse por Alternativa Teatral.