La maquinaria teatral que despierta Escenas miserables, la obra que dirige Judith Ganón, continúa activa los sábados y domingos a las 20 en Espacio Bravo (Catamarca 3624). Inspirada en la obra Woyzeck, de Georg Büchner, reúne en su joven elenco los nombres de Julieta Ferreyra, Sol García Casanovas, Aldana Fernández, Luz Battagliotti, Esteban Manfredi, Mercedes Mansilla, Sabrina Marinozzi, Lautaro Mastandrea, Aldo Orellana, Brian Jon Russo, y David Zoela. Todas y todos partícipes en la creación colectiva del texto. Una experiencia que resultó ganadora de Subsidio de Producción de Obra del Instituto Nacional del Teatro y tiene por demás feliz a su directora.

“Desde que recibimos el subsidio pensé también en toda la máquina teatral, en la gente dedicada a la iluminación, el vestuario, el maquillaje. Porque poner a andar esta máquina y que se moviera en todos sus sentidos, luego de estar parada tanto tiempo, era una responsabilidad”, explica Ganón a Rosario/12

La actriz, docente y directora, entrena con su grupo de actores y actrices en la denominada “Poética de las Máquinas Teatrales” de Pompeyo Audivert; como ella refiere, “cuando empezamos a trabajar con el Woyzeck yo venía entrenando con Pompeyo y este tipo de poética me abrió los horizontes. A la vez, coincidió con el juicio de Lucía Pérez. Nuestro abordaje fue alcanzado por esa coyuntura, y decidimos ponerle la lupa al femicidio que sucede en el Woyzeck. Por otra parte, se están cumpliendo cumplen 31 años del caso María Soledad, así que hemos venido cruzándonos con estos tremendos femicidios. Por otra parte, muchos y muchas de los jóvenes de la obra son militantes por los derechos de las minorías. Todo eso fue armando esta máquina poética, como dice Pompeyo”.

-¿Cómo fueron trabajando este texto?

-Por un lado, nos atrapó la poesía del Woyzeck, que es muy hermosa. A partir de allí, fuimos trayendo esos textos a los cuerpos. Hay una suerte de cuerpo grotesco que genera la máquina, en donde los textos encarnan rápidamente, y por otro lado todo se relaciona con todo el proceso de lo que estaba sucediendo en ese momento con la realidad. La poética de esta técnica trabaja desde la composición espacial y corporal, y todo se va pensando de una manera casi metafísica, te diría. Es como abrir las puertas a una metáfora de un mundo en potencia. En la obra, todo lo que es sonido se produce desde la escena misma, con objetos, con la respiración de los actores. Y también influye la composición espacial.

Ganón dicta la Cátedra de Actuación en la Escuela Provincial de Teatro y Títeres, donde aborda la técnica del Clown. Al respecto, la directora señala que “lo que hace el clown es quitar solemnidad y llevar al máximo la expresión corporal. Por su parte, la máquina trabaja desde el ritmo más lento al más vertiginoso que puedas encontrar. Cuando confluyen esas dos técnicas, en donde el texto pasa a apoyarse en ese cuerpo, surge un trabajo surrealista, donde por momentos hay saltos y elipsis. No es una obra lineal, sino que el texto encarna de una manera surreal”.

-Y esto sucede en el marco de un circo humilde, lo que no deja de ser algo que devela el artificio.

-El clown abre la mirada del público y no oculta la ficción, y a eso definitivamente lo utilizamos. El teatro dentro del teatro. Se genera una complicidad con el público que da permiso para trabajar desde un lugar tal vez humorístico, aun cuando en este caso sea ácido y negro. En verdad, no sé si lo llamaría humor. Pero hay un juego con el espectador, ya que él también está atravesado por esa misma realidad. Hay ficción, pero se es parte también de lo que sucede. Y en la ficción son actores pobres, que encarnan y critican, y tienen una mirada sobre un sistema del que son víctimas.

El elenco de Escenas miserables está conformado por egresados de la Escuela Provincial de Teatro y Títeres en 2018. El subsidio se pidió al año siguiente pero el proyecto tuvo que quedar a la espera para su estreno. Durante los intervalos que la pandemia permitió, los ensayos prosiguieron y el grupo se sostuvo. “Somos muchos y pudimos llevarlo adelante. Y es teatro independiente, lo que quiere decir que necesitamos del apoyo de la gente. Por suerte, el público sigue viniendo al teatro y estamos muy agradecidos. Así como con la Escuela de Teatro, que sigue generando camadas de actores talentosos e inquietos”, concluye.

La obra incorpora la tarea de Diego Quílici (diseño de iluminación y luces), Liza Tanoni (diseño de vestuario y realización), Ramiro Sorrequieta (diseño de maquillaje y maquillaje), Matías Neirotti (fotografía) y Mercedes Mansilla (diseño gráfico).