En el último verano local, durante una de las ventanitas sanitarias que se abrió en la pandemia en el Cono Sur, una de las figuras de la nobleza de la música urbana hispanoparlante estuvo de incógnita en Buenos Aires. Vino a grabar con Nico Cotton, productor y hacedor de hits de estrellas en la escena argentina. Si bien se trataba de una de las acciones de Princesa Alba para definir la trama de su álbum debut, la llamada "Reina del trap" chileno contuvo la ansiedad y decidió frenar el lanzamiento hasta nuevo aviso. O hasta que se pudiera naturalizar la vida en tiempos de coronavirus.

Pero la espera acabó. El viernes pasado, bajo su álter ego, Trinidad Riveros subió Besitos, cuídate. "Como se trataba de mi primer larga duración, tenía muchas expectativas conmigo misma", explica desde la capital chilena. "Quería tomarme harto tiempo hasta que estuviera bien acabado y segura de que era el momento de sacarlo". A pesar de que la preparación y grabación duró año y medio, el repertorio también incluye letras y demos de 2017, cuando inició su trayectoria, y de 2018.

"No sé cómo medirlo, pero me gusta suponer que este disco es todo lo que me pasó en mi carrera", dice. "Tenía todo esto guardadito, y ahora tuve la oportunidad de trabajarlo." Pero este sucesor del EP Del cielo (2018) no deja de ser un disco atravesado por la pandemia. "Mientras terminaba de componer en el encierro, me di cuenta de que estaba lista para sacar mi primer álbum", evoca. "Al principio tuve miedo porque debía invertir mucho tiempo, cabeza y alma. Aunque luego sentí que había una maduración tanto musical como personal."

El nombre de la canción que titula al disco no sólo alude al cierre de una era sociocultural, sino también emocional. "Es una ironía; tiene que ver con el final de una relación y el inicio de otra. Es un manifiesto de hasta dónde poner límites, y encontrarse con uno. Ahora estoy enamorada de mí misma, y eso me alegra. Es una letra autobiográfica sobre lo que me pasó en pandemia."

Además, Besitos, cuidate rescata con fidelidad las sensaciones y emociones de la juventud del país vecino durante el estallido social de 2019 y 2020, que decantó en la redacción de una nueva Constitución. "Ese estallido permeó en todas las capas sociales y culturales en Chile, y en nosotros como personas. Hay un antes y un después", reconoce Princesa Alba. "Empezamos a dejar de mirar más la individualidad, para sentirnos parte de un colectivo, de la sociedad y del bien común. Si bien no hago canciones de protesta, hay un nivel alto de empoderamiento y de letras que tienen mucho que ver con encontrarse. En el estallido social, nos encontramos finalmente."

► Los cuatro jinetes 

El primer disco de larga duración de la popstar trasandina tiene 11 canciones con producción a cargo del ya mencionado Nico Cotton (Nicki Nicole, Wos, Louta), del también argentino Evlay (Wos, Acru, Tiago), del chileno Pablo Stipicic (Rubio, Javiera Mena, Gianluca) y del español Alizzz (C.Tangana, Rosalía, Paloma Mami). Además, hay featurings de la argentina Ms. Nina, del brasileño Duda Beat y del español Pimp Flaco. "Sus propuestas me acompañaron en el proceso", reconoce Trini. "Como ya tenía las canciones listas, tenía que buscar al artista justo para que se pudiera sumar. Lo más importante para colaborar es que admire mucho a alguien, y de ellos soy fan."

Princesa Alba no tiene pruritos en elegir como su tema favorito a Simplemente, para el que prestó su voz Pimp Flaco, y del que se ocupó Evlay. "Las influencias son The xx y Beach House, pero mezclados con trap y sintetizadores bien marcados. Incluso tiene unas guitarras medio My Bloody Valentine."

A contramano de la chapa que le cuelga, la artífice de 24 años tiene una gran fascinación por transgredir los límites de los géneros. "Si paso por muchos sonidos es porque no creo en los géneros. Sobre todo en la música", afirma. "La música es música, pero el pop es la columna vertebral del disco. Es una fantasía pop que se mezcla con todos los referentes que me gustan."

► El hyperpop que nació de un meme

Aunque más que pop, lo de esta flamante hincha ilustre del Colo-Colo es hyperpop. "Hace un tiempo busqué su definición y decía que nació con Charli XCX y Hannah Diamond, pero para mí Miranda! lo hacía antes", reflexiona. "Desde ahí existe en mi cabeza, y se mezcla mucho con lo que escucho ahora. Es pop en su máxima expresión, y me encanta porque es bailable."

--¿Renunciás al trono que te dieron en la música urbana?

--No hago trap. Sería muy aburrido si mis referentes fueran solo eso o el dembow. Me parece que mezclar el reggaetón con el shoegaze es de las cosas más bacanas que pueden pasar. Mi música es algo que no tiene etiquetas. Desde que comencé, mi carrera consistió en sacarme los estigmas. Partí siendo un viral en Chile, y cargué con el estigma de ser eso o un meme. Si en ese camino voy quitándome etiquetas o rompiendo estigmas, será genial. Pero si no, seguiré haciendo lo mío.

Funk carioca, house, techno y bossa nova son algunos de los otros estilos que Princesa Alba puso a dialogar con la cosmogonía de la música urbana. Menjunje que al parecer no le restó popularidad, si lo contrastamos con hits del calibre de Convéncente, que alcanzó las 20 millones de escuchas en Spotify. Y es que esta artista es una de las nóveles iconos culturales de su país.

"Soy hija de lo digital, por lo que se me hizo fácil seguir activa en pandemia", confiesa esta fan de Las Ligas Menores, Louta, Bandalos Chinos y Ca7riel. "Si bien tengo un home studio, necesito trabajar con productores de carne y hueso. Pese a que todo se desmoronó alrededor, pude seguir haciendo lo que me gusta. Si esto no hubiera sucedido, mi disco hubiese sido diferente."

Por todo esto, Princesa Alba tiene todas las condiciones para convertirse en la Javiera Mena de los centennials chilenos. "Ella es otra referencia súper importante. Escuché sus discos en mi adolescencia", asienta. "Me encantaría hacer cosas juntas. Es muy heavy compartir el mismo tiempo y espacio con ella. Me considero una hija suya, de Gepe, Denver y del resto del pop chileno."