Desde Washington, DC
Veinte años. El 11 de septiembre de 2001, a las 8.46 de la hora del este de Estados Unidos, un avión fue estrellado deliberadamente contra la torre norte del complejo Wall Trade Center en la ciudad de Nueva York. El inicio de un atentado que marcaría un antes y un después en el país norteamericano. El aniversario, número redondo, no llega en un momento cualquiera. Ocurre semanas después del caos y la vuelta de los talibanes en Afganistán, una nación invadida casi inmediatamente tras el ataque.
El presidente estadounidense, Joe Biden, viajó este viernes a Manhattan para estar en la llamada “Zona Cero” y participar de una ceremonia de conmemoración del atentado. “A las familias de las 2.977 personas de más de 90 naciones, asesinadas el 11 de septiembre de 2001 en la ciudad de Nueva York, en Arlington, Virginia y en Shanksville, Pensilvania, y las miles que fueron heridas: Estados Unidos y el mundo los conmemoran a ustedes y a sus seres queridos”, dijo el mandatario en un video difundido a través de redes sociales un día antes del aniversario. “No importa cuánto tiempo haya pasado. Estas conmemoraciones traen todo a la memoria de una forma dolorosa, como si hubieran recibido la noticia hace unos segundos”, agregó.
El video dirigido a las familias de las víctimas del atentado no es casual. En las últimas semanas, fueron precisamente algunos familiares de quienes murieron hace 20 años quienes alzaron la voz contra la presencia de Biden en los actos conmemorativos del ataque. Hace solo una semana, le dijeron al jefe de Estado que no sería bienvenido en las ceremonias de conmemoración si no desclasificaba los archivos que el Gobierno tiene sobre lo ocurrido en 2001, convencidos de que muestran algún tipo de apoyo de Arabia Saudita hacia quienes cometieron el atentado. Estos familiares sostienen que esto no se da a conocer porque el país de Medio Oriente es uno de los principales aliados de Estados Unidos en esa región.
En coincidencia con los reclamos, Biden anunció durante la semana previa al aniversario que iba a desclasificar algunos archivos. “El pueblo estadounidense merece tener un panorama más completo de lo que su gobierno sabe sobre esos ataques”, dijo el 3 de septiembre pasado. El decreto ordena al Departamento de Justicia y a distintas agencias del gobierno del país norteamericano revisar los documentos y les da un período de hasta seis meses para darlos a conocer.
Según anunció la Casa Blanca, este sábado Biden estará primero en Nueva York. Después irá a Shanksville, el sitio en el que hace veinte años cayó el vuelo 93 de United Airlines. Supuestamente destinado a estrellarse contra el Capitolio en Washington, el avión terminó en medio de la Pensilvania rural. Todas las personas que iban a bordo murieron.
Finalmente, el mandatario estará en el Pentágono, ubicado en Virginia, frente a la capital estadounidense, en el que también impactó un avión el 9 de septiembre. También el expresidente Barack Obama estará en Nueva York, mientras que George W. Bush, quien gobernaba Estados Unidos en el momento del atentado, irá a Shanksville.
El aniversario del atentado siempre ensombrece el clima en el país norteamericano. Las generaciones más grandes recuerdan qué hacían en el momento exacto en el que se enteraron de que los aviones habían impactado contra las Torres Gemelas. Las más jóvenes lo aprenden en las clases de historia y lo buscan en Google. Para todas, es el momento en el que algo cambió.
La seguridad pasó a ser extrema, desde los controles en los aeropuertos hasta las escuchas de parte de la Agencia de Seguridad Nacional. Se incrementaron los crímenes de odio contra las personas de Medio Oriente y de origen asiático en general: el primer asesinato reportado llegó apenas cuatro días después del atentado, el de un hombre indio de Arizona. Aparecieron también los discursos del expresidente Bush para justificar invasiones en países de Asia. Afganistán primero, con el objetivo de buscar a Osama bin Laden y a Al Qaeda, la organización que comandaba. Irak después, con la supuesta búsqueda de unas armas inexistentes. Un proyecto de Brown University sostiene que el costo humano de las guerras en Medio Oriente que vinieron después del 9 de septiembre de 2001 alcanza las 929.000 víctimas.
Este aniversario, a 20 años del momento en el que el mundo entero vio en vivo cómo el segundo avión impactaba contra la torre sur del Wall Trade Center, llega en un momento en el que el país todavía está sacudido por la noticia del regreso de los talibanes al poder en Afganistán.
Cuando Biden anunció en abril que iba a cumplir con el acuerdo de retirar las tropas de Afganistán y que todas estarían fuera del país asiático para el 31 de agosto, ya tenía en mente el aniversario de las dos décadas del ataque e insistió en que tenían que ser repatriadas antes del 9 de septiembre. No sabía que las últimas semanas de la presencia de Estados Unidos en Kabul iban a ser tan caóticas. Días después de que despegara el último vuelo militar de la capital afgana, el Gobierno estadounidense insiste en que trabaja para brindar a sus ciudadanos “un tránsito seguro” fuera del país. “Las salidas de hoy demuestran que les estamos dando a los estadounidenses opciones claras y seguras para dejar Afganistán desde distintas ubicaciones”, sostuvo este viernes una vocera del Consejo de Seguridad Nacional en referencia al vuelo de Qatar Airways que salió de Kabul.