Gracias al avance de la campaña de vacunación, se observan efectos benéficos que comienzan a palparse en todos los sentidos. Disminuye la transmisión viral y, como resultado, se comunican buenas noticias: los centros sanitarios que procesan muestras experimentan jornadas sin detectar casos positivos. Es el caso del Laboratorio de Virología del Hospital Nacional Posadas que, por primera vez en lo que va de la pandemia, no registró nuevas infecciones de covid.

"Estamos muy contentos. Es esperanzador dar este tipo de noticias, nos resultaba muy tedioso continuar con cifras tan altas y hoy estamos empezando a ver resultados muy buenos gracias a la vacunación. Es una situación inédita: nunca a lo largo de la pandemia tuvimos una positividad tan baja como la que vemos hoy", expresa Graciela Cabral, jefa del Laboratorio de Virología de la institución. Y destaca: "No sabemos si será definitivo, hay que estar alertas, pero tener esta realidad produce alivio. Tenemos una gran cantidad de personas inmunizadas, ya sea de manera natural por contacto con el virus, o bien, por la vacuna".

La brusca baja desde el pico

El escenario actual representa una diferencia sustancial con los meses precedentes. Durante los picos –en las olas anteriores durante 2020 y con la más reciente de mayo/junio de 2021– en el Posadas se procesaban 300 muestras por día, con una positividad que llegaba al 80 por ciento. En efecto, no solo llegaban muchas muestras, sino que 8 de cada 10, aproximadamente, arrojaban como resultado “covid detectable”. Así describe Cabral las características del presente singular que afrontan: “Durante 2020 y los primeros meses de 2021, procesábamos unas 300 muestras con una positividad que iba desde el 50 por ciento y se estiraba al 80 por ciento. En las últimas semanas bajó muchísimo la demanda y procesamos menos de 100 muestras. En los últimos días, de hecho, solo detectábamos entre tres y cuatro positivos, y el jueves, la gran sorpresa es que directamente no hubo”. 

La demanda de diagnóstico que recibe la institución es de carácter ambulatorio, es decir, de personas que se acercan para hisoparse ante algún síntoma; así como también, de internados que llegan con un cuadro de la enfermedad ya avanzado y se los testea para corroborar el diagnóstico que los profesionales intuyen.

Del 65% de positividad al 5%

Estos datos que registra el Hospital Posadas se condicen con el panorama general que ofrece Argentina a nivel nacional, con una baja sostenida en los contagios desde hace 15 semanas consecutivas y con una positividad promedio semanal del 5 por ciento. Para tener referencia, a mediados de octubre de 2020, el país exhibía un 65 por ciento de positividad. Y no hay un motivo más elocuente que el avance de la campaña de vacunación: ya se ha inoculado al 63 por ciento con una dosis y al 39 por ciento con el esquema completo. Agosto fue el mes de las segundas dosis y septiembre ya se consolida en el mismo sentido.

A causa de la realidad epidemiológica que hoy exhibe el país, disminuyen las muestras procesadas y, al mismo tiempo, la positividad. Al mejorar esos indicadores, también lo hace uno más crítico: el de las hospitalizaciones. Si en el pico de la pandemia había 7.969 camas ocupadas, en la actualidad esa cifra es 2.297. “Deseamos que esto se mantenga. Hay que estar felices, pero también atentos. Necesitamos seguir vigilando lo que circula”, dice Cabral.

La amenaza de Delta y Mu

La especialista lo refiere en relación a la circulación de nuevas variantes de interés epidemiológico, como Delta y Mu, que podrían propagarse de manera veloz. De alcanzar la transmisión comunitaria, presentan las características intrínsecas necesarias para volver a complicar las cosas, como lo demuestra la experiencia en otras naciones, que ya contaban con una campaña de vacunación avanzada y debieron volver marcha atrás con algunas de sus flexibilizaciones (como Israel o Reino Unido). 

El objetivo que expresa Cabral –y que es compartido por toda la comunidad científica y médica– es continuar con los valores en esos parámetros porque, de ese modo, las instituciones sanitarias se mantienen lejos del colapso por covid. En paralelo, se vuelve posible reorganizar agendas y rutinas para atender a otros pacientes con diversas patologías y reanudar procedimientos quirúrgicos que debieron ser pospuestos. En medio de tanta oscuridad, la luz comienza a ser divisada y los profesionales de la salud son los primeros que están en condiciones de advertirla.

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