La CGT recibió ayer a la Comisión Episcopal de la Pastoral Social, representada por el Jorge Casaretto, con el objetivo de analizar la situación social y económica del país y pautar actividades en común. Tras el encuentro, la central sindical advirtió que “las cosas están cada vez peores, tiene que haber alguna resolución”. En el salón Saúl Ubaldini de la histórica sede de la calle Azopardo, el triunvirato de la central obrera, integrado por Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña, dialogó con los representantes eclesiásticos sobre los índicadores de pobreza, el nivel de desempleo y los índices de la actividad económica. En ese marco, ambas partes resaltaron “la necesidad de trabajar para lograr que haya una cultura del encuentro”, ante lo cual coincidieron que este tipo de reuniones “le hacen muy bien al diálogo para fomentar ese encuentro”.
Schmid dijo que “se pasó revista a la situación social y económica del país y se habló de la pobreza. Le ratificamos a ellos la agenda de reclamos que le hicimos al Gobierno”. Y agregó: “Los obispos nos pidieron que sumemos la participación de los movimientos sociales y ver cómo a través del diálogo se pueden encontrar algunos caminos alternativos”. Por su parte, el secretario de Prensa y Comunicación de la CGT, Jorge Sola, señaló que “estuvimos analizando los bolsones de pobreza, la situación de los trabajadores y estuvimos en plena coincidencia en lo que pensamos”.
En la previa del encuentro, el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (Cepas), Jorge Lozano, había advertido que la Iglesia percibía “una situación de gravedad, un crecimiento de la demanda de ayuda en algunos comedores de los barrios y de mayor ayuda alimentaria también en las Cáritas”. El obispo también había considerado “imperioso cuidar los puestos de trabajo y generar otros nuevos” y abogado por “un cambio de mentalidad tendiente a buscar otros modos de entender la economía y el progreso”.