El Banco Central decidió ayer mantener la tasa de interés de referencia en 26,25 por ciento. La entidad adelantó que la economía comenzará a mostrar menores presiones de precios en mayo, luego de los importantes aumentos de los primeros meses de este año. Planteó que resolvió aplicar una política monetaria más contractiva a partir de marzo para contener el rebote de la inflación de los últimos meses y volvió a indicar que cumplirá la meta inflacionaria del 17 por ciento para este año. El titular del organismo, Federico Sturzenegger, afirmó que la sociedad podrá juzgar la gestión del Central al finalizar este año en base a que consiga o no cumplir el objetivo de precios. Es una apuesta fuerte si se considera que los consultores, los organismos internacionales y los economistas de distintas corrientes proyectan una inflación arriba del 21 por ciento, es decir unos 4 puntos por encima de la meta oficial.
El Central informó en su comunicado de política monetaria las variables que tuvo en cuenta para mantener la tasa de interés arriba del 26 por ciento. Mencionó que la expectativa de inflación del mercado para 2017 bajó de 21,2 a 21,0 por ciento para el índice general de precios minoristas pero subió de 18,7 a 19,0 por ciento para el índice de precios núcleo, en el cual no se consideran tarifas ni los rubros con estacionalidad como las frutas y el turismo. Señaló además que las últimas estimaciones privadas y estatales fueron más elevadas de lo pensado. La inflación para las consultoras se ubicó en 2,1 por ciento el mes pasado. La suba de precios en el primer cuatrimestre se ubica entre 8,5 y 9,1 por ciento según distintos relevamientos privados.
“La inflación de abril se situó en un nivel más alto que el compatible con el sendero buscado para esta época del año. Los indicadores sugieren que en mayo la economía retoma el proceso de desinflación”, precisó el Central, que sigue sin aclarar en sus comunicados que la supuesta desinflación se daría respecto del año pasado, que marcó el nivel más alto de suba de precios en 25 años. Sturzenegger tampoco explica las razones de por qué abandonó los objetivos de cuidar el crecimiento económico y el empleo, como le impone la carta orgánica. En cambio, el Central sostuvo que “la prioridad de la entidad es manejar las condiciones de liquidez para asegurar que los precios se encaucen. Se actuará nuevamente (con aumentos de la tasa de interés) en caso de que se lo considere necesario, para asegurar que el proceso de desinflación continúe hacia su objetivo de entre 12 y 17 este año”.
La política monetaria contractiva del Central, con tasas de interés elevadas, genera hace varios meses el rechazo de los sectores dedicados a la producción, puesto que el principal destino de los recursos excedentes de la economía se ha volcado al negocio de la especulación financiera, el cual ofrece una mayor rentabilidad que la mayor parte de los emprendimientos de la economía real. Pese a estas críticas, el presidente de la autoridad monetaria recibió ayer el respaldo del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. “En el Central se está haciendo un excelente trabajo, que permitirá tasas de inflación muy parecidas a las del resto del mundo”. Indicó que “se están sentando las bases para tener un sistema monetario muy eficiente”. El respaldo de Dujovne no es recíproco. En la autoridad monetaria aseguran que el principal problema para bajar la inflación es que el déficit fiscal no disminuye de los 5 puntos del PIB y eso torna mucho más compleja la tarea de reducir los precios para el Central.
El ministro Dujovne, además de respaldar las políticas de Sturzenegger, indicó que “el tipo de cambio actual es más competitivo que el que había en 2015”. Las palabras del funcionario son poco rigurosas, al considerarse que los precios acumularon una suba superior al 50 por ciento desde finales de 2015.