En la Rioja, una docente denunció en la justicia que la despidieron de forma arbitraria, por su militancia feminista, de un colegio secundario que depende del Obispado local. Se trata de Centro Educativo Diocesano Pio XII, institución que recibe “subsdidio estatal total”, según informa el Mapa Educativo Nacional, elaborado por el Ministerio de Educación de la Nación, es decir, los sueldos del plantel docente los paga íntegramente el Estado. En el marco de la causa que tramita en la justicia laboral, la representante legal de la escuela reconoció que la cesantearon por haberla visto participar en una marcha en defensa de los derechos LGBTTIQ y por cantar consignas contra la Iglesia Católica. “Es un despido discriminatorio. Es persecución ideológica porque no se debió a mi enseñanza en las aulas sino a mi militancia fuera de ellas”, dijo a Página/12 la profesora afectada. Se llama Aldana Cuello, es licenciada en Filosofía, y hacía cinco años que trabajaba en el Pío XII, de la capital riojana, cuando le llegó sorpresivamente la notificación del despido “sin causa”. La cesantearon en febrero de 2018. Después de un trámite judicial de tres años, el 31 de agosto último se realizó la audiencia del juicio. Se espera ahora la sentencia del juez que interviene, a cargo del Juzgado del Trabajo y de Conciliación N° 3, de la ciudad de La Rioja, Carlos Castellanos.
Cuello tenía a su cargo cinco materias en el nivel medio y concentraba 35 horas cátedra, la mayor cantidad de horas que puede dar una docente por semana. La docente era la coordinadora de la Olimpíada Argentina de Filosofía en la provincia de La Rioja. En noviembre de 2017, unos meses antes de notificarle el despido “sin causa”, el colegio la había felicitado en la página web institucional –donde todavía figura el texto-- por haber “preparado, acompañado y estimulado en todo momento” junto a otro docente, la participación de lxs estudiantes en la Olimpíada Nacional de Filosofía, donde uno de los alumnos de Cuello, Lautaro Ferreyra, obtuvo el primer puesto en el Eje Ético y el segundo lugar, en la competencia que se llevó adelante ese año en Villa La Angostura, Neuquén. En 2018, Ferreyra viajó en representación de la Argentina a Montenegro, ex Yugoslavia, a la Olimpíada Internacional de Filosofía, evento que tiene apoyo de la UNESCO. Cuello lo iba a acompañar, pero poco antes la cesantearon.
El colegio católico alegó que si bien no hay “causa justa”, en los términos de la Ley de Contrato de Trabajo, para despedirla “la causa existe”: la acusan de cantar “Iglesia, basura, vos sos la dictadura” en una marcha y vulneran así el Régimen de Convivencia de la institución que en su capítulo II establece como principal deber del docente “tener una vida coherente con los valores evangélicos expresados a través del anuncio de la palabra, de la actitud, del diálogo, del servicio y oración (…)”.
El Colegio depende del Obispado de La Rioja, a cargo de monseñor Dante Gustavo Braida. Cuello reconoce que es activista feminista. “En la audiencia la escuela no dice que el despido se deba a su rendimiento y desempeño como docente”, destacó en diálogo con este diario el abogado de la docente, Gerardo Leguizamón León. El CED Pío XII y sus tres testigos declararon que la docente nunca manifestó adentro de las aulas su posicionamiento ideológico y que el motivo por el cual la echan es porque una testigo –que se hizo presente en la audiencia- la vio en una marcha feminista por la capital riojana, entonando cánticos contra la Iglesia Católica. Es decir, reconoce que si bien la causa del despido “existe”, no constituye una “causa justa”, según el artículo 242 de la Ley de Contrato de Trabajo. De parte de la docente, declararon ex alumnos de ella y una compañera de trabajo.
La representante legal del Pío XII, María Verónica Furrer, en su descargo en el marco del juicio, dijo que “aproximadamente en el mes de octubre de 2017 la señora Aldana Cuello fue vista por personal de la institución educativa liderando una protesta en contra de la Iglesia Católica, en donde al transitar por la peatonal 25 de mayo, frente a la AFIP, junto a un gran número de personas portando banderas del movimiento gay, manifestaba a viva voz utilizando un megáfono: “'Iglesia, basura, vos sos la dictadura', como así también efectuando manifestaciones degradantes contra el obispo, (máxima autoridad de Nuestra Institución) y contra los curas e iglesia en general”. Luego dijo que “los insultos efectuados por la trabajadora en plena vía pública y frente a un gran número de personas, a nuestra máxima autoridad y a la Iglesia en general es una conducta jurídicamente reprochable al contravenir el deber genérico de todo buen trabajador (artículos 62, 63 y 84 de la LCT)”.
Llamativamente, el lugar donde la testigo dice haber visto a Cuello entonando esos cánticos –que suelen repetirse en manifestaciones feministas y LGBTTIQ+- no se corresponde con el recorrido tradicional de ese tipo de convocatorias en la capital riojana.
Furrer sostuvo además, en su descargo en el juzgado con competencia laboral, que “luego de ese proceso jamás fue perseguida por autoridades del colegio ni docentes en general”. El despido ocurrió varios meses después de la marcha mencionada, en febrero de 2018. No obstante, la representante legal del colegio alegó que “todo personal de escuela católica y específicamente del CED Pío XII tiene un Régimen de Convivencia que está destinado a todos los estamentos de la institución estableciendo cuáles son los derechos y obligaciones tanto de los docentes como de los alumnos, padres y del personal directivo y administrativo”.
En ese sentido, señala, que en su capítulo II ese Régimen de Convivencia “establece como principal deber del docente “tener una vida coherente con los valores evangélicos expresados a través del anuncio de la palabra, de la actitud, del diálogo, del servicio y oración (…)”.
Para el Colegio, “al encontrarse encabezando una marcha, como la que sucedió en octubre de 2017 en la que manifiesta a viva voz ´Iglesia basura vos sos la dictadura´, está faltando el primer deber del docente católico y específicamente del docente de nuestra institución educativa”.
En mayo de 2018, luego del despido, las partes fueron a una mediación en la Secretaría de Trabajo de la provincia, pero no llegaron a acuerdo. El Colegio le depositó 100 mil pesos como monto total de indemnización pero Cuello lo rechazó por considerar que era una suma inferior a la que le correspondía, y decidió demandar a la institución católica en el fuero laboral al considerar que incurrieron en un despido discriminatorio.
Cuello había empezado a trabajar en febrero de 2013 en el Pío XII como profesora de la materia “Construcción Ciudadana, y dos años más tarde le ofrecieron tres asignaturas más: Filosofía, Antropología, Formación Ética y Ciencias Políticas. Tenía a cargo 9 cursos y 35 horas cátedras, cuando la echaron, y la dejaron de un día para el otro sin trabajo. “Espero que el fallo sea favorable a los derechos de las mujeres trabajadoras”, dice Cuello, expectante de la resolución judicial.