El juicio por el femicidio de Araceli Fulles, la joven de 22 años que fue hallada asesinada en una casa de José León Suárez en 2017, comenzó en los tribunales de San Martín con ocho acusados sentados en el banquillo. Siete de ellos llegaron a la audiencia en libertad; el restante, que fue detenido el domingo cuando fue a votar, está además acusado por amenazas a la madre de la joven asesinada y a un testigo del mismo caso. “Al que detuvieron ayer es el que asesina realmente a Araceli, en conjunto con los otros imputados. Él fue quien enroscó el precinto en el cuello para terminar matándola”, declaró Ricardo Fulles, padre de Araceli, a un canal de televisión, desde la puerta de los tribunales de San Martín donde tramita el debate oral.
Para la jornada, el Tribunal Oral Criminal (TOC) 3 de San Martín, había previsto escuchar las declaraciones del padre, la madre y los cuatro hermanos de Araceli, sobre la búsqueda de la joven. También estuvieron citados los jóvenes que compartieron un asado con Araceli en sus últimas horas de vida, detalló el abogado de la familia, Diego Szpigiel.
Carlos Casalz es el imputado detenido el domingo, el único que llegó detenido al debate oral, “hace unos días amenazó a la madre (de Araceli, Mónica Ferreyra), le mandó un video caminando por el barrio con una ametralladora diciendo ‘hay bala para toda la familia’, y también había amenazado a uno de los testigos, Martín Guardia", detalló el abogado Szpigiel. La causa por esas amenazas se instruirá de manera paralela al juicio por el femicidio, y estará a cargo de otra fiscalía.
Los demás imputados, Hernán Rodrigo Badaracco, Hugo Cabañas, Carlos Antonio Ibarra, Marcelo Escobedo, Daniel Alaniz y los hermanos Jonathan y Emanuel Ávalos, llegaron al proceso en libertad. La acusación contra los ocho, por "homicidio agravado por femicidio y por la participación de dos o más personas”, está a cargo de la fiscal de juicio Mariana Piwarczuk.
Araceli Fulles, de 22 años, fue hallada muerta el 27 de abril de 2017, tapada por escombros en el patio de la casa de Darío Badaracco (31), en José León Suárez. La joven había sido vista con vida por última vez la madrugada del 2 de abril, en una plaza cercana a su casa. El último contacto con su familia se había registrado a las 7 de la mañana de ese mismo día, cuando envió un mensaje a su madre: "Vieja, prepará las cosas para el mate que estoy yendo para casa."
Pero la joven no apareció y su paradero fue una incógnita hasta 25 días después, cuando su cuerpo fue hallado tras la intervención de perros de los Bomberos Voluntarios de Punta Alta. La autopsia determinó que murió por "asfixia mecánica" por "estrangulamiento a lazo" con un elemento compatible con precintos plásticos.
Darío Badaracco -hermano del también acusado Hernán Rodrigo-fue el principal detenido y murió el 13 de abril de 2019 en un hospital de la ciudad de Olavarría, tras ser atacado a golpes y quemado con agua caliente por dos compañeros de celda en el penal de Sierra Chica.
Los otros ocho imputados fueron excarcelados por la Cámara de Apelaciones de San Martín, que consideró que por la "ineficiencia del sistema investigativo" no pudieron obtenerse las pruebas necesarias para probar sus participaciones en el hecho. La falta de los resultados de los peritajes, la mala conservación de las muestras recolectadas donde hallaron el cuerpo y las "falsas pistas", fueron los argumentos que detalló el presidente de la sala, Carlos Hermelo, para sustentar la decisión.
“Era sabido que iba a empezar a haber amenazas y muchas cosas porque van a querer impedir el juicio de mi hija”, dijo la madre de Araceli. En estos años, toda la familia padeció “amenazas e intimidaciones”.