Un paisaje en silencio rodeado de arbustos es interrumpido por un escándalo: por una ruta que divide al bosque en dos avanzan tres carrozas. Una con orejas y trompa de elefante; otra exhibiendo unos enormes labios que amenazan con dejarte el rush marcado en el cachete y una última con forma de cartera. Los transportes de ruedas gigantes recorren el camino dejando un rastro de purpurina en el asfalto como si fueran las miguitas de pan que apoyan en la tierra Hansel y Gretel para no perderse. Quienes manejan las carrozas no son tentadxs por una casita de dulces pero sí deberán enfrentar algunos peligros: las famosas Shangela, Eureka O´Hara y Bob the Drag Queen llevan su manifiesto en pestañas postizas a pequeños pueblos de Estados Unidos. Lugares con pocxs habitantes donde rige el conservadurismo y la mirada homofóbica. La primera parada del reality We´re Here, creado por Johnnie Ingram y Steve Warren, es en Gettysburg, Pensilvania: un grupo de turistas se detiene a apreciar el desfile, sacan fotos, cruzan miradas cómplices tratando de encontrar una explicación. Otras personas se alejan de las drags como si fueran perros salvajes que son paseados sin bozal. “¡¿Me tienes miedo?!”, le grita Bob a cada habitante que no puede quitarle los ojos de encima a su voluptuosa figura. La drag clava sus tacos en las baldosas y camina a toda velocidad por las calles principales del pueblo, convirtiendo a su cuerpo gordo en un camión todo terreno que se abre camino llevándose puestas las vallas que intentan detenerla. Ellas llegan para instalarse donde nadie las llama a realizar un show que no olvidarán jamás.
El reality conformado por 6 episodios de 60 minutos, estrenados recientemente en Latinoamérica en la plataforma de HBO Max, presenta a las tres drags que explotaron de fama tras participar en distintas temporadas de RuPaul´s Drag Race y All Stars, ahora en el rol de cazatalentos. La singularidad es que, si bien buscan a las personas queer de cada lugar, atraen a gente hétero que tuvo poco o nulo contacto con la comunidad LGBTIQ. Derribar el muro entre lo gay y lo no gay. Ya sea involucrando a padres hétero en el proceso drag de su hijo marica, invitarlos a habitar el mismo mundo, o tratando de conseguir que se monte el macho alfa del pueblo. Shangela, Eureka O ́ Hara y Bob the Drag Queen ponen en crisis el concepto obsoleto de masculinidad a través del Lip Sync y las medias de red. Transmitiéndole a un cazador que exhibe cabezas de ciervo sobre la chimenea de su hogar que si hace drag será todavía más fuerte. “No va a destruirte como hombre el usar una peluca”, le dice Shangela a ese hombre que hizo todo lo posible para que su hijo puto sea un cazador como él. Shangela, Eureka O ́ Hara y Bob the Drag Queen tienen un objetivo claro: generar un espacio de contención para las personas queer que todavía se esconden o cargan un peso sobre las espaldas, y al mismo tiempo potenciar comunidades LGBTIQ en pueblitos donde no las hay o están bajo la superficie.
Cada episodio propone un cruce de diferentes historias donde lo personal se vuelve político. Uno de los relatos más emotivos es el de una mujer hétero y religiosa que decide draguearse por primera vez. Años atrás juzgó a su hija adolescente cuando le contó que era bisexual. Tras asegurarle que cayó en manos de Satán, la adolescente abandonó la casa de su madre y se fue a vivir con el papá. Eureka la escucha porque esta madre está arrepentida de su comportamiento, solo quiere remediar el daño que hizo. “No vinimos a dar excusas, sino a responsabilizarnos y a mostrar cambios. Esa es la meta”, expresa la drag que no puede evitar conmoverse con la historia de esta madre que hoy ofrece abrazos gratis a personas de la comunidad LGBTIQ. El calor que le negó a su hija. Eureka, Shangela y Bob the Drag Queen no demonizan a quienes señalaron con el dedo a una persona LGBTIQ, solo buscan proponer o acompañar una posible reparación. No cualquiera: una que se haga con el cuerpo. Aquella madre que lastimó a la hija pedirá perdón con una performance drag, forrando sus curvas con una bandera LGBTIQ hecha de lentejuelas, cantando en un escenario Beautiful de Christina Aguilera. We´re Here no retrata resultados sino procesos que duran mucho más tiempo que una canción.
¿Qué significa ser drag? Las tres divas le enseñan a la gente local de Branson (Missouri) y Twin Falls (Idaho) a ponerse la cinta adhesiva en la entrepierna, a hacer temblar los glúteos y girar como un trompo. Pero el drag es mucho más que eso: “Hay algo en el drag que te hace sentir que puedes conquistar al mundo. Y cuando sientes eso, comienzas a querer cambiar cosas en tu vida para sentirse de esa manera de nuevo”, asegura Eureka. La gira continúa por pueblos de Nuevo México y Louisiana pero la premisa es la misma: hacer drag para mostrar quién eres ahora pero también para mostrar quién podrías ser. Durante el viaje Eureka, Shangela y Bob the Drag Queen se convertirán en casamenteras de bodas queer, llenarán de plumas monumentos sureños y dialogarán con granjeros que están dispuestos a reemplazar sus barbas tupidas por una de glitter.
Con una ya confirmada segunda temporada, We´re Here funciona como una docuserie que revela qué pasa con las personas LGBTIQ en el interior de los Estados Unidos. Localidades donde los homosexuales no pueden ser abiertamente gay por miedo a ser salvajemente golpeados, y los chicos trans son ocultados por sus propias familias. “¿Se puede ser cristiano gay?”, se pregunta un habitante de Branson. La misión de Shangela, Eureka O ́ Hara y Bob the Drag Queen es tejer redes en cada lugar, lograr que ninguna persona queer se sienta aislada. Unir a lxs desviadxs para dejar de ser excepción en pueblos donde la diversidad es mínima. “Cambiando el mundo. Pueblo a pueblo”, anuncia el tagline de We ́re Here. La misión está cumplida.
El reality está disponible en HBO Max.