En julio del año pasado J.A.F, fue acusado por tres hechos de abuso sexual agravado, en el departamento Belén y cometidos contra su hija biológica y una sobrina política.
Fue excarcelado luego de dos años porque se le vencieron los plazos de la prisión preventiva. Su esposa y madre de una de las víctimas, fue notificada la semana pasada que en el marco del juicio por divorcio que ella inició, él pidió la mitad de la casa que antes compartían.
A.F. (21), la hija y sobreviviente, aseguró a Catamarca/12 que desde que fue liberado sufre ataques de pánico y teme salir. Pidió que los jueces de la Cámara del Crimen fijen fecha para el juicio y les devuelvan la paz y la libertad a las víctimas condenándolo.
Con miedo y dolor por la injusticia de la que se siente víctima, A.F. se animó a hablar y contar su historia con el objetivo de que trascienda públicamente y así llegar hasta los jueces de la Cámara Penal para pedirles que no extiendan más los plazos y juzguen y encarcelen a su padre.
“Hace unos días la llamaron a mi mamá del juzgado en donde ella tramita el divorcio, para decirle que J.A.F iba a firmar los papeles con la condición de que le dé la mitad de la casa donde vivimos”, contó la joven.
La vivienda, según explicó, les fue adjudicada por el IPV hace 10 años y la paga su abuelo materno que es a quien le descuentan la cuota mensualmente. En esa casa viven su madre, ella y tres hermanas menores que también son hijas del imputado. “Es una injusticia esto que está pasando. No entiendo porqué le permiten andar libremente y hacernos esto como si se tratase de una situación normal”, reclamó A.F.
La joven contó que su padre abusó carnalmente de ella cuando era una niña de 7 años. En aquel momento, aún no les habían adjudicado la casa y vivían todos en la vivienda de sus abuelos maternos. “Yo trataba de escaparme todo el tiempo de él porque quería volver a hacerlo. Cuando nos dieron la casa, yo me quedaba a dormir en la de mis abuelos, así no me tocaba. No conté nada a mi mamá porque tenía miedo”.
En el año 2018, su prima, quien tenía 13 años de edad, le confesó a la directora de la escuela a la que asistía que su tío J.A.F la había abusado dos veces. Acompañada por su familia y la misma docente pudo radicar la denuncia. Este hecho fue el detonante para que A.F. se animara a hablar.
“Fue un viernes a la noche, después de saber lo de mi prima se lo conté a mi mamá. Recuerdo que ellos creían que yo era rebelde y que por eso no lo quería a él. Yo siempre trataba de estar lejos, no podía ni sentarme a comer si él estaba y recién cuando hablé mis abuelos y mi mamá comprendieron por qué me alejaba”, explicó.
La orden de detención fue inmediata luego de que A.F. radicara la denuncia y se completara el protocolo de abuso. “Después de esa vez él quedó detenido y lo mandaron a la cárcel”. No obstante, y por las diferentes presentaciones realizadas por el defensor, la causa demoró en ser elevada a juicio y paralelamente se venció el plazo de 2 años que establece el Código Penal para la prisión preventiva.
“Cuando quedó libre nos enteramos por terceros que lo habían visto en la plaza de Belén. En ese momento me dio pánico y no podía salir de mi casa. Tengo mucho miedo todavía y es muy traumático para mí saber que puedo verlo. Cuando salió, pese a que tenía restricciones se acercó a mis hermanas, lo denunciamos, pero nada pasó. El otro día se acercó a mi madre y estaba borracho y eso es algo que no puede hacer y lo volvimos a denunciar pero sigue libre”, refirió A.F.
“Sólo quiero que vuelva a estar en donde tiene que estar, que es la cárcel. Él habla con conocidos y dice que está libre porque es inocente y le creen. No es justo que nosotras estemos encerradas y él como si nada”, dijo.
A.F., pide que los jueces fijen una fecha para el juicio y así “poder estar en paz y volver a ser libre. Mi prima quedó muy mal también, no puede ser que sigamos sufriendo y que para colmo nos quiera quitar la casa que él nunca pagó”, dijo.
En tanto, la joven contó que entre las dos familias deben juntar el dinero para pagarle a un abogado que las defienda. “Es mucho lo hay que juntar, pero sin abogado no podemos hacer nada. Mi mamá nos mantiene a todas con una beca de la Municipalidad y yo estudio y trabajo, pero no alcanza”, contó.
“Hasta el momento sólo se han respetado sus derechos y nos encarcelaron a nosotras”, concluyó la joven.
J.A.F, fue imputado por tres hechos de abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado. Según el Código Procesal Penal le correspondería una pena mayor a 15 años de prisión.