Tras el diagnóstico inicial de la dura derrota en las PASO, el Gobierno le apuntará todos los cañones a acercarles la recuperación salarial y de condiciones generales a los sectores medios, medios bajos, bajos y asalariados. Todo en un contexto que también es complejo desde la faz política interna en la alianza gobernante: hay fuertes cruces entre el ala cercana al presidente Alberto Fernández y la línea de la vicepresidenta, Cristina Fernández, por lo tardío de las medidas que anunciará el primer mandatario este jueves. En paralelo, hay dardos directos y críticas a ministros actuales del Gabinete como el de Economía, Martín Guzmán, y Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, dos cuadros del riñón albertista que trabajaron en los anuncios.
Según confiaron a Página I12 fuentes oficiales, los anuncios de Fernández abordarán el frente de la seguridad social, las jubilaciones, créditos a tasa subsidiada y modificaciones del Salario Mínimo, Vital y Móvil. En paralelo, también se empezó a charlar con el sector privado la posibilidad de un bono para asalariados privados.
En la Casa Rosada lo describen como el paquete de medidas para aquellos sectores que no fueron aún alcanzados por una recuperación que muestra cifras macro y de actividad positivas. Tal como adelantó este diario, la idea oficial es adelantar los plazos de decisiones, algunas de las cualea ya estaban tomadas pre PASO. Este jueves, con escenario a definir, Fernández dará a conocer créditos a tasa cero para empleados registrados, algo similar a lo que se hizo hace un mes para los trabajadores monotributistas. Esta decisión es la más relevante en cuanto a apuesta, porque abarca un espectro grande de trabajadores en momentos en los que los plazos y tasas de créditos corren al ritmo de una inflación alta.
Pero no será lo único para los empleados formales: también se charla con el empresariado un bono único para sector privado. Es la más demorada de las medidas, dado que el Gobierno quiere evitar chispazos con sectores que aún se están recuperando y, además, si no sale negociado, puede condicionar las próximas discusiones paritarias. También se precisará el alcance del próximo aumento del Salario Mínimo, Vital y Móvil. La mesa de discusión del aumento será el 30 de septiembre, pero en el Gobierno ya hablan de un alza de 10 puntos, cuya primera cuota se aplicaría desde octubre. De esta manera, el mínimo llegaría a computar un 45 por ciento anual.
Por otra parte, se anunciará un aumento a las jubilaciones y no se descarta que haya un refuerzo a asignaciones como la AUH. Las medidas están guardadas para que el primer mandatario las dé a conocer, pero también en ese paquete hay alguna posibilidad de un regreso de una asistencia estilo Ingreso Federal de Emergencia (IFE), pero con mayor segmentación. El IFE nació en plena pandemia, cuando el Gobierno destinó 10 mil pesos por trabajador independiente que debió ver suspendida su actividad por el aislamiento.
El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, afirmó en declaraciones a la AM 750 que el Gobierno nacional está trabajando en "generar medidas para acelerar la recuperación de los ingresos" y para que la "reactivación que está en curso le llegue a todos los sectores". "Nuestra mirada es trabajar intensamente, acelerar el proceso de reactivación, mejorar ingresos en los próximos meses", dijo.
Interna en carne viva
Mientras el ministro de Economía, Martín Guzmán, sigue trabajando contrareloj con los números del Presupuesto 2022, que deberá ser adecuado a la realidad del gasto de las nuevas medidas que el Gobierno expone para salirle al toro del mal resultado electoral, las chispas en la interna del Gobierno post derrota continúan en cruces a nivel Ejecutivo.
Hay dos posiciones bien marcadas, que son las que ponen en tensión la idea general de la gestión y las responsabilidades. En el entorno del Presidente y sus ministros más cercanos, aseveran que el traspie en la PASO fue una responsabilidad de toda la alianza. La teoría la avalan los números, dado que ninguna de las tres patas obtuvo triunfos en distritos que, directa o indirectamente conducen. Pero cerca de la vicepresidenta Cristina Fernández la lectura es diferente.
Según supo este diario, observan que "no hay un diagnóstico común sobre cómo resolver los problemas". Para CFK, la discusión no puede pasar por pensar que el Gobierno, en realidad, no tiene problemas más que la falta de repregunta en los medios. La vice achaca falta de velocidad en cumplir con el mandato de los votantes de Todos. Un planteo que viene haciendo desde diciembre del 2020, cuando marcó la cancha con la problematica de los precios y alertó por "los funcionarios que no funcionan".
"No queremos un ajuste fiscal por las dudas", aclararon a este diario dirigentes de diálogo con la mandataria, en un tiro por elevación -sobre todo- al cuidado celoso de la caja de Guzmán y a la necesidad de abrir la billetera para políticas expansivas. Además, concluyen que en la toma de decisiones económicas no hay ningún cuadro que responda políticamente a la vice. Por el lado del Presidente, hay respaldo a los propios en un escenario que es historia abierta sobre el futuro de la línea económica y los altos mandos económicos.