La Academia de Ciencias de Cuba (ACC) rechazó la existencia de "ataques sónicos" contra diplomáticos estadounidenses en La Habana desde fines de 2016, un extraño incidente registrado incluso en países como China o Gran Bretaña. El también llamado "síndrome misterioso" no es "científicamente aceptable", estimó el grupo de expertos cubanos, que agregó que "después de cuatro años no existe ninguna evidencia de atentados". Los presuntos ataques, que paradójicamente habrían empezado en momentos en los que transcurría el inédito deshielo entre Washington y La Habana, fueron uno de los argumentos empleados por el gobierno de Donald Trump para reducir casi a cero la actividad de su embajada en la isla.
"Concluimos que la narrativa del síndrome misterioso no es científicamente aceptable en ninguno de sus componentes y que solo ha sobrevivido debido a un uso sesgado de la ciencia", señaló un grupo de investigadores de la ACC en el informe difundido por el portal de noticias Cubadebate.
Los expertos destacaron que algunos artículos científicos aceptaron "como un axioma que se produjeron atentados en La Habana", construyendo sus teorías a partir de esa idea. "Sin embargo, después de cuatro años (de que se reportaran los primeros casos en La Habana) no ha aparecido ninguna evidencia de atentados", precisaron.
Desde 2016, primero en Cuba y luego en países como Estados Unidos, China, Taiwán, Alemania y Australia, el misterioso síndrome provocó dolores de cabeza, náuseas y posible daño cerebral a más de una veintena de diplomáticos estadounidenses, según reportes de la Casa Blanca. También habrían sido afectados diplomáticos canadienses destacados en La Habana.
El gobierno de Cuba investigó el asunto y rechazó en varias ocasiones como simple desinformación las versiones de Washington, que nunca presentó pruebas de los presuntos ataques. En junio de este año, el presidente Joe Biden convocó a un grupo de expertos para volver a analizar las causas de los raros incidentes que afectaron a los funcionarios estadounidenses.
A principios de septiembre, el viaje de la vicepresidente Kamala Harris a Vietnam se retrasó varias horas luego de que la embajada de Estados Unidos en el país asiático informara de otro "posible incidente anómalo" sobre el cual, después, no se dieron más detalles. En ese contexto, el departamento de Estado anunció que permitirá a sus diplomáticos en La Habana trabajar acompañados por algunos familiares adultos, lo que fue interpretado en La Habana como un primer paso para reanudar los servicios consulares en la isla.
Expertos de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos aseguraron en un informe que "las sensaciones (sufridas por los funcionarios) probablemente fueron causadas por una forma de energía dirigida, probablemente microondas". Sin embargo, los expertos cubanos destacaron que "ninguna forma de energía conocida puede causar selectivamente daños cerebrales (con una precisión espacial similar a un haz de láser) en las condiciones descritas para los supuestos incidentes de La Habana".
En cambio, los investigadores de la ACC aseguraron que muchas enfermedades pueden explicar la mayoría de los síntomas reportados por los diplomáticos afectados. Además señalaron que "ni la Policía Cubana, ni el FBI, ni la Real Policía Montada de Canadá, han descubierto pruebas de ataques a diplomáticos en La Habana a pesar de las intensas investigaciones".
La ACC se mostró dispuesta a "revisar sus conclusiones si surgen nuevas evidencias", al tiempo que invitó a que se hagan los esfuerzos para "refutar sus interpretaciones en un clima de colaboración científica abierta". Sin embargo, rechazó como "verdad establecida una narrativa construida sobre bases endebles y una práctica científica defectuosa".