Liliana Catucci bajó por las escalinatas de Comodoro Py este miércoles pasado el mediodía. Barbijo blanco, tapado rojo, vestido negro. Apretaba contra su cuerpo un ramo de flores. De un lado, la escoltaba un oficial de la división de la Policía Federal Argentina (PFA) que está apostada en los tribunales de Comodoro Py. Del otro, la acompañaba su colega de la Sala III, Eduardo Riggi. Desde adentro del edificio, el tercer integrante de la Sala, Juan Carlos Gemignani estiraba el cuello para ver. Abajo la esperaban otros integrantes de la Cámara Federal de Casación, como su presidente, Gustavo Hornos, y su vicepresidente segundo, Mariano Borinsky. Entre los asistentes estaban también el fiscal Carlos Stornelli. Todos se habían dado cita en el homenaje que la PFA le organizó a Catucci el día antes de que cumpla 75 años, cuando deberá dejar el máximo tribunal penal del país pese a sus intentos (fallidos) por permanecer.
-- La doctora Liliana Catucci, vista de-re-cha-- gritó un oficial de la PFA que se había formado en las escaleras de los tribunales de Retiro cuando vio que la jueza estaba pronta a salir de la mole de cemento ubicada en la avenida Comodoro Py.
La jueza enfiló sonriente mientras algunos de sus colegas de la Cámara Federal de Casación la aplaudían. Catucci fue de las primeras en integrarse a ese tribunal durante el gobierno de Carlos Menem. Fue con algunos exponentes como Alfredo Bisordi parte de la vieja guardia de la justicia. Antes de llegar al máximo tribunal penal del país en 1992, había sido jueza de ejecución e integrado la Cámara del Crimen.
El homenaje de la PFA sorprendió dentro de los tribunales. Por los chats de los judiciales empezó a circular una foto de Catucci con dos oficiales de la fuerza que le habían entregado un cuadro “en reconocimiento a Vuestra Señoría por su trayectoria e incondicional apoyo a nuestra función e institución a lo largo de la carrera judicial”. La celebración terminó, más tarde, con la animada formación en las escalinatas de Comodoro Py. A la jueza también le reconocen su simpatía por Patricia Bullrich, a quien supo acompañar en actos cuando se desempeñaba como ministra de Seguridad de Mauricio Macri.
Catucci buscó frenar con una cautelar su retiro. No tuvo éxito. El último rechazo lo recibió el 1 de septiembre, cuando los camaristas Sergio Fernández y Carlos Grecco denegaron su pedido para permanecer más allá del 16 de septiembre. Vencida, Catucci se reunió la semana pasada con el ministro de Justicia, Martín Soria, para entregarle su renuncia. Soria firmó su aceptación, sólo resta que lo haga el presidente Alberto Fernández.
Este jueves está previsto que se sortee qué juez subrogará en la Sala III junto con Riggi y Gemignani. Eso fue lo que se convino en el último encuentro de superintendencia, en el que también los camaristas habían dicho que se convocaría a Catucci la semana próxima para darle una plaqueta como al resto de los jueces o de las juezas que se retiran, por eso sorprendió especialmente la emotividad policial.
Con la salida de Catucci, el gobierno consigue una vacante en un tribunal clave por el que pasan las causas penales más resonantes del país. El Consejo de la Magistratura deberá empezar el trámite para cubrirla. En ese organismo también se discute todavía si no debe llamarse a concurso también el cargo de Carlos Mahiques, trasladado durante el macrismo desde la Cámara de Casación Nacional --y con posterior acuerdo del Senado--. En tal caso, ya no se estaría hablando de una vacante, sino de dos.
La situación en la Sala III es inestable. Gemignani está siendo investigado por los chats machistas que envió el 8 de marzo pasado. Este miércoles se conoció que la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal confirmó lo que había resuelto en julio el juez Martín Cormick: rechazar un amparo con el que Gemignani buscaba frenar la investigación del Consejo.
En ese organismo, ya abrieron el sobre cerrado en el que Hornos había remitido una certificación del chat y también se están analizando las quince respuestas a una encuesta anónima que se hizo entre empleades de los tribunales para averiguar si el juez incurrió en otras prácticas discriminatorias. Por el momento están declarando los testigos que él ofreció --incluso uno terminó perjudicándolo, según trascendió--. La semana próxima, será el turno de referentes sindicales. Para el 28 está citada la camarista Ana Figueroa. Catucci había avisado que lo haría por oficio. La tercera integrante mujer de la Casación, Ángela Ledesma, probablemente también lo haga por escrito, estimaron en el Consejo.