La canasta básica, que mide la línea de pobreza, subió 1,2 por ciento en agosto y tuvo una variación interanual de 55,5 por ciento. Esto implicó que un grupo familiar de una pareja con dos hijos necesitó 68.359 pesos para no caer en la pobreza, según informó el Indec. De esa forma, la canasta básica total que reúne no sólo alimentos sino también indumentaria y transporte tuvo la menor suba en 13 meses.
Durante agosto, la canasta básica alimentaria, que mide la linea de indigencia, tuvo una variación con respecto a julio de 2021 de 0,7 por ciento. A su vez, tuvo una interanual del 55,5 por ciento y se situó en 9454 pesos. Como consecuencia, una familia tipo conformada por dos adultos y dos hijos menores de seis y ocho años, necesitó percibir 29.213 pesos para no encontrarse por debajo de la línea de indigencia.
Frente a esta situación, Fernando Savore, presidente de la Confederación General Almacenera de la Argentina, se mostró entusiasmado ya que “desde los últimos 60 días hubo aumentos en todos los productos pero hace 20 días observamos un amesetamiento de los aumentos en las listas de precios”. En este línea, consideró que la desaceleración del aumento de precios en los alimentos permite dar “una cuota de optimismo” al sector que representa, y se refirió al mayor consumo de productos de empresas pymes.
La evolución de ambas canasta se realiza en base a los resultados del Indice de Precios al Consumidor (IPC), que cerró en agosto con un incremento del 2,5 por ciento colocándose por debajo del 3 por ciento de julio y en el menor nivel de incremento desde agosto del 2020. El rubro de Alimentos y Bebidas atravesó una fuerte desaceleración, pasando de aumentar 3,4 por ciento en julio a 1,5 por ciento en agosto.
A diferencia de otros rubros, los almacenes o comercios pequeños cercanos, Savore cuenta que "nosotros tuvimos la posibilidad de trabajar y tuvimos un redireccionamiento de clientes que no eran del día a día pero por una cuestión de salubridad se acercaban a comercios más cercanos" mencionó, haciendo alusión al 2020 y a las medidas de aislamiento producto derivados de la pandemia.
Agregó que a raíz del aumento de precios la diferencia que presentan los productos de grandes empresas y los producidos por pymes comienza a llevar a que los consumidores elijan estos últimos. “Esto sucede por una cuestión de ahorro y también porque, desde nuestro lugar, recomendamos las marcas pymes. Vendiendo esas marcas cuadriplicamos la ganancia respecto de la venta de productos de las primeras marcas".
“Hay que darles lugar, están haciendo buena mercadería” afirmó Savore, tras lo cual evaluó que dicho cambio en el consumo debería permitir a muchas empresas “reflexionar, equiparar el precio y frenar el aumento”. Y explicó que “cuando un precio excede lo que la gente estaría dispuesta a pagar, ese producto queda en la góndola”.
Por último, Savore se refirió a las billeteras virtuales y las compras con tarjeta de crédito y débito. Las mismas se han popularizado y en el último año han tomado gran parte del mercado. "El año pasado la venta con tarjeta o billetera virtual en promedio estaba en un 15 por ciento de la venta diaria, actualmente el 50 por ciento de la venta nuestra es por ese canal. Nos tuvimos que amigar con todo lo que es la tecnología porque era tenerla o perder al cliente", concluyó Savore.
En esta línea, kioscos y almacenes registraron una suba de 11,6 por ciento en el acumulado del año respecto de igual período de 2020, mientras que otros canales como autoservicios y supermercados cayeron 18,1 por ciento y 4,3 por ciento respectivamente, según un estudio de Scanntech presentado por la Cámara Argentina de Supermercados y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios.