El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció que el líder del grupo terrorista ISIS en el Gran Sahara, Adnan Abu Walid al Sahraoui, fue abatido por fuerzas militares francesas. Desde hace más de un año y medio, al Sahraoui era el objetivo "prioritario" de Francia y aliados como Estados Unidos en el Sahel, una región del norte del continente africano. La muerte del líder yihadista supone "un golpe decisivo" a la organización, afirmó la ministra de Defensa francesa, Florence Parly, quien recordó que el abatido al Sahraoui era considerado responsable directo de las ejecuciones y los secuestros de trabajadores humanitarios y periodistas extranjeros en la región.
"Al Sahraoui fue neutralizado"
"Adnan Abu Walid al Sahraoui, jefe del grupo terrorista Estado Islámico en el Gran Sahara, fue neutralizado por las fuerzas francesas", anunció en la madrugada del jueves el presidente Emmanuel Macron. "Se trata de un nuevo gran éxito en el combate contra los grupos terroristas en Sahel", agregó Macron en su cuenta de Twitter.
El mandatario francés aseguró que su país "piensa esta noche en todos sus héroes que murieron por Francia en el Sahel en las operaciones de Serval y Barkhane, en las familias desconsoladas, en todos sus heridos" y expresó: "Su sacrificio no es en vano. Con nuestros socios africanos, europeos y estadounidenses, continuaremos esta lucha".
Barkhane es desde 2014 la operación militar en la que actúan 5.100 militares franceses desplegados en la inmensa región desértica de Sahel. El presidente Macron anunció a principios de junio el final de esa operación al considerar que después de tanto tiempo la presencia francesa en el territorio "no puede sustituir" a los Estados de la región que "deciden no asumir sus responsabilidades" y no llegan a garantizar ni la seguridad ni los servicios públicos en su territorio.
Medio centenar de soldados franceses murieron en la misión Barkhane, que le cuesta a Francia cerca de mil millones de euros anuales y debilitó su imagen en la región. Esta sucedió a la operación Serval lanzada en 2013 por el entonces presidente, François Hollande, para impedir que los grupos yihadistas que se habían hecho fuertes en el norte de Mali consiguieran tomar las riendas del país.
"Golpe decisivo"
La ministra francesa de Defensa, Florence Parly, confirmó luego del anuncio de Macron que Walid al Sahraoui fue abatido tras una operación militar desplegada por Francia en la extensa zona árida del Sahel. "Se trata de un golpe decisivo contra este grupo terrorista", señaló Parly en Twitter. "El ataque se llevó a cabo hace unas semanas y estamos seguros de que fue el número uno del ISIS en el Gran Sahara", explicó más tarde Parly a la emisora de radio RFI.
Al Sahraoui era "el que estábamos buscando, ya que era el líder autoritario, indiscutible y sin rival" dentro del grupo yihadista, agregó Parly. "Cuando eliminas un eslabón clave de la cadena, interrumpes y debilitas a estos grupos terroristas", subrayó la ministra francesa, quien dijo que el segundo y tercero al mando del ISIS en el Gran Sahara habían sido "neutralizados" durante la primavera y el verano europeo.
La misión militar Barkhane, que combate al yihadismo en el Sahel, lanzó "una serie de ataques aéreos y terrestres sobre un grupo del grupo terrorista que había sido detectado", detalló por su parte el jefe del Estado Mayor de la Defensa francesa, Thierry Burkhard. Dentro de ese operativo, un dron atacó una moto en la que circulaban dos presuntos miembros del ISIS, uno de los cuales resultó ser al Sahraoui.
Cadena de asesinatos
Walid al Sahraoui, exintegrante del Frente Polisario saharauí, fundó en 2015 el Estado Islámico en el Gran Sahara luego de separarse del movimiento Al Qaeda del Magreb Islámico y jurar lealtad al ISIS, que controlaba en ese momento franjas de Irak y Siria.
Al Sahraoui, quien estuvo detrás de la ejecución de trabajadores humanitarios franceses en 2020, también estaba siendo perseguido por Estados Unidos por una emboscada en octubre de 2017 en el sudoeste de Níger, cerca de Malí, en la que fallecieron cuatro soldados de las fuerzas especiales estadounidenses y cuatro nigerianos.
Ese territorio es escenario habitual de las acciones de dos grupos yihadistas: el Estado Islámico en el Gran Sahara y el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes, vinculado a Al Qaeda. Esta facción del ISIS cometió ataques particularmente mortíferos contra civiles y militares en la conocida como "zona de las tres fronteras". Incluso, Estados Unidos llegó a ofrecer una recompensa de cinco millones de dólares por información sobre el paradero de al Sahraoui.
El nueve de agosto de 2020, en Níger, el líder del grupo terrorista ordenó personalmente la muerte de seis trabajadores humanitarios franceses y del guía y conductor nigerianos que los acompañaban. A finales de 2019, el grupo también llevó a cabo una serie de ataques a gran escala contra bases militares en Mali y Níger.
Esta escalada de violencia lleva a Francia y a los países del G5 Sahel (Mauritania, Malí, Burkina Faso, Níger y Chad) a catalogar en enero de 2020 al ISIS en el Gran Sahara como su "enemigo prioritario".
Pese a las pérdidas que sufre, el grupo insiste en intentar imponer su visión intransigente de la Sharia, acusando en ocasiones a grupos rivales de tibios en su aplicación. Así, en mayo, durante el mercado semanal de Tin Hama cerca de Ansongo (norte de Malí), militantes de este grupo yihadista le amputaron, en público, una mano y un pie a tres presuntos ladrones.