El resultado de las PASO del 12 de septiembre habilita múltiples lecturas. Hasta el momento primó el análisis de los números a nivel nacional. El Gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner ya tomó nota de la expresión de los y las ciudadanas en las urnas y está impulsando cambios importantes en el gabinete y en la gestión, que tienen que ver con profundizar y acelerar las políticas para que el crecimiento económico, que muestran los números macro, llegue al bolsillo de las clases medias y bajas. No hay que olvidar que esta reactivación económica, que sin dudas veremos en los próximos meses, es uno de los pilares de la plataforma del Frente de Todos, aunque se vio alterada por la pandemia.
Pero me interesa hacer un aporte con otra lectura, detenerme en lo que ocurrió en la Ciudad de Buenos Aires, dado que es el distrito que represento en el Congreso y para el que soy candidata. No tenemos que dejar que la foto de las PASO nos tape la película. Podemos ver dos tendencias claras: por un lado el PRO se debilita, pierde votos y se ve obligado a ampliar el espacio con alianzas, y por otro el Frente de Todos aparece cada vez más consolidado como opción al modelo de ciudad macrista.
Veámoslo en números. “Juntos” obtuvo entre sus tres listas el 48% de los votos: la nómina encabezada por María Eugenia Vidal 33%; la de Ricardo López Murphy 11,25% y la de Adolfo Rubinstein 4%. La incorporación de López Murphy, con la que se buscó retener electores de derecha ante la aparición de Javier Milei, no se tradujo en un mayor caudal de votos y habrá que ver si logra sostenerlos en noviembre. Basta repasar las elecciones previas para evidenciar la merma de votos: en 2019 Juntos por el Cambio llegó al 55% y en las legislativas de 2017 había superado el 50%. En 2015, cuando el PRO y la UCR competían por separado, el oficialismo porteño obtuvo un 45% y los radicales el 25%.
Es decir, aún manteniendo los votos de las tres listas de las PASO, en un espacio integrado por el PRO, la UCR y sectores libertarios, la performance es la peor de los últimos años. Esto también se ve reflejado en la renovación de las bancas en la Legislatura porteña: si bien “Juntos” mantendría la mayoría, con este resultado perdería cuatro escaños de los 20 que pone en juego. Recordemos que la aspiración del espacio de Larreta era conseguir los dos tercios de la legislatura para poder aprobar de manera automática, sin ningún tipo de freno, reformas profundas en la Ciudad.
En el caso del Frente de Todos la tendencia es la contraria. Sacando la elección de 2019, en la cual la ola de votos contra Mauricio Macri y a favor de Alberto Fernández y Cristina a nivel nacional incidió en el 35% obtenido por el peronismo, las PASO de este año marcan una mejora con el 24,7%. Esto se ve al comparar los resultados con los de la elección legislativa de 2017, que es con la que se debe medir, al ser comicios de la misma naturaleza: ese año obtuvimos un 21%. Y más todavía si comparamos con la legislativa de 2013, cuando obtuvimos el 16% de los votos. En la Legislatura ocurre lo contrario que con el PRO. De mantenerse los resultados de las PASO, el FdT conseguiría ocho bancas, dos más de las que están en juego para el espacio.
Me gustaría dedicar unas líneas a los motivos de estas tendencias. En primer lugar cabe aclarar que el hecho de que el FdT haya perdido votos en todo el país no es un fenómeno local: durante la pandemia en todo el mundo los oficialismos a nivel nacional perdieron elecciones. No hay que olvidar que vivimos un escenario sin precedentes en la historia, que produjo un grado de angustia y de incertidumbre inéditos en la población. Nuestro espacio en la Ciudad no fue ajeno a ello, por supuesto. Pero aún en este contexto muchos porteños y porteñas entendieron nuestro mensaje: proponemos un modelo de Ciudad distinto al del macrismo, opuesto al uso del espacio público para los negocios inmobiliarios y a favor de crear espacios y parques públicos; opuesto a la desinversión en educación y al uso de la escuela como márketing de campaña y a favor de que garantizar vacantes para todos los chicos y chicas, a impulsar una educación pública de calidad; opuesto a una Ciudad desigual, cada vez más insegura en todas las comunas, y a favor de políticas de seguridad dentro de las cuales los porteñas y porteñas caminen seguros por las calles, entre muchas otras cosas.
Estas ideas se ven claramente reflejadas en la composición de la lista de Diputados que integro. Contamos con la militancia y la sensibilidad de Leandro Santoro, con la experiencia y los conocimientos en materia económica de Carlos Heller y de Matías Tombolini, con la trayectoria de Lorena Pokoik en la Legislatura y su defensa de la educación pública, y, en mi caso, con el aporte de una intensa participación en el Congreso durante estos dos años, en la que impulsé proyectos de ley en materia de género, de ampliación de derechos para las mujeres y del colectivo travesti-trans. Muchas veces, como sociedad, la vorágine electoral hace que nos olvidemos cuál es nuestro objetivo en la política: transformar la realidad. Nuestro espacio en la Ciudad tiene ese norte en la brújula, construir una ciudad más inclusiva, igualitaria, con el medio ambiente y el bienestar de los porteños como bandera. Sabemos que tal tarea no se logra de un día ni de un año para el otro; es un esfuerzo constante que estamos dispuestos a hacer para seguir creciendo y lograr la ciudad y la vida que queremos.
* Diputada nacional por la CABA y candidata del Frente de Todos