El debut en vivo del septeto conformado por Elena Roger y Escalandrum fue, sin dudas, fundante: sobre un escenario montado a orillas del mar, en la ciudad natal del mismísimo Astor Piazzolla, la cantante y el sexteto tuvieron como primer ensayo conjunto la prueba de sonido de un concierto que, poco después, los enfrentaría ante "cinco mil personas, al aire libre, con vientos huracanados". La descripción es de Daniel "Pipi" Piazzolla, nieto de Astor y miembro del reconocido grupo que, junto a Roger, terminaría dándole forma a 3001 Proyecto Piazzolla, disco que acaba de ser ternado como Album del Año en los Premios Gardel. Horas antes de que se conociera dicha nominación, Piazzolla y Roger dialogaron con este medio y analizaron el presente del proyecto, que el próximo sábado a las 21.30 presentará su disco en el Teatro El Círculo.

Luego de aquel debut en el que el septeto logró conquistar al huracán dándole vuelo a la música de Astor, el proyecto siguió evolucionando, logrando la confluencia de las identidades de Roger y Escalandrum, haciéndose uno para, en apenas dos días de grabación, darle forma a un disco que incluye obras como "Balada para un loco", "Oblivion", "Vuelvo al sur", "Los pájaros perdidos" y "Chiquilín de Bachín". Todas ellas fueron arregladas originalmente por Nicolás Guerschberg, pianista del sexteto que completan Pipi Piazzolla en batería, Damián Fogiel en saxo tenor, Gustavo Musso en saxos alto y soprano, Martín Pantyer en saxo barítono y clarinete bajo y Mariano Sivori en contrabajo. Junto a ellos, Roger vuelve a evidenciar su talento y personalidad artística. Acompañada entonces por ese sexteto consolidado, potente y prestigioso, la cantante siente que el tiempo transcurrido ha aportado a una evolución. "Cada vez me siento más parte del cardumen. Ellos tienen una vara muy alta, tocan genial. Además ya hicieron Piazzolla plays Piazzolla con lo cual ya entendían el código. Y yo tengo que llegar ahí. Por un lado es fácil, porque no tengo que esperar a que ellos lo entiendan, entonces tengo que subirme a ese tren que me están presentando", reconoce.

A diferencia de aquella obra a la que refiere Roger, y que Escalandrum publicó en 2011, el carácter instrumental queda aquí de lado para la aparición de la cautivante voz femenina. Y, junto a ella, la de las líricas. "En la obra de mi abuelo tiene mucho peso la música, mientras que 3001 es una combinación muy equilibrada de las dos cosas, porque las letras están todas buenas --refiere el baterista--. Las letras de Horacio Ferrer (NdR: sus textos son mayoritarios en el disco) son muy futuristas, tienen mucho de lunfardo y de metáfora, muchas cosas casi inexplicables, y Elena las supo comprender. Estudió mucho, las puede interpretar y, en algún sentido, hasta actuarlas. El repertorio en general fue elegido entre todos, pero pesó mucho la música también. Es muy equilibrado todo el asunto". Responsable de la interpretación de esos textos emblemáticos, Roger reconoce sentirse en un momento de disfrute, fruto de la internalización de esos textos.

Por su parte, y cautivado con la comunión lograda, Piazzolla se muestra confiado sobre la posibilidad de darle continuidad al septeto, aún cuando en las agendas de Roger y Escalandrum abundan los proyectos."Todo lo que ande bien puede continuar tranquilamente. Si esto sigue funcionando como viene, seguramente va a continuar", afirma, y se entusiasma, Pipi Piazzolla.